Construcción del edificio de Telefónica en Gran Vía

Construcción del edificio de Telefónica en Gran Vía

Tecnología

Telefónica cumple 100 años en 2024 con la vuelta del Estado a su capital como primer accionista de la compañía

El centenario de Telefónica llega en plena transformación tanto de la propia operadora como del sector en España y en Europa. 

7 enero, 2024 02:34

El 19 de abril de 1924 se constituyó en Madrid la Compañía Telefónica Nacional de España (CNTE), empresa que se encargaría de desplegar y gestionar la primera red nacional de telefonía de España. El 19 de abril de 2024, esa compañía, a la que todos conocemos ahora como Telefónica, cumple 100 años. Un siglo en el que ha sido testigo de una transformación sin precedentes de la economía y la sociedad del país, gracias, en gran parte, a la evolución de la tecnología.

Una transformación que también marcará el centenario de la mayor operadora de España, tanto a nivel interno como externo. Dentro de la propia compañía de telecomunicaciones, los 100 años coincidirán con la vuelta del Estado como principal accionista 26 años después de su privatización total o con la consolidación del grupo saudí Stc en su capital tras su desembarco el pasado mes de septiembre.

Al mismo tiempo, Telefónica hará coincidir la fiesta de su 100 cumpleaños con el apagado de su red de cobre para pasar a ser una operadora con una red fija 100% de fibra. También será clave 2024 para el desarrollo de su plan estratégico lanzado el pasado noviembre y que busca preparar a la compañía para los siguientes cien años.

[Telefónica apagará su red de cobre en España el 19 de abril de 2024, el mismo día en el que celebrará su centenario]

Y a su alrededor, un sector en plena reconfiguración. En España se cerrará la fusión de Orange y MásMóvil, que creará un operador con más clientes que Telefónica y reforzará a Digi como gran cuarta compañía del sector, y Vodafone pasará a manos del fondo de inversión británico Zegona.

Mientras tanto, en Europa seguirán trabajando en una nueva regulación para la industria más acorde a los tiempos actuales, que se recogerá en la futura Ley de Redes Digitales (DNA) y en la que gran parte de la atención seguirá estando en la contribución de las grandes tecnológicas a la financiación de las redes.  

Sepi

A nivel interno, el inminente desembarco de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) en el accionariado de Telefónica acaparará sin duda gran parte de las miradas este año. Hace unas semanas, el Consejo de Ministros dio autorización a la sociedad pública para comprar hasta un 10% de los títulos de la operadora con el objetivo de convertirse así en su mayor accionista.

Aún se desconocen los detalles de esta operación, como, por ejemplo, la forma en la que se financiará. Sin embargo, la Sepi ya está buscando asesores para ponerla en marcha y los expertos calculan que, teniendo en cuenta procesos similares anteriores, la sociedad estatal tardará entre cinco y seis meses en comprar ese 10%.

Sede de Telefónica en Madrid.

Sede de Telefónica en Madrid.

El Estado vuelve así al capital de Telefónica tras privatizar la compañía en los años 90. En concreto, el proceso fue iniciado por el Gobierno de Felipe González y culminado en 1997 por el Ejecutivo de José María Aznar con la oferta pública del 20,9% de las acciones que entonces eran todavía propiedad estatal.

Curiosamente, en sus primeros años Telefónica, pese a ser un monopolio, era una empresa privada, ya que en el momento de su constitución en 1924 su principal accionista era la empresa estadounidense ITT. No fue hasta 1945, con Francisco Franco, cuando se nacionalizó mediante la compra por parte del Estado de una participación del 79,6%.

Stc

El Gobierno ha justificado su decisión de comprar un 10% de Telefónica en el carácter estratégico de la compañía, que presta servicios claves al país en el ámbito de la defensa y la seguridad nacional. También ha aludido a lo que ocurre en los países de nuestro entorno, ya que en Francia, Alemania o Italia el Estado es accionista de sus operadoras incumbentes.

No obstante, también se da por descontando que el detonante de la compra de ese 10% de Telefónica ha sido la entrada a primeros de septiembre del grupo saudí de telecomunicaciones Stc en la operadora española como primer accionista con una inversión de 2.100 millones de euros. Una operación que pilló a todo el mundo por sorpresa y que generó inquietud en numerosos sectores.

[Meses de compras y con derivados financieros: así se hizo Stc con el 9,9% de Telefónica sin hacer ruido]

De momento, Stc posee un 4,9% de Telefónica de forma directa y un 5% a través de derivados financieros. En 2024, los planes del grupo saudí, si nada cambia, son los de convertir este último 5% en acciones con derecho a voto, aunque para ello necesitará autorización del Gobierno. 

Una vez se completen todos estos movimientos, debería llegar la estabilidad al accionariado de Telefónica, ya que tanto Sepi (10%) como Stc (9,9%) han asegurado que apuesta es a largo plazo. Se sumarán así a los accionistas históricos de la operadora: BBVA, que ostenta un 4,87%, y CaixaBank que tiene un 3,5%, al que hay que sumar el 2,53% de su brazo inversor Criteria.

Fibra y plan estratégico

Lo que sí tiene fecha fija es el apagado de la red de cobre de Telefónica. Será el 19 de abril de 2024, el mismo día de su centenario, cuando cierre las últimas 3.329 centrales y todos sus clientes pasen a ser de fibra óptica, tecnología que en septiembre de 2023 llegaba ya a 28,9 millones de hogares de empresas y empresas. 

Telefónica se convertirá entonces en la primera gran operadora de Europa en tener una red fija 100% de FTTH, culminando así el proceso de apagado del cobre para clientes minoristas que comenzó en 2014. La apuesta de la compañía por la fibra, que luego replicaron sus competidores, ha permitido a España situarse entre los líderes mundiales de esta tecnología, por encima de sus homólogos europeos y muy cerca de estados referentes como Corea del Sur.

Interior de una central de cobre de Telefónica.

Interior de una central de cobre de Telefónica. Telefónica

2024 también será el año en el que se conozcan los primeros resultados de GPS, el plan estratégico que presentó Telefónica el pasado 8 de noviembre. Una ambiciosa hoja de ruta para los próximos tres años en la que la compañía se compromete a abonar, como mínimo, un dividendo de 0,30 euros y a alcanzar una generación de caja de 5.000 millones de euros al final de 2026.

Entre las numerosas medidas incluidas en el plan se encuentran la apuesta por los servicios digitales con Telefónica Tech como bandera, así como un impulso de sus negocios de empresas y mayorista, que se sumarán a un mayor crecimiento del minorista. También se adoptaran de medidas de eficiencia que permitan reducir los gastos operativos. Entre las primeras, el despido colectivo acordado con los sindicatos que supondrá la salida de la empresa de unos 3.421 empleados y tendrá un coste de alrededor de 1.300 millones de euros.

Consolidación

La revolución interna que vive Telefónica no es única en España. El resto de grandes operadoras de nuestro país también se encuentran inmersas en procesos corporativos que son consecuencia en gran medida de una regulación que ha generado un entorno competitivo que ha lastrado el crecimiento y la rentabilidad de las principales empresas del sector.

La fusión de Orange y MásMóvil, que se cerrará previsiblemente en la primera mitad de 2024, dos años después de su anuncio, creará el mayor operador del país por clientes, aunque todavía por detrás de Telefónica en ingresos. Un hecho que reforzará la petición del grupo presidido por José María Álvarez-Pallete para que se terminen de eliminar las obligaciones a las que está sometida la compañía por su histórica condición de operador dominante. 

[Orange y MásMóvil venden espectro a Digi por 120 millones para lograr el visto bueno de Bruselas a su fusión]

Por su parte, la tercera gran compañía de telecomunicaciones española cambiará de manos. Tras más de 20 años en nuestro país, el grupo británico Vodafone tira la toalla con un mercado "muy complicado" y cerrará la venta de su filial por 5.000 millones de euros. El comprador, un viejo conocido del sector: el fondo británico Zegona, que ya fue dueño de Telecable y Euskaltel. 

Junto a todos ellos, una larga lista de operadoras que han ido cogiendo fuerza (y clientes) en los últimos años. De todos destaca Digi, el gran disruptor del mercado y que lo será aún más al convertirse, si nada cambia, en el gran beneficiario de los remedies de la fusión Orange-MásMóvil. Pero también hay otras compañías reclamando su trozo del pastel, desde Avatel a Finetwork pasando por Lyntia o Adamo.

Regulación

Los intentos de consolidación con el fin de poder ganar músculo inversor para afrontar los despliegues del 5G y la fibra óptica no se dan sólo en España. En otros países europeos como Italia o Reino Unido también hay operaciones corporativas en marcha o en negociación y es posible que a lo largo de 2024 se conozcan nuevos movimientos en un sector necesitado de escala y rentabilidad.

Pero para ello es necesario no sólo que las empresas pongan de su parte, sino también los reguladores. Existe unanimidad en que la regulación actual está diseñada para las telecomunicaciones del siglo XX y que si Europea quiere tener una industria competitiva en este ámbito necesita unas nuevas normas adaptadas al siglo XXI.

[Bruselas propone reforzar a las 'telecos' europeas con un nuevo modelo de financiación de redes y grandes fusiones]

El comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, ya ha anunciado que en Bruselas están trabajando en la Ley de Redes Digitales (DNA), pero será la Comisión Europea (CE) que salga de las elecciones de la próxima primavera la que se encargue finalmente de su diseño.

No obstante, antes de la disolución del Parlamento Europeo, Breton tiene intención de publicar un Libro Blanco que refleje los resultados de la consulta pública realizada a principios de 2023 y dé un paso adelante en la elaboración de un nuevo marco que impulse las inversiones en telecomunicaciones en el Viejo Continente.

Sede de Telefónica en Gran Vía (Madrid)

Sede de Telefónica en Gran Vía (Madrid) Europa Press

El foco de esta consulta ha estado en la petición de las telecos para que las Big Tech que más tráfico de Internet generan contribuyan a la financiación de las redes. En este ámbito, las posturas siguen alejadas y las operadoras no cuentan con un apoyo masivo a su petición entre los estados miembros, por lo que habrá que esperar a conocer la propuesta de DNA para ver cuál será el camino a seguir por Europa.

Sin embargo, el futuro de las telecos europeas va más allá del enfrentamiento entre operadoras y grandes tecnológicas y depende de cambios regulatorios en muchos otros ámbitos como el espectro, los despliegues, la seguridad de las infraestructuras, la autonomía estratégica o la consolidación empresarial, tanto intramercado como a nivel europeo. 

Supercomputador

"Telefónica es el cuarto de transformación del futuro. Esta Telefónica es un supercomputador diseñado para liderar la era digital", aseguraba José María Álvarez-Pallete el pasado mes de octubre en una entrevista con EL ESPAÑOL-Invertia tras recibir el Premio León de El Español a la Gestión Empresarial 2023.

El presidente ejecutivo de Telefónica afirmaba que la operadora ha alcanzado los 100 años porque ha sabido transformarse, "anticipándose siempre a su tiempo y con una misión clara: dar servicio y ser de utilidad a la sociedad". Una máxima que ha permitido a la compañía estar preparada para liderar las redes digitales de futuro, en las que desempeñará un papel fundamental la iniciativa Open Gateway.

[Pallete: "Telefónica es un supercomputador diseñado para liderar la era digital"]

Como no se cansa de repetir Álvarez-Pallete, "vivimos en un cambio de era" marcado por una acumulación de tecnologías disruptivas como nunca se había producido y en el que Telefónica tiene mucho que aportar. Y es que su intención desde que asumió el puesto de presidente ejecutivo ha sido la de preparar a la compañía para los próximos 100 años. 

"Nos hemos preparado a conciencia en los últimos años para cuando llegara este momento y ahora estamos muy bien preparados para liderar el futuro, para doblar el cabo del primer siglo de éxito empresarial y seguir cumpliendo con todo lo que la sociedad espera de nosotros, que es mucho", aseguraba Álvarez-Pallete. 

El 19 de abril de 2024 es una nueva fecha clave en el calendario de Telefónica, que se sumará a la larga lista de hitos vividos en el seno de la compañía en el último siglo. El año que ahora empieza será un año de celebración, pero también, y como no puede ser de otra manera en la historia de la compañía, de transformación. El mundo no para, y Telefónica seguirá avanzando con él.