La empresa española Gigas ha dado un nuevo impulso a su apuesta por el mercado portugués de servicios de telecomunicaciones para empresas con el lanzamiento de la primera fibra de banda ancha FTTP (Fiber To The Premises) de 10 Gbps (gigabits por segundo) simétricos del país dedicada exclusivamente al sector empresarial.
Gigas, que aterrizó en noviembre de 2020 en Portugal gracias a la compra de Oni, hasta entonces propiedad de la operadora española MásMóvil, tiene previsto invertir en los próximos tres años alrededor de 30 millones de euros en este proyecto.
En un comunicado, la firma detalla que se focalizará en el mercado luso de empresas de entre cuatro y 250 empleados y espera cubrir en torno al 36% de este segmento. Esto supone llegar a cerca de 52.000 empresas que formarían parte de esta categoría, cifra que se eleva a un total de 120.000 compañías lusas si se incluyen las de otros tamaños.
Además, afirma que se trata de una "apuesta estratégica que llega en un momento idóneo", de recuperación económica, de descentralización de puestos de trabajo con requisitos más exigentes de conexión y de transformación digital, en el que las pymes requieren de una infraestructura de "red robusta y rápida".
"Con este nuevo servicio, Gigas reitera su apuesta por invertir en Portugal, que representa más de la mitad de los ingresos del grupo, y afianza su intención de contribuir a la transformación digital e innovación de las empresas" ha remarcado Diego Cabezudo, consejero delegado y cofundador de Gigas.
Servicio pionero en Portugal
Con este anuncio, Gigas se convierte en el primer operador en Portugal en ofrecer esta velocidad a empresas a través de la tecnología de última generación XGS-PON (Gigabit Symmetrical Passive Optival Network, por sus siglas en inglés). Un servicio que no incluirá compromiso de permanencia tal y como es habitual en el sector de telecomunicaciones en Portugal.
La compañía explica que actualmente, al igual que ocurre en España, las redes ópticas disponibles en Portugal son mixtas: residenciales y empresariales. Esto implica una sobrecarga que se produce, especialmente, por un uso intensivo que los usuarios residenciales hacen de las mismas (con altas tasas de consumo de vídeo en streaming, videojuegos y redes sociales, entre otros) y que "impacta directamente en la calidad del servicio que se ofrece a las empresas".
Por ello, afirma que el desarrollo de una red óptica de gama alta sólo para uso corporativo como la que ofrecerá la compañía garantiza "unos altos estándares de calidad de la red de la que se beneficiarán las empresas, lo que redundará en una mejora de su digitalización, e impulsará la economía del país".
La red se basa en la infraestructura de fibra en la que ONI ha invertido 550 millones de euros en sus 20 años de historia, desde su lanzamiento en el año 2000 cuando se liberalizó el mercado de telecomunicaciones en Portugal. En este período, la compañía ha desplegado un total de 9.200 kilómetros de cables ópticos que cubren todo el país y más de 75.800 kilómetros de pares de fibra, entre redes de su propiedad o alquiladas a muy largo plazo.