Punto y aparte en Cellnex. La compañía española de infraestructuras de telecomunicaciones abre un nuevo capítulo en su breve pero intensa trayectoria, una etapa en la que el crecimiento orgánico y la reducción de la deuda se convierten en prioridad en detrimento de la política de adquisiciones que ha guiado su estrategia en los últimos años.
Un capítulo que estará liderado por un nuevo consejero delegado a partir del próximo mes de junio después de que Tobias Martínez haya anunciado este miércoles su decisión de abandonar en esa fecha el cargo que ha desempeñado durante los últimos ocho años.
Aunque su actual contrato como CEO no expiraba hasta diciembre de 2024, Martínez ha decidido renunciar voluntariamente al cargo unos meses antes para que esta nueva etapa esté liderada desde el principio por una persona que tenga como perspectiva temporal un horizonte que alcance más allá de esa fecha.
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Según han explicado fuentes conocedoras a EL ESPAÑOL-Invertia, Martínez, que tiene ya 64 años y lleva más de 23 años en Cellnex, ha tomado esta decisión porque considera que es lo mejor para él y para la compañía. Además, su decisión de fijar su salida para junio tiene como objetivo garantizar una adecuada transición en el liderazgo.
La salida de Martínez ha sido acogida negativamente por el mercado, ya que las acciones de Cellnex han caído este miércoles un 2,45%. Ángel Pérez, analista de Renta 4 Banco, admite que para él esta noticia ha sido "un sorpresa" y entiende la reacción de la bolsa ya que el CEO y, en general, el equipo directivo están "muy bien valorados".
Tanto Pérez como los analistas de Bankinter creen que este cambio abre "un escenario de ligera incertidumbre" en la compañía. No obstante, los expertos siguen teniendo una visión positiva de la empresa y consideran que el impacto de su renuncia debería ser moderado, ya que los "sólidos fundamentales" no se ven alterados.
Los analistas achacan este relevo en la cúpula de Cellnex en el cambio de estrategia del grupo, que busca desapalancarse y obtener un rating en la categoría de grado de inversión. Un objetivo que recaerá en gran medida en el nuevo CEO que sustituya a Martínez, que tendrá que enfrentarse a un año 2023 "desafiante", como destaca Darío García, analista de XTB.
La nueva Cellnex
En la presentación de los resultados de los nueve primeros meses de 2022 el pasado mes de noviembre, Cellnex ya adelantó que los tiempos de multimillonarias operaciones de adquisición de activos habían quedado atrás y que tocaba enfocarse en maximizar su negocio orgánico y en reducir su elevado nivel de endeudamiento.
Durante estos últimos años, se ha vivido toda una revolución en el negocio de las infraestructuras de telecomunicaciones. Cuando Cellnex se convirtió en una empresa cotizada independiente de Abertis en mayo de 2015 era la única compañía independiente del sector, ya que el resto de activos formaban parte del negocio de las operadoras.
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Más de siete años después el escenario es muy diferente. Orange, Vodafone y Deutsche Telekom cuentan ya con filiales en este mercado en las que han dado entrada a socios inversores. Además, en 2021 la estadounidense American Towers desembarcó en Europa a principios de 2021 con la compra de las torres de Telefónica.
En esta reorganización del sector Cellnex se ha quedado fuera de los últimos grandes movimientos. En julio se retiró la puja por las torres de Deutsche Telekom (DT), que finalmente a las firmas Brookfield Asset Management y DigitalBridge, mientras que Vodafone vendió una participación en Vantage Towers a los fondos KKR y GIP.
El analista de XTB destaca el crecimiento "exponencial" tanto de negocio como bursátil que ha registrado Cellnex en los últimos años es "difícil de mantener" en el actual contexto económico. Y es que este ha estado soportado por un nivel de endeudamiento y apalancamiento elevado que ahora, con la subida de los tipos de interés, puede suponer un problema para la empresa.
Las acciones de Cellnex llegaron a alcanzar en 2021 un máximo de 61,82 euros por acción, mientras que actualmente cotizan en torno a los 32 dólares. Pese a este descenso, el retorno anual para los accionistas desde que la compañía salió en bolsa en mayo de 2015 es del 18%.
Deuda y rating
Otro de los principales cometidos del nuevo consejero delegado será el de reducir la elevada deuda de la empresa. A 31 de septiembre, la deuda financiera neta de Cellnex asciende a 17.100 millones de euros (tras el cierre de la operación de CK Hutchison en Reino Unido), lo que supone más de ocho veces su resultado bruto de explotación.
Recortar este nivel de apalancamiento ayudará a la compañía a alcanzar uno de los objetivos que se ha marcado la nueva Cellnex, mantener el rating de Fitch (actualmente en BBB-) dentro del grado de inversión y alcanzar esta categoría en Standard & Poor's (S&P).
De hecho, el pasado mes de noviembre S&P ya situó el rating BB+ en perspectiva positiva después de anunciar su cambio de estrategia. Para lograr dar el salto final a una calificación en grado de inversión, la agencia señala que Cellnex deben cumplir su compromiso de alcanzar y mantener un ratio de deuda respecto al Ebitda por debajo de siete veces.
Para ello, el nuevo consejero delegado tendrá como tarea limitar el gasto de capital e impulsar el crecimiento orgánico en los próximos años, lo que pasa necesariamente por consolidar el proyecto industrial que la compañía tiene en cada uno de los doce países en los que está presente actualmente.
Tras invertir 40.000 millones de euros en 40 operaciones de crecimiento durante los últimos ocho años, unas cifras de las que muy pocas empresas pueden presumir, toca cambiar de capítulo para Cellnex.