Testigo de la historia de Madrid y de eventos del más alto nivel, por el Ritz de Madrid han pasado personalidades de todo tipo en sus 111 años de existencia. Desde políticos y empresarios hasta estrellas de Hollywood como Ava Gardner, Madonna o Frank Sinatra.  

Hace tres años cerró para acometer una reforma que ha costado cerca de 100 millones al grupo Mandarin Oriental, tras adquirirlo en 2016 por 148 millones de dólares, junto con el grupo saudí Olayan. 

Su reapertura estaba prevista para 2020, pero la Covid ha retrasado el momento más esperado para su director, Greg Liddell, quien ha abierto las puertas del hotel a Invertia para mostrar la nueva imagen del Ritz. “Queremos que los huéspedes sientan que están en el Ritz de toda la vida, pero también con los toques de este siglo”, ha señalado. 

El hotel cuenta con menos habitaciones, pero más suits (53 en total) y precios que oscilan entre los 650 y los 15.000 euros. Además, incluye una piscina -antes no tenía- y cinco espacios gastronómicos de los que se podrán disfrutar desde ayer jueves 15 de abril, fecha en la que el Ritz añadió más lujo a la planta hotelera de la capital. 

Tres años después reabre el Ritz. ¿Tenía ganas ya?

Sí, totalmente. Teníamos muchas ganas de estar aquí y abrir el hotel ya. 

¿Por qué han escogido el 15 de abril para reabrir después de varios retrasos por la Covid y el turismo internacional en horas bajas?

Ya se terminó el proyecto en cuanto a construcción. Hemos tenido tiempo para fijarnos en muchos detalles y pasado ese tiempo ya estamos listos para abrir. Esa es la razón de abrir ahora y no hay otra. 

Es verdad que, con la Covid, somos realistas y no tenemos prevista una alta ocupación de habitaciones ahora, pero sí vemos demanda de largo plazo. Pero en el universo gastronómico del hotel, donde hemos apostado fuerte por medio de Quique Dacosta, vemos mucha demanda y con una relación muy cercana a la población de Madrid. 

¿En un principio, entonces, se centrarán en el turista local o nacional y más tarde en el internacional?

Totalmente. Uno podría pensar que abrimos ahora con poca ocupación, pero nos da tiempo a fijarnos en el detalle. Hemos tenido tres años de formación y meses de preparación, pero con la apertura vamos a coger el ritmo del día a día. 

De vuelta al proceso de reforma, ¿por qué se iniciaron las obras? ¿Estaba anclado en el tiempo el hotel?

Han pasado cinco años de la compra del hotel por parte de los actuales propietarios, uno de ellos Mandarin Oriental. Sabíamos que le tocaba una reforma. A partir de ahí, fuimos eligiendo diseñadores y arquitectos y empezamos hace tres años.

Este edificio está muy protegido por ser histórico y no queríamos romper con el edificio. Queremos que los huéspedes sientan que están en el Ritz de toda la vida, con una historia y legado de hace muchos años, pero también con los toques de este siglo. Por eso hemos apostado en el mundo de la gastronomía.

¿Cómo es el nuevo Ritz?

Tenemos un spa wellness con piscina y gimnasio. Algo que no había antes. El universo gastronómico se ha ampliado a cinco espacios gastronómicos, con tres restaurantes (como la Dehesa) y dos bares. Uno de ellos ubicado en el famoso jardín, con cocina completa y barra de coctelería. 

Habitaciones hay 153, de ellas 53 son suites. Tenemos menos habitaciones (antes había 167) para tener más suites. También se añadieron suites en la sexta planta. El enfoque fue incrementar el número de suites y tamaño de habitaciones porque vemos una demanda muy fuerte de EEUU, España o Europa. 

¿Qué horquilla de precios puede encontrarse el huésped?

Desde los 650 euros la noche hasta los 15.000 euros. Hay diez tipos diferentes de suites. También depende de la temporada, pero estamos en esos números. 

Uno podría pensar que abrimos ahora con poca ocupación, pero nos da tiempo a fijarnos en el detalle

¿No es arriesgado abrir un hotel de lujo en plena pandemia?

Estamos manteniendo los protocolos de Covid (We care). Quizás es la oportunidad de fijarnos en el detalle y coger ritmo de apertura porque vemos la demanda a final de año fuerte. 

Además, los hoteles Four Seasons y Palace ya están operando en la ciudad de Madrid...

Todos nos ayudamos unos a otros. La llegada de Four Seasons aporta mucho a la ciudadanía. Estamos a la espera de que llegue Rosewood Hotels (Villa Magna). 

Madrid se había convertido en un destino hotelero, ¿cómo va a evolucionar ahora?

Con la llegada de Four Seasons, Rosewood Hotels y Mandarin, van a fijar este destino. Es una ciudad majestuosa, con su cultura y gastronomía. Todo lo que ofrece en sí mismo Madrid se ha completado con esta apuesta de hoteles de marca y lujo. 

¿Qué ocupación esperan para el verano?

Estaremos por debajo del 50% para verano. 

¿Y a finales de año?

A finales de año subirá al 75%. Es un dato fabuloso. Lo que vemos es que con la llegada de las vacunas las ganas de querer viajar se notan.

¿Cómo ve el ritmo de vacunación? ¿Se va a cumplir?

Es muy importante para nosotros. Es verdad que hay retrasos, pero tengo la esperanza de que esto se va desarrollar rápido.

Además, entiendo que con la población española inmunizada, ¿será mejor para la llegada de turistas internacionales?

Es la clave. No le puedo dar más importancia. 

¿De qué nacionalidades esperan recibir clientes?

Norteamérica, sudamericano y asiáticos por nuestras raíces de Asia. Aquí en Europa estamos bien representados con hoteles en Londres, París, Milán, Ginebra, Praga, Munich y en Estambul vamos a abrir en unos meses. 

¿Y el cliente más joven?

Estamos a la espera de que nos apoye el mercado de toda la vida. Pero es verdad que la apuesta de Quique Dacosta y el espacio Wellness nos ayudará a aportar algo más a una generación más joven. 

También han reabierto en Barcelona. ¿Cómo están funcionando las reservas?

Reabrimos el 12 de marzo. Nos va bien, pero estamos a la espera de que se abran las fronteras. Tenemos una ocupación de entre el 25% y el 30%, pero va subiendo cada semana. 

¿Cuándo espera que se recupere el turismo?

Finales de este año. En nuestro mercado, con vacunas y la apertura de fronteras veo muchas ganas.

¿Quiere decir que el turismo de lujo se recuperará antes?

Sí, lo veo.