Vodafone España perdió 453 millones de euros en el ejercicio 2019-2020 que terminó el 31 de marzo de este año, según consta en los datos de su Memoria Anual publicados este jueves. Esta cifra refleja un año duro para la operadora, pero de reconstrucción, en el que comenzó a ver la luz después de una crisis de modelo.
De esta manera, la suma de los resultados de sus dos sociedades, Vodafone España SAU (perdió 308,5 millones) y Vodafone ONO (se dejó 145 millones), arrojó unas pérdidas totales de 453.547.000 euros, lo que supone una mejora del 57% respecto de las pérdidas totales de 1.069 millones registradas un año antes.
Estas cifras se explican por la mejora comercial, recortes de gastos y el impulso de la digitalización por parte de la compañía. Todo ello en un contexto de guerra comercial y de arremetida del low cost por parte de la mayoría de las operadoras españolas.
Estos datos no son los mejores, pero comienzan a repuntar tras una mala temporada 2018-2019 en la que la compañía presidida por Antonio Coimbra decidió no emitir la Champions League y El Partidazo, lo que generó un gran esfuerzo comercial para detener la fuga de clientes.
De esta manera, las cuentas de Vodafone España S.A.U. en el curso 2019-2020 reflejan unos ingresos de 3.023 millones de euros entre abril de 2018 y marzo de 2019, esto es un 17% menos que los 3.635 millones facturados un año antes. Por su parte, los ingresos de Vodafone ONO llegaron a los 1.301 millones, 44 millones por encima de los resultados del curso anterior.
Gastos operativos
En resumen, las dos empresas activas del grupo en España sumaron 4.324 millones en ingresos, lo que supuso un retroceso del 11% respecto de los datos de su año fiscal anterior.
En cuanto a gastos, en el caso de Vodafone SAU, los costes de personal pasaron de 325 millones a 207, fundamentalmente por los recortes de la masa salarial tras el ERE de comienzos de 2019. En total, los gastos de explotación llegaron a los 1.777 millones, desde los 1.882 millones del curso anterior. En cuando a Vodafone ONO los gastos de explotación crecieron de los 404 millones a los 416,7 millones. Los de personal pasaron de los 145 millones a los 69,9 millones.
En cuanto al Ebitda de Vodafone SAU, registró perdidas operativas de 318,6 millones, más de 200 millones menos que los 533,3 millones registrados en el ejercicio fiscal anterior. Vodafone ONO, en tanto, perdió 142,2 millones frente a los 5,2 millones del curso anterior.
En el ejercicio fiscal 2029-2020 Vodafone volvió a realizar un impairment en su filial de España. En total, unos 840 millones de euros que se sumaron al saneamiento de 2.900 millones realizado en el ejercicio anterior. En estos momentos el valor de la compañía en libros es de 6.890 millones de euros.
En sus cuentas presentadas en el primer trimestre, Vodafone señaló que dadas las complicadas condiciones económicas, la dirección decidió evaluar las perspectivas del negocio en España, y adelantó que las perspectivas de generación de caja son más bajas de lo previsto.
Realidad del mercado
En esta línea, el curso 2018-2019 probablemente fue el más duro de la historia comercial reciente de Vodafone, lo que les obligó a replantear completamente su estrategia y su futuro como compañía. Se planteó un ERE que se saldó con la salida de 1.000 trabajadores y apostó por una nueva estructura con menos costes, más ágil y apostando por atacar el cliente de bajo valor, sin dejar de lado el de más altos ingresos.
Y probablemente el 2019-2020 ha sido el de la reconstrucción. Durante todo el año se aplicó un reenfoque de la estrategia de contenidos de televisión, se terminó de implantar la nueva estructura de la compañía, se hicieron avances en el proceso de digitalización y se reforzó Lowi como segunda marca.
En 2019 se hicieron además los dos lanzamientos más importantes de la década para la operadora: la primera red comercial de 5G y las tarifas de datos ilimitadas para móviles. Un año y medio después, Orange y Telefónica también han adoptado estas tarifas ilimitadas de datos y han anunciado despliegues comerciales de 5G.
Del mismo modo, la operadora francesa ha reforzado sus segundas marcas para seguir la estela de Lowi, el granero de portabilidades de Vodafone que ha representado un 50% de las nuevas altas de la operadora británica.