Telefónica ha cerrado la entrada con el 20% del capital en Nabiax (propiedad de Asterion Industrial Partners) a cambio de cuatro centros de datos (dos en España y dos en Chile) que todavía tenía en propiedad la operadora española.
Telefónica establece así una colaboración estratégica con el accionista actual, Asterion y sus coinversores, que mantienen el 80% restante del capital. La operación ya se daba por cerrada en febrero de este año, pero no ha sido hasta este lunes que se ha anunciado la firma oficial del acuerdo.
El acuerdo se complementa con la firma de un contrato de prestación de servicios de housing en términos y condiciones equivalentes a los establecidos en la operación de compraventa anterior (periodo inicial de diez años).
El perímetro de la operación no incluye la venta de servidores propiedad de Telefónica o de sus clientes alojados en ellos ni la gestión y acceso a los mismos.
De esta forma, Telefónica seguirá prestando y gestionando los servicios que ofrece a sus clientes desde los mismos centros de datos que en la actualidad y mantendrá la relación directa con dichos clientes.
Monetización de activos
En mayo de 2019 Telefónica cerró la venta a Asterion de 11 data centers localizados en Argentina (2), Brasil (2), Chile (1), EE.UU. (1), España (2), México (1) y Perú (2), por un importe de 550 millones de euros. Quedaron fuera de la operación los centros de datos de Europa, otras 14 instalaciones.
La venta se tradujo en unas plusvalías estimadas de 260 millones de euros, según comunicó en su momento la operadora a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Con estos 11 data centers Asterion creó Nabiax para gestionar estos activos.
El acuerdo de venta se acompañó de la firma de un contrato de prestación de servicios de housing al grupo Telefónica, el cual garantizó que Telefónica seguiría prestando en dichos data centers los servicios a sus clientes "con la misma calidad y en las mismas condiciones". Esta cláusula se mantendrá en el nuevo pacto.
100 millones de valoración
La venta dejó fuera cuatro data centers, cuya efectiva transmisión estuvo condicionada a determinadas autorizaciones y trámites administrativos. Precisamente estos cuatro centros son los que se incluyen ahora en la nueva operación.
La venta de 2019 se enmarcó dentro de la política de venta de activos no estratégicos de Telefónica para reducir deuda. Un movimiento "basado en una estrategia de creación de valor, optimización del retorno sobre el capital y posicionamiento estratégico".
En esta oportunidad los objetivos son similares, pero con otra manera de monetizar. Telefónica ha optado esta vez tener participación en el negocio y no recibir los 100 millones en efectivo en los que estaban valorados estos activos.