Aena ha decidido tensar la cuerda en la batalla que mantiene con los inquilinos de sus locales comerciales. El gestor aeroportuario ha emitido esta semana las facturas para cobrar a los retailers las cuantías que le deben desde el estado de alarma del pasado marzo. Esta decisión se produce después de que muchos de los propietarios de esos negocios se hayan negado a aceptar su última propuesta para rebajar el precio del alquiler.
La caída del tráfico de pasajeros en las terminales de los aeropuertos ha provocado un serio conflicto entre la empresa que preside Maurici Lucena y los inquilinos de sus locales, entre los que figuran tanto grandes empresas, participadas por fondos de inversión, como pymes con puntos de venta en los aeropuertos.
Tras meses sin lograr un acuerdo y después de que el conflicto haya llegado a algunos juzgados, Aena mandó a los afectados una propuesta para rebajar el precio del alquiler un 60% en 2020 y otro 50% para el tiempo que durase el actual estado de alarma e incluyó un ultimatum para que se acogieran a esta oferta.
Una propuesta que desde el gestor de aeropuertos se describía como una "negociación de buena fe", pero que no convenció a la otra parte.
De hecho, lejos de apaciguar el conflicto, esta última carta lo ha recrudecido con algunos afectados. Más de una treintena de empresas se ha asociado para rechazar esa oferta a través de un abogado común. Como avanzó este periódico, esas pymes estudian ahora agruparse en una asociación para tener más peso en sus negociaciones futuras con Aena.
Mientras tanto, muchos de los grandes operadores del retail tampoco la aceptaron por considerar que no es realista, según han confirmado a este periódico fuentes conocedoras de las negociaciones.
Sin embargo, desde el operador participado por el Estado se considera que su oferta es generosa y "equilibrada", ya que "va más allá del Real Decreto Ley de ayudas al Comercio y la hostelería" aprobado por el Gobierno. Por ello, ha comenzado a mandar las facturas a todas las empresas a las que tiene alquilados locales, tanto a las que aceptaron su oferta, como a las que la rechazaron.
Caída del tráfico
El argumento de los afectados es que el tráfico ha caído muy por encima de ese 50% que contempla la rebaja y va a seguir hundido. En el año 2020 -incluyendo el primer trimestre que no estuvo afectado por la Covid- el descenso del flujo de pasajeros alcanzó el 73%.
Ante el rechazo de los minoristas a su propuesta, la compañía ha comenzado a enviar ya las facturas correspondientes a 2020 sin aplicar ningún descuento a los propietarios. La decisión amenaza con llevarse por delante a algunos negocios que están al borde del concurso de acreedores por el desplome de las ventas.
Según fuentes conocedoras del conflicto, una vez emitida la factura el inquilino que no esté en un procedimiento judicial está obligado a abonar el importe. No obstante, para Aena también hay riesgos, ya que si después un juzgado anula la factura, tendrá que devolver el importe abonado más los intereses.
Licitaciones con descuento
La última licitación abierta por el gestor de aeropuertos para alquilar sus locales del aeropuerto de Málaga ejemplifica la crisis que sufre Aena como consecuencia de la caída del tráfico que ha provocado la Covid-19.
En 2019, la empresa adjudicó al grupo galo Lagardère un local por el que tenía que pagar una Renta Mínima Garantizada Anual (RMGA) próxima a 534.000 euros. Ante el desplome del tráficio, este grupo renunció al contrato y ha vuelto a salir a licitación por un importe de 17.419 euros, según figura en su web.
Se trata de un descuento que ronda el 95% y que prueba, según empresas afectadas por el conflicto, que la propuesta de reducir los precios un 50% no está adaptada a la nueva situación de un mercado que depende de las vacunas para poder recuperarse de los efectos devastadores que esta crisis de origen sanitario ha tenido sobre la movilidad.