Las tensiones entre EEUU y China y la menor demanda de tecnología nublan el futuro de la industria de los chips
La rebaja de previsiones de las principales empresas de semiconductores hace temer que la crisis del sector pueda ser peor de lo que se esperaba.
17 octubre, 2022 02:45Nuevas nubes negras se ciernen sobre la industria global de los semiconductores. Cuando el sector estaba cerca de dar por superados los problemas de escasez de chips para atender el fuerte incremento de la demanda como consecuencia de la pandemia de la Covid-19, las empresas se enfrentan ahora a nuevos retos que afectarán a su actividad y a su cuenta de resultados.
Unos desafíos que proceden tanto del ámbito económico como del geopolítico. Por un lado, el negocio de los fabricantes de semiconductores se está viendo lastrado por el impacto que la desaceleración de la economía global y la alta inflación están teniendo en la demanda de dispositivos electrónicos y, en consecuencia, de los chips de memoria que los integran.
Por otro lado, las nuevas restricciones aprobadas por Estados Unidos para evitar el acceso de China a alta tecnología estadounidense e intentar frenar así el desarrollo económico y militar del país asiático afectan directamente a la industria de los semiconductores y ya están provocando los primeros efectos en el negocio de algunas de las principales empresas del sector.
Previsiones empresariales
Una muestra de que la industria de los semiconductores se está enfrentando a un nuevo periodo de incertidumbre y deterioro de su negocio son las últimas estimaciones de resultados publicadas por los principales actores del sector, así como sus previsiones de cara a los próximos meses. Unos datos que hacen temer que esta nueva crisis en el sector de los chips puede ser peor de lo que se esperaba.
Por ejemplo, TSMC, la mayor empresa de semiconductores del mundo, ha informado de que prevé una estabilización de su negocio en los últimos meses del año después de haber cerrado el tercer trimestre de 2022 con fuerte aumento tanto de sus ingresos (47,9%) como de su beneficio neto (79,7%).
"De cara al cuarto trimestre de 2022, esperamos que nuestro negocio registre un comportamiento plano", confirmó Wendell Huang, vicepresidente y director financiero de TSMC, quien achacó esta evolución al debilitamiento de la demanda del mercado final y a los continuos ajustes de inventario de sus clientes.
Por su parte, Samsung ya ha adelantado que ha cerrado el tercer trimestre con un beneficio operativo de 10,8 billones de wones coreanos (7.729 millones de euros al tipo de cambio actual), un 31,7% menos que los 15,82 billones de wones coreanos (11.334 millones de euros) del mismo periodo de 2021.
Esta caída del resultado operativo es superior a la que esperaba el mercado y la primera que registra la compañía en casi tres años. Según los analistas consultados por Reuters, detrás de este descenso se encuentran unas menores entregas de chips de memoria de las estimadas inicialmente por el empeoramiento de la situación económica.
En esta misma línea, Advanced Micro Devices (AMD) ha rebajado en unos 1.000 millones de dólares (1.026 millones de euros) su previsión de ingresos para el tercer trimestre de 2022, hasta los 5.600 millones de dólares (5.746 millones de euros). Pese a ello, la facturación estimada para el periodo comprendido entre julio y septiembre superará en un 29% la del tercer trimestre de 2021.
Lisa Su, consejera delegada de AMD, explica que estos datos reflejan unos menores ingresos de su división de clientes por la reducción registrada por la demanda de procesadores. Esto se debe a que el mercado de los ordenadores muestra un comportamiento "más débil" del previsto, así como a una significativa corrección de los inventarios en toda la cadena de suministro.
Esta incertidumbre que rodea a la industria de los chips se nota también en su comportamiento en los mercados, ya que el índice del sector de semiconductores PHLX de la Bolsa de Filadelfia acumula en lo que llevamos de 2022 un descenso de más del 40% y se sitúa en torno a los 2.200 puntos. También son relevantes las caídas registradas por empresas como AMD (-62%), Intel (-51%) TSMC (-34%) o Samsung (-28%)
Geopolítica
Sin embargo, el deterioro de la situación económica no es el único problema al que se enfrenta la industria global de los semiconductores. Y es que la geopolítica, y en concreto el conflicto que mantienen Estados Unidos y China por el liderazgo tecnológico, ha vuelto a entrar de lleno, una vez más, en el negocio de las empresas de chips.
Estados Unidos anunció hace unos días la imposición de nuevas restricciones a la venta de semiconductores a China, una medida con la que el Gobierno de Joe Biden quiere dificultar el acceso del país asiático a tecnología de vanguardia estadounidense, que es clave para su desarrollo tanto económico como militar.
En concreto, los fabricantes de chips del país norteamericano tendrán que obtener una licencia del Departamento de Comercio de Estados Unidos para exportar ciertos semiconductores a China. Además, dicho departamento ha añadido a trece empresas del país asiático a la lista de compañías que están sometidas a un control especial de las exportaciones.
Según Financial Times, estas restricciones ya han comenzado a tener consecuencias en el mercado y algunos de los principales proveedores de chips de EEUU, como Lam Research, Applied Materials y KLA Corporation, ya han suspendido las ventas y los servicios a los fabricantes de semiconductores en China para cumplir con la ley.
Reacciones
La propuesta de la Administración Biden obtuvo respuesta casi inmediata del Gobierno chino, quien acusó a Estados Unidos de abusar de medidas de control de exportaciones para "bloquear y obstaculizar sin sentido a las empresas chinas" con el único objetivo de reforzar su "hegemonía tecnológica". Además, añade que estas restricciones afectarán negativamente a las empresas de ambos países.
Por su parte, la Asociación de la Industria de Semiconductores (SIA por sus siglas en inglés), que representa al 99% de la industria de semiconductores de EEUU por ingresos y a casi dos tercios de las empresas de chips de fuera del país, señala que está evaluando el impacto de esta medida y trabajando para garantizar su cumplimiento.
La asociación añade que entiende el objetivo de garantizar la seguridad nacional, pero al mismo tiempo insta al Gobierno estadounidense a implementar las reglas de manera objetiva "y en colaboración con socios internacionales" para ayudar a crear un entorno competitivo equilibrado y mitigar un posible daño no deseado a la innovación en el país norteamericano.