Dotar de redes de fibra y cobertura móvil a las localidades más pequeñas de la España Vaciada no ha sido una prioridad para las grandes operadoras de telecomunicaciones, pese a la relevancia que tiene para la lucha contra la brecha digital. Llevar Internet de alta velocidad a estos municipios era cada vez más costoso, lo que ha provocado que las inversiones en estos despliegues no sean rentables para las cuentas de las compañías.
Esto ha llevado a que aún persisten algunas diferencias en cuanto a conexión de Internet entre las zonas urbanas y rurales, pese a que España es un país líder en Europa en materia de conectividad, según la última edición del Índice de Economía y Sociedad Digital (DESI) de la Comisión Europea (CE).
Los últimos datos proporcionados por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital muestran que, aunque que la cobertura de banda ancha a 100Mbps alcanzó en junio 2020 al 88% de la población española, si nos centramos en las zonas rurales del país este porcentaje se reduce al 63%.
Comparado con otras regiones de Europa esta cifra puede considerarse muy positiva. Y representa un importante incremento de 13 puntos en tan solo un año. Una mejoría que se debe principalmente a los programas de ayudas públicas puestos en marcha por el Gobierno en los últimos años para llevar Internet de alta velocidad a las zonas rurales.
Y es que sin estas ayudas sin duda la inversión de los operadores hubiera sido bastante inferior, ya que, a medida que avanza el despliegue de fibra óptica por el país, va siendo cada vez más costoso y complicado llegar a la población restante. La falta de rentabilidad o las dificultades orográficas hacen que cubrir el 100% del territorio con estas redes sea prácticamente imposible.
La pandemia de la Covid-19 puso de relieve la importancia de resolver la brecha digital que existe entre el ámbito urbano y rural, cuyo primer y principal desafío pasa por resolver los problemas de conectividad en la España Vaciada, según recogía un reciente estudio elaborado por Eurona y Kantar.
De hecho, la pandemia incrementó el consumo de Internet en la España rural ante las medidas de confinamiento y trasladó al mundo digital las actividades que antes de la Covid-19 se realizaban en el físico. Aún así, este aumento fue inferior al de los entornos urbanos debido en gran medida a la mala calidad de las conexiones de Internet, si es que estaban disponibles.
Oportunidad de negocio
En este contexto, la percepción de las empresas sobre la falta de rentabilidad ha empezado a cambiar y se están empezando a ver oportunidades de negocio en los despliegues de redes de fibra o soluciones satelitales para satisfacer la demanda de los habitantes de la España Vaciada.
Un ejemplo claro es la decisión de Telefónica de crear una filial específica para el despliegue de fibra óptica en España en zonas rurales. El objetivo es que esta unidad cuente con cinco millones de unidades inmobiliarias en un plazo de tres años. De esta cifra, la mitad, o algo menos, serán hogares ya desplegados y que se aportarán a esta FiberCo.
La operadora busca así crear un vehículo que tenga crecimiento tanto en su expansión geográfica como en la captación y conexión de clientes a su red. Además, se pretende también evitar un sobredespliegue en zonas rurales y garantizar así que las complicadas inversiones en zonas rurales sean lo más rentables posible.
De hecho, como anunció el consejero delegado de Telefónica, Ángel Vilá, en la última presentación de resultados, esta nueva compañía "nace con la ambición de facilitar la consolidación" en un espacio tan fragmentado como el de la fibra rural, por lo que todo apunta a que veremos en un futuro alguna operación de fusión y adquisición en este mercado.
Y para lograr materializar todos estos planes Telefónica buscará posibles inversores dispuestos a adquirir una "participación minoritaria importante" en el capital de la Fiberco, que podría alcanzar hasta el 45% del total.
Probablemente no sea complicado para el grupo de telecomunicaciones encontrar un socio para esta nueva filial. Ya los tiene en otros países, como Alemania, donde ha creado una compañía junto a Allianz para desplegar 50.000 kilómetros de fibras en zonas rurales y semirrurales del país.
Interés de los inversores
En España, los inversores también han dado muestras ya de su interés por este negocio. El pasado mes de octubre el fondo Ardian realizó su primera inversión en el sector de las telecomunicaciones en España con la compra de Adamo.
La firma pagó 1.000 millones de euros a otro fondo, EQT, para adquirir este operador de fibra óptica centrado en zonas rurales y apoyado en un modelo de negocio mayorista de acceso abierto. Una compañía en continuo crecimiento y una de las tres que se hizo con las ayudas públicas del último plan de extensión de la banda ancha, UNICO.
Además de Telefónica y Adamo, la tercera operadora que logró subvenciones en esa convocatoria fue Avatel. La compañía ha registrado un fuerte crecimiento en los últimos años, gracias en parte a la compra de pequeños operadores, y se encuentra entre las que mejores datos de portabilidad registra cada mes. Incluso suena como una de las empresas que pueden adquirir los hipotéticos 'remedies' que se impongan a la fusión de Orange y MásMóvil.
Consciente del atractivo cada vez mayor que tienen las infraestructuras de telecomunicaciones, hace un mes anunció la creación de Avatel Access, una sociedad que aúna sus activos de redes de acceso de fibra óptica hasta el hogar (FTTH) en poblaciones pequeñas y medianas en zonas rurales en toda España.
La compañía es clara a la hora de explicar la finalidad de esta decisión: potenciar su futuro crecimiento orgánico e inorgánico y estudiar su participación en los procesos actuales y futuros de venta de activos de infraestructuras con un objetivo de consolidar el sector.
Pero la fibra no es la única tecnología que ofrece oportunidades de negocio en la conectividad rural, ya que también se están potenciando las conexiones a Internet por satélite. Ahí se enmarcan los recientes acuerdos alcanzados por Hispasat con Eurona o con la asociación de operadores locales Aotec.
Ayudas públicas
En todo este desarrollo futuro del sector y en los avances para conectar mediante alta velocidad ultrarrápida a la España Vaciada tendrán sin duda un papel fundamental los fondos europeos de recuperación Next Generation.
El Programa de Universalización de Infraestructuras Digitales para la Cohesión (UNICO) será el encargado de canalizar una de las principales inversiones del Plan de Recuperación en el área de la conectividad digital con el objetivo de ampliar la cobertura de banda ancha al 100% de la población.
La primera convocatoria del Programa UNICO-Banda Ancha, resuelta en diciembre pasado, concedió ayudas por valor de 249,9 millones de euros, la mayor dotación de la historia de los programas de banda ancha. Para 2022, cuenta con un presupuesto de 215 millones.
Para la conectividad mediante satélite, el Gobierno también ofrece desde hace cuatro años un programa que concede ayudas directas de 400 euros para instalar tecnologías de acceso a Internet en zonas rurales a las que no llega la red de fibra, principalmente mediante soluciones satélites. Un importe más que suficiente para cubrir hoy en día los gastos de instalación.
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