El Gobierno y la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones esperan publicar en los próximos días el pliego de condiciones para la subasta 5G del espectro de 700MHz, una banda clave para la capilaridad de las futuras redes de móviles ultrarrápidas.
Las fuentes del sector consultadas por Invertia indican que lo más probable es que después de Semana Santa se publique el documento en el BOE y, a partir de ahí, pase un mes y medio para que comience formalmente el proceso. Esto significa empezar la subasta, aproximadamente, a mediados de mayo.
Del mismo modo, si hay un nivel normal de pujas -y no se eterniza el proceso- el espectro podría estar en manos de las operadoras de telecomunicaciones como tarde en junio, en línea con los plazos originales de la Unión Europea para tener liberado este espacio para las compañías.
Originalmente, la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones se comprometió a publicar las bases de la subasta antes del 31 de marzo tras someter a consulta pública el pliego de condiciones el pasado 16 de diciembre.
No obstante, las fuentes consultadas indican que el Gobierno está a la espera de conocer las consideraciones de la CNMC para publicar el pliego. Del mismo modo, tras recibir una avalancha de sugerencias por parte de las operadoras, el Gobierno ha necesitado tiempo para poder adaptar el texto definitivo.
Reordenación del espectro
En cualquier caso, los nuevos plazos siguen estando dentro de las estimaciones del Ejecutivo. En primer lugar, el Gobierno ultima la reordenación de la banda de 3,5 GHz, tras adjudicar los últimos dos bloques de 10 MHz a Telefónica y a Orange.
Este proceso es indispensable para comenzar las pujas por el nuevo espectro, ya que determinará cuál es el punto de partida de cada una de las operadoras en cuanto a sus necesidades de cobertura.
Por otro lado, como ya contó este diario, la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones baraja reducir el precio de salida de la próxima subasta de 5G, establecido originalmente en 1.170 millones de euros.
Una decisión que se tomaría a cambio de exigir a las operadoras de telecomunicaciones mayores compromisos de inversión en las futuras redes ultrarrápidas de telefonía móvil.
Una rebaja en el precio de salida implicaría una "compensación" para el Gobierno en forma de mayores inversiones comprometidas en esta subasta y la posibilidad de establecer requisitos más amplios de cobertura. Dos maneras de asegurarse que el dinero que no se ingrese por la subasta repercutiría de igual manera en la calidad de las redes.
Inversión requerida
Del mismo modo, un retraso en la subasta no es una mala noticia para las operadoras. La puja requerirá una inversión conjunta de, al menos, 1.000 millones de euros y todo el tiempo que se postergue iría a favor de los despliegues e inversiones futuros que se estiman en no menos de 5.000 millones para todo el sector.
Las compañías con las que ha hablado Invertia coinciden en que el verdadero 5G con todo su potencial desplegado, y sus redes a máximo rendimiento de cobertura y velocidad, solo se verá a finales del año 2022. Por ello, no hay ninguna prisa por tener a su disposición el espectro que se utilizaría para usos industriales de la tecnología.
En estos momentos, y ya con la banda de 3,5 GHz asignada y reordenada, las operadoras pueden reforzar, sin necesidad de más espectro, sus actuales despliegues enfocados a usuarios privados de dispositivos móviles.