Los cambios de operadora telefónica viven momentos bajos después de que el Gobierno prohibiese las portabilidades que requerían el desplazamiento de un instalador durante el estado de alarma y que la la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) regulase el número de operaciones.
Las fuentes consultadas por Invertia indican que en las últimas semanas se han realizado solo un 25% de los cambios de línea que se efectuaron en el periodo anterior al confinamiento. Estamos hablando de un desplome del 75% que afecta a las compañías comercialmente más activas.
"La distribución de los cambios de líneas se mantiene", indican estas fuentes "aunque con un volumen mucho menor". Esto quiere decir que MásMóvil sigue liderando y Orange o Movistar siguen perdiendo, aunque con números mucho más reducidos que antes del decreto del estado de alarma.
Estas mismas fuentes advierten de que Digi, tradicionalmente ganador de portabilidades, se está viendo más afectado ya que sus altas dependen en gran medida de contratos y ventas físicas, una actividad comercial que prácticamente se ha paralizado durante el confinamiento.
A comienzos de abril la CNMC estableció que podrían realizarse en un máximo de 50 portabilidades fijas al día y un 25% de las portabilidades móviles diarias que cada compañía realizaba habitualmente antes del estado de alarma.
Dos decretos
Con ello, la CNMC intenta poner paños fríos a una polémica que había sembrado la desconfianza en el sector durante las últimas tres semanas. A finales de marzo el Gobierno publicó un decreto flexibilizando la prohibición de las portabilidades y permitiendo los cambios de compañía telefónica para líneas móviles que no requieren un desplazamiento al domicilio.
Este decreto flexibilizaba otro que se había lanzado tres semanas antes prohibiendo todo tipo de portabilidad y que desató la indignación de los operadores pequeños.
Las grandes telecos defienden que las operadoras deben centrarse en garantizar el servicio y el buen funcionamiento de las redes y que no hay que exponer a riesgos innecesarios a sus técnicos con ningún tipo de actividad comercial. Los operadores más pequeños y los alternativos defienden que el mercado siga funcionando sin interrupciones ya que se pueden hacer portabilidades sin riesgo.
Vigilancia de la CNMC
Lo cierto es que ante la falta de acuerdo entre las compañías tras el segundo decreto, se estableció un marco mínimo de la CNMC que en la práctica mantiene la actividad comercial y permite que se sigan sumando -aunque de manera mucha más lenta- cambios de líneas, en especial de teléfonos móviles.
En este punto, vuelve a saltar la división, ya que mientras unos se han comprometido a no realizar actividad comercial que ponga en riesgo a sus trabajadores y otros piden responsabilidad, hay un tercer grupo de compañías que han pedido mayores esfuerzos a sus vendedores e instaladores.
La CNMC vigila estos movimientos que han desatado cierto resquemor entre las compañías, aunque todos esperan que con el fin del estado de alarma y la relajación de las medidas de confinamiento, se vuelva a permitir la portabilidad, o al menos se aumente el número de operaciones permitidas en las próximas semanas.