El turismo que conocíamos se está haciendo de rogar. A Andalucía le va a costar más de una campaña de promoción recuperar la vieja normalidad turística que tanto añoramos. El empresariado andaluz no es optimista: reconoce que los niveles que teníamos antes de la pandemia no llegarán hasta finales de 2024 o inicios de 2025.
Así lo ha expresado el vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Empresarios del Sur de España (CESUR), Fernando Seco. En declaraciones Invertia, ha sido franco en su diagnóstico turístico: “queda un largo camino por recorrer”. Vincula la recuperación al control de la pandemia y la efectividad de las vacunas que están por llegar.
“Los cálculos realistas nos llevan a pensar que hasta finales del próximo año no se iniciará la recuperación. La normalidad de las operaciones no vendrá hasta mediados del 2022 y la recuperación de la actividad hasta los niveles que teníamos antes de la pandemia no llegará hasta finales del 2024 o inicios del 2025”, augura Seco.
Pese a las duras previsiones, el vicepresidente confía en la recuperación de la actividad turística gracias a las infraestructuras y la riqueza natural de Andalucía como destino. “Tenemos un turismo nacional muy importante a lo largo de todo el año”, afirma mientras subraya el papel del turismo de interior en la reactivación.
En este sentido, Seco niega que Canarias esté ganando la posición turística que tenía Andalucía. “Canarias tiene su propio cliente turístico y todavía está muy lejos de volver a la normalidad. Si consiguiera volver a la normalidad antes, cosa que deseamos, no sería a costa de Andalucía”.
“Consecuencias graves”
Las restricciones en materia de movilidad tampoco ayudan a la ansiada recuperación. Reconoce que en verano la sociedad se relajó y las reuniones multitudinarias y fiestas nocturnas no se atajaron a tiempo. Como consecuencia, a su juicio, “el cierre de la comunidad y municipios tendrá consecuencias económicas graves”.
“Paraliza prácticamente todo el turismo y la hostelería al reducirse la movilidad, así como los espacios culturales y de ocio. El sector servicios era el más importante para nuestra economía”, ha explicado. Con ello, teme que las limitaciones vayan a más por su efecto devastador.
Ante tal situación, augura que muchas más empresas pequeñas y negocios de autónomos desaparecerán. “Hay que ayudar a estas personas y pequeñas empresas y espero que los Presupuestos Generales del Estado contemplen esta situación”, reclama junto a potentes inversiones públicas en obras de infraestructuras.