Ilustración sobre Elon Musk y sus planes para ampliar los servicios de conectividad de su empresa Starlink.

Ilustración sobre Elon Musk y sus planes para ampliar los servicios de conectividad de su empresa Starlink. Arte/E.E.

Tecnología

El plan de Elon Musk para que los móviles siempre tengan cobertura por tierra, mar y aire a través de sus satélites

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Elon Musk lanzó los primeros satélites de Starlink en mayo de 2019 dispuesto a revolucionar las comunicaciones espaciales, como ya había hecho antes con la industria del motor gracias a los coches eléctricos de Tesla. Cinco años después, la compañía ha logrado hacerse ya un hueco en este mercado a costa de los operadores tradicionales con sus planes para ofrecer desde el espacio cobertura en tierra, mar y aire.

El espacio se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos de Elon Musk. Spacex es actualmente una de las empresas más punteras del sector aeroespacial. Entre sus hitos destaca el que tuvo lugar hace poco más de un mes, cuando fue capaz de recuperar con la plataforma de lanzamiento el propulsor de la nave que acababa de enviar al espacio. 

La compañía se ha adjudicado además importantes contratos con la NASA en los últimos años. Y los analistas prevén que la relación entre SpaceX y la agencia espacial se vuelva aún más estrecha tras la victoria de Donald Trump en las elecciones de EEUU. Musk es una de sus personas de confianza, como refleja la decisión de ponerle al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, en inglés).

Starlink es la filial de SpaceX que se encarga de ofrecer servicios de conectividad, tanto para el mercado de Internet residencial como para gobiernos, compañías aéreas o cruceros, entre otras empresas. De hecho, Standard & Poor's (S&P) señala que es precisamente en estos últimos nichos de mercado donde más inesperado ha sido el éxito de la operadora.

La compañía ha logrado robar cuota de mercado a los operadores tradicionales a pesar de las limitaciones de capacidad y desventajas económicas que presentan los satélites de órbita baja terrestre (LEO) que emplea Starlink. Según S&P, lo ha conseguido gracias a su vinculación con SpaceX, el reconocimiento de su marca, un acceso al capital que parece ilimitado y una red de más de 6.000 satélites (y creciendo).

Aire

Starlink firmó el pasado mes de septiembre un contrato con United Airlines por el cual la aerolínea utilizará los satélites de Musk para ofrecer wifi a sus pasajeros en todos sus aviones. La empresa sustituirá progresivamente a los cuatro proveedores que tiene actualmente: Viasat, Intelsat, Panasonic y Thales

Este es el contrato más grande que Starlink ha firmado nunca en este campo. Pero no es el único. La operadora también tiene acuerdos con Qatar Airways, Hawaiian Airlines, Air France, airBaltic, Zipair y el operador de vuelos chárter JSX.

Sin embargo, la mayoría de las aerolíneas internacionales todavía no cuentan con un proveedor de conectividad wifi, por lo que S&P anticipa una creciente competencia entre los operadores tradicionales (Viasat, Intelsat, Hughes, Gogo, Eutelsat y Telesat) y Starlink por hacerse con esos nuevos contratos.

A pesar de que la empresa de Musk ha demostrado su capacidad de ofrecer conexiones rápidas y con baja latencia y aún dispone de una cantidad "significativa" de capacidad sin utilizar, actualmente los satélites LEO no ofrecen la misma seguridad en aéreas congestionadas que los geoestacionarios (GEO) de sus rivales. De ahí, que S&P apuesta por una "conectividad híbrida" que combine ambos servicios.

Mar 

En el caso de las comunicaciones marítimas, Starlink comenzó a ofrecer antes sus servicios y empezó por "las porciones más grandes de la tarta": los cruceros. En este mercado, donde la latencia es importante, sus satélites LEO permiten ofrecer un servicio de calidad, aunque S&P cree que los servicios GEO y de órbita terrestre medio (MEO) pueden servir como respaldo. 

La compañía de Musk se ha hecho con relevantes contratos en este mercado en los últimos años. Por ejemplo, desde el pasado mes de mayo toda la flota de Carnival está equipada con el servicio Starlink, que también está presente en 22 barcos de MSC. Por su parte, Royal Caribbean fue uno de los primeros en adoptarlo y ahora prevé implementarlo en sus marcas Celebrity Cruises y Silversea.

Satélite de Starlink

Satélite de Starlink SpaceX

S&P prevé que los próximos pasos de Starlink pasen por expandirse al mercado de yates y buques comerciales y que además lo haga con precios "agresivos", dada la elevada capacidad disponible que tiene en los océanos. Por el contrario, las antenas que ya tienen instaladas los barcos pueden ser una barrera de entrada para la compañía, ya que sería necesario cambiarlas, con el coste que eso conlleva.

En este nicho de mercado, los operadores satelitales tradicionales que más pueden ver amenazado su negocio por culpa de la irrupción de Starlink son Viasat, Iridium Satellite, Venga Holdings (Marlink), Telesat, Intelsat

Tierra

Sin embargo, según Standard & Poor's, donde más riesgo tienen los operadores tradicionales de perder cuota de mercado en favor de Starlink es el servicio de Internet en zonas rurales. Y es que los proveedores con satélites LEO ofrecen una latencia similar a la de la fibra y una mayor velocidad que los que operan con geoestacionarios

De hecho, Hughes contaba a 30 de junio de 2024 con 714.000 suscriptores de banda ancha en EEUU, un 38% menos que los que 1,14 millones de hace tres años. Viasat no ofrece datos de forma regular, pero S&P estima que su base de clientes de este servicio ha bajado a unos 228.000. Por el contrario, Starlink ha sumado 1,4 millones de suscriptores desde su debut en 2021.

No obstante, la tendencia de crecimiento de Starlink se ha frenado en EEUU como consecuencia de sus subidas de precios y de sus propias limitaciones de capacidad. Aun así, la agencia prevé que siga sumando abonados a medida que lance más satélites (actualmente ya tiene aprobado el despliegue de otros 12.000). 

Otro nicho de mercado en el que Starlink también puede quitar negocio a los actores tradicionales, aunque en menor medida, es el de los contratos públicos. Es el caso de las comunicaciones militares, que se pueden beneficiar de su baja latencia y su ancho de banda, su menor coste y la mayor dificultad para interceptar las comunicaciones.

Directo al móvil 

El próximo campo de batalla entre la compañía de Musk y los operadores tradicionales será el de las comunicaciones directas entre el móvil y el satélite, que puede ser de utilidad en situaciones de emergencia cuando se caen las redes tradicionales. Los analistas de Juniper Research esperan que las primeras conexiones comerciales se lancen ya en 2025.

De hecho, el dueño de SpaceX ya se ha enfrentado públicamente con las operadoras de telecomunicaciones europeas por su petición de relajar las salvaguardas establecidas por los reguladores para evitar que las señales emitidas a través de los satélites puedan provocar interferencias en las redes móviles terrestres.

Mientras las telecos avisan de que esto podría provocar una degradación del servicio y un aumento de los costes de despliegue, Musk les acusa de querer "detener el progreso" y obstaculizar el desarrollo de la tecnología D2D, en la que también tienen proyectos AST Spacemobile, empresa entre cuyos inversores se encuentran Vodafone, Google, AT&T, Rakuten o American Tower.

Independientemente de como se resuelva esta dispuesta, lo cierto es que el satélite está llamado a recuperar una posición relevante en las comunicaciones y que Elon Musk, con SpaceX y Starlink como bandera, está dispuesto a no desaprovechar esta oportunidad para seguir incrementando su negocio.