El sector turístico es uno de los más afectados por la crisis del coronavirus. Su situación genera cierta incertidumbre y está vinculada al momento en el que se levante el estado de alarma y se produzca la ya famosa desescalada. Pero cuando este momento sea una realidad, ¿los españoles podrán ir a la playa a tomar el sol o volar hasta Londres?
La respuesta es no. Al igual que una tienda de Zara abrirá sus puertas tras el estado de alarma -con sus debidas medidas de seguridad- el sector turístico no comenzará a rodar inmediatamente. Muchos aviones seguirán aparcados en los aeropuertos y la mayoría de los hoteles seguirán cerrados; por lo que asistiremos a un escenario prácticamente más propio de las imágenes del pasado en blanco y negro y dominada por el miedo psicológico.
“La demanda nacional será la primera en reaccionar. Viajaremos a lugares próximos como segundas residencias -o pueblos-; y lo haremos en coche privado”, señala a Invertia el vicepresidente de Exceltur, José Luis Zoreda, quien reconoce que tardaremos en usar el avión, los trenes o cualquier transporte público. Eso quiere decir que lo primero que se reactivará será el turismo doméstico; algo lógico teniendo en cuenta las restricciones de volar a otros países.
Gran parte del sector es consciente de que al turismo le quedan muchos meses de recuperación y que la inseguridad jugará un papel importante. “¿Hasta qué punto el miedo nos permitirá viajar sin temor a contagios?”, se pregunta Zoreda, quien añade la propensión al gasto como otro factor a tener en cuenta a la hora de viajar. Muchos españoles no podrán gastar lo de otros años porque su economía habrá sufrido el impacto del coronavirus.
Si bien es cierto, todo dependerá de cómo se realice esa desescalada y de las limitaciones que tengan los ciudadanos para viajar entre comunidades. Algo de lo que también es consciente el propio Gobierno. La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, aseguró el pasado miércoles que ya están trabajando con el sector turístico en distintos escenarios, aunque “están condicionados por la evolución de la crisis sanitaria”.
En busca de un plan
El Gobierno reactivará en un principio los viajes internos con la idea de mantener “un turismo seguro”. De ahí que haya anunciado una campaña a través de Turespaña para demostrar que la gente se puede mover con seguridad.
Sin embargo, el sector reclama más medidas de apoyo, como la eliminación o aplazamiento de impuestos, facilitar la liquidez de las empresas y la aplicación de ERTE, entre otras. “En otras crisis hemos sido el sector locomotora y ahora somos el más vulnerable”, denuncia Zoreda, quien recuerda que esta industria “tiene ahora mismo todo perdido”.
De hecho, según Exceltur el sector turístico español, entre la actividad directa e indirecta, sufrirá este año por el coronavirus unas pérdidas de facturación que podrían alcanzar como mínimo los 55.000 millones de euros, lo que supondrá un desplome del 32,4%.
Aunque se barajan escenarios peores. Según cálculos de la Mesa de Turismo, en el peor de los escenarios las pérdidas para el conjunto del sector podrían alcanzar más de 90.000 millones de euros y los consiguientes cierres y concursos de acreedores de miles de empresas, así como la destrucción de un gran porcentaje del empleo turístico.
En este escenario se contempla que los mercados tradicionales más importantes (británicos, alemanes, franceses, italianos, entre otros) no pudieran o quisieran viajar por razones sanitarias o simplemente económicas.