España se queda fuera del lanzamiento europeo de la esperada aplicación móvil de rastreo de infectados por coronavirus en plena reapertura turística. Mientras que el Gobierno de Pedro Sánchez todavía no lanza el piloto que prometió realizar en Canarias, esta herramienta clave para combatir la pandemia durante la desescalada ya está disponible en las grandes potencias de la Unión Europea.
Alemania la ha activado este martes, mientras que Francia e Italia ya lo hicieron a principios de mes. En total, ocho países miembros ya la tienen en marcha (Alemania, Francia, Italia, Austria, República Checa, Letonia, Polonia y Hungría) y otros diez planean activar este instrumento entre junio y julio: España, Estonia, Irlanda, Finlandia, Holanda, Lituania, Malta, Chipre, Croacia, Portugal y Dinamarca.
La diferencia es que mientras la mayoría de los países del continente comenzará a utilizarla en todo el territorio, en España solo se estrenará -probablemente a finales del mes de junio- en Canarias y sólo como una experiencia piloto. Fuentes del Gobierno indican a Invertia que no hay fecha para su aplicación en el resto del país ya que todo dependerá de la experiencia canaria y de su despliegue final.
De esta manera, España queda como mero espectador del pacto que los Gobiernos europeos han alcanzado este miércoles, con el apoyo de la Comisión. Se ha cerrado un conjunto de estándares técnicos para garantizar la interoperabilidad entre las diferentes aplicaciones móviles nacionales. Eso significa que las apps de rastreo nacionales funcionarán sin interrupción cuando los usuarios viajen a otro Estado de la UE, sin necesidad de descargarse la aplicación del país de destino.
El acuerdo se ha logrado justo cuando la mayoría de Estados europeos han empezado a levantar los controles fronterizos y las cuarentenas de cara a la temporada turística veraniega. Pero en el caso de España no servirá para prevenir posibles rebrotes por casos importados si el Gobierno de Sánchez no lanza a tiempo una aplicación a nivel nacional.
Importancia de la 'app'
Dicho de otra manera, si un turista alemán llega a Mallorca, Valencia o Barcelona -y se contagia de coronavirus- será imposible hacerle un seguimiento a sus contactos mientras haya estado en España. Solo se le podría hacer un rastreo con esta herramienta si viajase a Canarias y sólo si lo hace a partir de finales del mes de junio.
"Según se acerca la temporada turística, es importante garantizar que los europeos puedan utilizar la aplicación de su propio país cuando viajen por la UE", señaló el comisario de Mercado Interior, el francés Thierry Breton. "Las tecnologías digitales son cruciales para alertar a nuestros ciudadanos sobre los riesgos de infección y para romper las cadenas de transmisión cuando estamos reabriendo nuestras sociedades y nuestras economías", sostuvo la comisaria de Sanidad, la chipriota Stella Kyriakides.
Respecto a este aparente retraso y ante la inminencia del comienzo de la temporada turística, en España indican que están en la línea de otros lanzamientos a nivel europeo. "Estamos respetando los tiempos europeos", dicen en el Ejecutivo. No obstante, otras fuentes consultadas indican que el no tener una aplicación activa en todo el territorio español es un potencial freno para el desembarco de turistas extranjeros.
El hecho de que en España no se pueda tener una app de rastreo funcionando en todo el país hace que muchos turistas o Gobiernos duden al recomendar viajar a nuestras ciudades. Sin app, España podría convertirse en una zona oscura donde se pierda el rastro de los contactos y sea imposible frenar eventuales contagios y acotar posibles brotes en zonas turísticas por casos importados.
Una app de este tipo puede elaborar un mapa de los contactos que ha tenido en las últimas horas un contagiado y, por tanto, aislar en un plazo muy breve de tiempo potenciales nuevos portadores, tanto en el país de residencia del turista como en su lugar de vacaciones. En España esto no sería posible en todo el territorio.
Alemania e Italia
En esta misma línea, siempre desde el Gobierno se había justificado el retraso en la puesta en marcha de esta app por la lentitud de Europa a la hora de acordar la interoperatibilidad de la aplicación. Ahora, tras el acuerdo a nivel comunitario todo parece indicar que su despliegue no se acelerará, pese a que en Europa ya no se duda de su utilidad para monitorizar su desescalada del confinamiento.
El Ejecutivo comunitario pide a los ciudadanos que se descarguen y utilicen estas aplicaciones de rastreo en los países donde ya existen porque "estas tecnologías sólo pueden ser eficaces si tenemos una masa crítica de usuarios y existe interoperabilidad a través de las fronteras de la UE". El app StopCovid ha tenido un debut decepcionante en Francia, con sólo 1,5 millones de descargas en sus 10 primeros días (alrededor del 2% de la población). En contraste, la versión italiana (Immuni) ha gozado de mejor recepción, con 2,2 millones de descargas pese a que inicialmente sólo está disponible en 4 regiones del norte.
La aplicación alemana Corona-Warn-App ha sido creada por Deutsche Telekom y la multinacional informática SAP. "Este app no es la panacea ni una vía libre. Pero es una herramienta adicional importante para contener la pandemia", ha dicho el ministro de Sanidad, Jens Spahn, durante el acto de lanzamiento.
Como la mayoría de las aplicaciones desarrolladas en la UE, la Corona-Warn-App se basa en la tecnología de Apple y Google. Funciona con bluetooth para detectar los contactos de proximidad y almacena la información en el dispositivo de cada usuario y no en servidores centralizados. Según sus defensores, este modelo es más seguro y respetuoso con la privacidad porque garantiza que los datos no acaben en manos de gobiernos o corporaciones.
También operan con una arquitectura descentralizada la mayoría de los apps de rastreo que ya están en activo en la UE: Austria, República Checa, Italia, Letonia y Polonia. Las únicas excepciones son Francia y Hungría, que sí utilizan sistemas centralizados de recogida de datos. Los otros 10 países miembros que piensan desplegar aplicaciones en junio y julio también han optado por la solución descentralizada.
Funcionamiento de la 'app'
Un vez activadas, este tipo de apps generan identificadores arbitrarios temporales (una serie de números y letras). Estas claves se intercambian a través de bluetooth entre los teléfonos que se encuentran a corta distancia con una aplicación similar activa. Si a una persona se le diagnostica el Covid-19, su médico le permitirá confirmarlo a través de la aplicación.
En ese momento, el rastreo de contactos electrónico activará una alerta dirigida a las personas con las que el infectado haya estado en contacto. Esos usuarios reciben una notificación sobre su exposición y consejos sobre las medidas que tengan que adoptar (por ejemplo, ponerse en cuarentena o someterse a una prueba de detección). Pero en ningún momento se revela ni la identidad de la persona infectada ni el lugar ni el momento exacto del contacto.
La solución de interoperabilidad que han acordado los Gobiernos de la UE permitirá que este cotejo de datos se realice también en el caso de los usuarios que viajen desde otros Estados miembros, sin necesidad de descargar varias aplicaciones nacionales. Además, Bruselas quiere crear un "servicio de pasarela", una interfaz para recibir y transmitir de manera eficiente la información de servidores y aplicaciones nacionales de rastreo de contacto.
Este servicio de pasarela minimizará el volumen de datos intercambiados y por lo tanto reducirá el consumo de datos por los usuarios. Cuatro países -Alemania, Irlanda, Holanda y Polonia- se han alistado en un proyecto piloto que posteriormente se extenderá al resto de Estados miembros. Sin embargo, de momento la conexión no será posible con Francia ni con Hungría por usar el sistema centralizado de recogida de datos.
Desde el principio de la crisis, Bruselas ha impuesto una serie de reglas muy estrictas en materia de privacidad para las aplicaciones de rastreo del Covid-19. En primer lugar, deben ser aprobadas por las autoridades sanitarias de los Estados miembros y respetar plenamente las reglas de la UE en materia de protección de datos.
Su instalación tiene que ser voluntaria y deberán desmantelarse desde el momento en que ya no resulten necesarias. Las aplicaciones se basarán en las soluciones tecnológicas con más garantías en materia de privacidad: Bruselas rechaza un seguimiento por geolocalización de las personas, por ejemplo, con GPS. Finalmente, las apps de rastreo deben funcionar siempre con datos anonimizados, que en ningún caso revelen la identidad de las personas contagiadas.