Bélgica quiere bajar los precios que pagan los ciudadanos por los servicios de telefonía móvil y para ello usará su próxima subasta de espectro, que impulsará la creación de un cuarto operador con red propia en el país. Una decisión que no ha sido recibida con buenos ojos por el sector, dado el impacto que puede tener en la inversión en redes el país, especialmente con la llegada del 5G.
La decisión de Bélgica de ampliar de tres a cuatro el número de compañías de telefonía móvil en el país con esta subasta contrasta con los rumores surgidos en los últimos tiempos sobre una posible consolidación entre operadoras en Europa. Movimientos que están destinados precisamente en su gran mayoría a reducir de cuatro a tres el número de actores en algunos mercados.
El sector europeo de las telecomunicaciones lleva años criticando el elevado número de operadores que existen en la región en comparación con otras partes del mundo y pidiendo a las autoridades de los distintos países y de la Unión Europea (UE) que faciliten la consolidación.
Una petición que hasta hace poco era rechazada por Bruselas, que se mostraba más partidaria de mantener un elevado nivel de competencia. Sin embargo, con la llegada del 5G y el impulso de la digitalización, y en aras de impulsar la inversión, los expertos y el mercado creen que la Comisión Europea (CE) podría dar ahora su visto bueno a operaciones que hace unos años hubieran sido miradas con lupa.
En este contexto, Bélgica, uno de los países europeos en los que únicamente existen tres operadores móviles de red (Proximus, Telenet y Orange), ha convocado una nueva macro subasta de espectro para el próximo mes de junio que, de completarse según los planes del Gobierno, permitirá la creación de una cuarta gran compañía de telefonía móvil.
'Megasubasta' en Bélgica
El Instituto Belga de Telecomunicaciones y Servicios Postales (BIPT) acaba de publicar las bases de esta esperada subasta de espectro tanto en las bandas de frecuencias sobre las que se desplegará el 5G como en las que ya se están utilizando para prestar servicios con las generaciones anteriores de telefonía (2G, 3G y 4G).
El organismo afirma que esta subasta ayudará a dar forma al escenario que regirá las telecomunicaciones en Bélgica durante los próximos 20 años. Un escenario en el que habrá casi seguro un cuarto jugador, ya que las bases incluyen un paquete de espectro reservado en casi todas las bandas para un posible nuevo operador móvil que ingrese al mercado.
La ministra de Telecomunicaciones belga, Petra De Sutter, ha defendido la decisión de dar a entrada a un nuevo operador para "bajar los precios" y cuya llegada tendrá "efectos positivos" para todos los habitantes del país, cuyas tarifas actuales de telefonía ha calificado de "caras".
De hecho, un informe previó encargado por el BIPT estima que los precios podrían reducirse entre un 10-15%, o incluso más, con la entrada de un cuarto operador, algo que tampoco afectaría a las inversiones. Pero también estima que esta mayor competencia puede tener un impacto negativo en el sector, que vería incrementados entre un 5% y un 15% sus costes y reducida en hasta un 40% su rentabilidad.
Críticas de la industria
Tras esta decisión, la GSMA, la asociación que engloba a la industria móvil, ha advertido del impacto negativo que puede tener crear un nuevo operador en un mercado como el belga, que considera ya está "bien equilibrado" y ofrece "valor y servicios de calidad" a sus clientes.
En declaraciones a EL ESPAÑOL-Invertia, Daniel Pataki, el responsable para Europa de la GSMA, incide en que la reserva de espectro para dar entrada a una cuarta operadora con red propia en Bélgica podría tener un impacto en el desarrollo del 5G en el país y en su competitividad a largo plazo.
En este sentido, admite que la relación entre la cantidad de operadores en el mercado de la telefonía móvil y su impacto en aspectos como la calidad, la innovación y los precios de lo servicios es "compleja".
"Los mercados con una mayor cantidad de operadores pueden socavar su tamaño, aumentar los costes y reducir los márgenes. Esto puede reducir los incentivos para invertir en calidad e innovación de la red, lo que genera peores resultados para los consumidores a largo plazo", advierte.
En general, en la gran mayoría de países europeos existen en la actualidad cuatro operadores de telefonía móvil con red propia y todos los intentos de reducirlos a tres se han encontrado hasta ahora con la férrea oposición de la Comisión Europea, como ocurrió en 2016 con la venta de O2, filial británica de Telefónica, a Hutchison Whampoa.
Sin embargo, en los últimos tiempos han vuelto a resurgir con fuerza los rumores de una nueva ola de fusiones y adquisiciones entre empresas de telecomunicaciones en algunos países del Viejo Continente como Italia o, incluso, España, un mercado que cuenta con cuatro grandes operadores de red: Telefónica, Orange, Vodafone y MásMóvil.
Todo ello con el fin de rebajar un nivel de competencia que consideran demasiado agresivo y que, en su opinión, está poniendo en riesgo la inversión, especialmente ante la llegada del 5G.
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