El irlandés Colman Deegan será el nuevo consejero delegado de Vodafone España desde el próximo 1 de noviembre. El hasta ahora máximo responsable de Vodafone Turquía sustituirá al portugués António Coimbra, que después de ocho años decidiendo los destinos de la operadora en nuestro país mantendrá la presidencia no ejecutiva.

Colman se incorporó a Vodafone en 1998 y ocupó altos cargos en Tesorería y M&A del Grupo Vodafone, así como en Vodafone India e Italia antes de convertirse en CEO de Vodafone Turquía en 2016.

Durante los últimos cuatro años, en su cargo de CEO de Vodafone Turquía, ha digitalizado la empresa y ha alcanzado los dos dígitos de crecimiento en ingresos por servicio.

Entre sus retos se encuentra el de enfrentar una eventual nueva ola de consolidaciones del sector en España, volver a la rentabilidad, seguir profundizando el despliegue de las redes de 5G y buscar una solución para un mercado de telecomunicaciones deflacionario y entregado al bajo coste.

António Coimbra continuará como presidente no ejecutivo, un papel que hasta hace dos años desempeñaba Francisco Román, precisamente el antecesor del propio Coimbra.

El papel de Coimbra

Según Vodafone, Coimbra "tendrá un papel relevante durante todo el proceso de transición, ayudando a Colman a integrarse lo más rápido posible en las dinámicas de mercado y trabajando con él y con el comité de dirección en el ámbito de las relaciones institucionales y el desarrollo del negocio en Grandes Clientes y Administraciones públicas".

António Coimbra empezó su carrera en Vodafone hace 28 años como director comercial en Telecel (hoy Vodafone Portugal). Desde 1995 fue miembro del comité ejecutivo local de la compañía y en 2009 fue nombrado consejero delegado de Vodafone Portugal.

Durante el 2004 ejerció funciones de CMO en Vodafone KK (Japón). En los últimos ocho años como consejero delegado de Vodafone España fue responsable en los primeros cinco del cambio de rumbo de la compañía a través de la integración de ONO en 2014 y situó a Vodafone España como la primera operadora convergente del Grupo Vodafone en el mundo.

Guerra del fútbol

En los últimos tres años lideró un período de transformación traumática en el que se incluyó en ERE a unas 1.000 personas, intentó transformar la estructura de la compañía para prepararla para la batalla del bajo coste, lideró el lanzamiento del 5G y situó a la compañía como la segunda operadora de televisión privada.

No fue fácil, porque tuvo que hacer la última gran reestructuración de la compañía. Renunció a seguir pagando por el fútbol y tuvo que soportar una avalancha de pérdida de clientes, que con el paso de los meses pudo estabilizar.

En el último curso logró que la compañía volviera a cifras positivas de portabilidad, pero sigue con el reto de volver a beneficios y a mejorar los ingresos de la operadora, a la baja desde hace dos cursos.