La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, desaconsejó hacer las reservas de vacaciones para verano ante la imposibilidad de hacer pronósticos fiables sobre los efectos de la pandemia del coronavirus. Ante esto, el sector turístico con los hoteleros a la cabeza se ha levantado en armas para intentar mantener en activo la industria ante declaraciones de este tipo y evitar los problemas de liquidez a los que se enfrentan. Eso sí, requieren de la voluntad de sus clientes.
“Estoy de acuerdo en que no haya certezas sobre cuándo se va a volar”, explica a Invertia el secretario General de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), Ramón Estalella, que considera que a ese discurso le falta algo: las reservas reembolsables o sin previo pago para no dejar totalmente vendido al sector.
A las hoteleras no les ha quedado otra que reinventarse para conseguir la misma liquidez que ya pidieron las aerolíneas. ¿Cómo? “Ahora hay una nueva política de reembolsos y flexibilidad en la contratación y cancelación de viajes”, explica Estalella. Lo más común es la posibilidad de reservar vacaciones este verano permitiendo cancelar sin reembolso en caso de que el viaje no se pueda llevar a cabo por la extensión de la crisis sanitaria.
Nuevos bonos
Pero hay políticas que tiran de ingenio. Así, existen hoteles que están ofertando bonos con mejores condiciones para premiar a ese cliente responsable que no ha pedido la devolución del dinero, sino un bono a canjear más adelante. Por ejemplo, añaden una cena de invitación u ofrecen descuentos en excursiones.
Hay quienes incluso van más allá y quieren agradecer a los clientes su compromiso con iniciativas como “adoptar habitaciones a las que que poner su nombre o plantar una planta en concepto de donación y, a cambio, le dan habitaciones gratis en sus hoteles”, revelan desde la patronal hotelera. También se tira de vídeos en Youtube para llamar a la emoción de los usuarios.
“Las formas de vender han cambiado”, asegura Estalella. Y es que el objetivo principal es conseguir liquidez en un momento de total incertidumbre en el que todos los hoteles de España están cerrados por decreto desde el 26 de marzo y no hay previsión de apertura a la vista. Ni tan siquiera por parte del Gobierno, que lo fía todo al turismo nacional.
De hecho, desde Cehat no se plantean ningún escenario ya que su recuperación está ligada directamente a que haya de nuevo aviones volando y estos, a su vez, a las restricciones provocadas por el coronavirus en términos de movilidad. Tan solo esperan “poder abrir y luchar para que no desaparezcan muchas compañías hoteleras ni los empleos”.