Telefónica abrió en noviembre de 2019 una nueva etapa en América Latina, región en la que lleva presente desde hace más de 30 años. La compañía agrupó todas sus actividades operativas, excepto Brasil, en una unidad independiente con el fin de llevar a cabo una revisión estratégica de sus activos.
El objetivo era modular su exposición a la región y crear al mismo tiempo las condiciones para maximizar el valor de su negocio en Hispam, como denominó entonces a la nueva unidad, mediante crecimiento, consolidación y posibles operaciones corporativas.
En consecuencia, en los últimos dos años hemos visto a la compañía de telecomunicaciones vender algunas de sus filiales, como las de Costa Rica, Nicaragua, Panamá, Guatemala y El Salvador, o llegar a acuerdos con otras empresas, como con AT&T en México o con KKR en Chile y Colombia.
Una estrategia que la compañía asegura que ya está dando sus frutos y que la agencia de calificación crediticia Fitch Ratings respalda en su último informe sobre las perspectivas para el sector de las telecomunicaciones en América Latina para el año 2022.
Fitch considera que, teniendo en cuenta el tamaño de sus operaciones en Hispanoamérica y su posición líder en algunos mercados, la estrategia de escindir sus activos en empresas independientes y de establecer joint ventures con otras compañías es "un buen enfoque".
Menor exposición a las divisas
En concreto, señala que permite al grupo de telecomunicaciones evitar cualquier posible restricción regulatoria en materia de competencia en la región, así como reducir el impacto que puede generar en sus cuentas la volatilidad en los tipos de cambio de divisas de los países en los que está presente.
La agencia también hace especial mención a que, dentro de su estrategia de desprenderse de parte de sus operaciones en América Latina, Telefónica optó por escindir algunos de sus activos de infraestructuras y asociarse con reconocidos operadores.
A este respecto, apunta que la venta de participaciones mayoritarias en nuevas filiales de fibra supuso una importante entrada de ingresos para las subsidiarias. Sin embargo, también añade que la mayor parte de este efectivo se ha distribuido como dividendos a su principal accionista.
Ya en la última conferencia con analistas por los resultados del tercer trimestre, Laura Abasolo, directora financiera de Telefónica y máxima responsable de Hispam, remarcó que gracias al modelo "disruptivo" que aplicaron a la región han obtenido "grandes resultados".
Algo que no ha sorprendido a la empresa, ya que, según subrayó Abasolo, se ha basado en una ejecución muy minuciosa, tirando de muchas palancas, como un nuevo modelo de gestión; una reducción de los gastos de capital (Capex), pero sin poner en peligro el crecimiento; o una estructura financiera independiente, que hace que sea menos volátil a los cambios de divisas.
En este contexto, afirmó que la compañía todavía tiene muchas opciones por delante para seguir generando valor de sus actividades en Hispam, y no solo desde el punto de vista inorgánico. "Hay mucha opcionalidad en el frente orgánico. Definitivamente, hemos mejorado los planes de negocio desde 2019", incidió.
Un sector estable
Por otro lado, en su informe, Fitch califica de "estable" su perspectiva para el sector de las telecomunicaciones en América Latina en 2022, ya que la conectividad digital es un elemento "esencial" para el teletrabajo en un periodo en el que el formato de empleo híbrido es cada vez más importante tras la pandemia de la Covid-19.
En este sentido, apunta que los "modestos" descensos de los ingresos que se registraron en 2020 se han revertido en su mayoría en 2021 y espera que el año que viene se mantenga este impulso al alza en las cuentas de las operadoras.
Sin embargo, también advierte de que la competencia seguirá siendo "elevada" en la región, lo que llevará a que el crecimiento del ingreso medio por usuario (ARPU) se sitúe por debajo de la inflación.
Francisco Mercadal, director asociado de Fitch Ratings, añade que esa competencia, junto con la necesaria inversión en redes, limitarán la generación de caja. Sin embargo, las escisiones y desinversiones de activos no estratégicos allanan el camino para impulsar la inversión en 5G a medio plazo.