Tras varios retrasos y muchas dudas, la 41º edición de Fitur echa a rodar justo en el momento en el que el turismo español necesita un empujón y el Gobierno un respiro en plena pandemia. Aunque sea la edición más extraña -al celebrarse en un mes de mayo cuando lo normal es a finales de enero- y la más descafeinada por las limitaciones de aforo, el sector turístico pone todas sus esperanzas para levantar en vuelo este verano.
Y Fitur es el mejor escaparate para ello. Siempre lo ha sido, pero ahora más todavía. El presidente de Iberia y del Comité Organizador de Fitur, Javier Sánchez Prieto, ya avisó la semana pasada que esta edición debe ser “punto de inflexión para un año complicado” y debe servir como “revulsivo para relanzar el turismo y dinamizar la economía”.
El mensaje está claro: se trata de demostrar que España es un país seguro para dejar los fantasmas del pasado verano atrás cuando nuestro país demostró una nula capacidad diplomática para evitar que muchos países, como Alemania y Reino Unido, nos vetaran como destino turístico. De hecho, todavía Reino Unido nos mantiene en ámbar en su semáforo de países a los que recomienda viajar.
Esta edición de Fitur será la más segura de todas las que se han celebrado ya que durante los tres primeros días, todos los profesionales deberán realizarse un test de antígenos o PCR y aportar el resultado negativo correspondiente para poder participar en el mayor evento turístico del año.
Balón de oxígeno político
Por ello, no celebrar Fitur hubiera sido todo un jarro de agua fría para el sector, nada comparable con el Mobile World Congress donde muchas grandes empresas han decidido no participar de forma presencial. En este caso, estarán presentes compañías tan importantes como Meliá, Iberia, Vueling o entes públicos como Paradores, entre otras muchas.
En el plano político también se ha puesto mucho hincapié en la presencialidad de la feria. Lo ha hecho la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, en la mayoría de sus últimos actos oficiales, como el Foro Económico 'Canarias tras la Covid-19', que se ha celebrado entre el 17 y el 18 de mayo y que han organizado EL ESPAÑOL, Invertia y Diario de Avisos.
Y lo hará el próximo viernes en la feria el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la presentación del nuevo dispositivo que albergará el pasaporte sanitario europeo (Green Pass) cuando se apruebe definitivamente en Europa.
Todo ello envuelto en un discurso en el que el Gobierno aprovechará para anunciar -una vez más- el buen ritmo de vacunación y asegurar el objetivo del 70% de la población vacunada a finales de agosto.
En definitiva, noticias positivas que el Ejecutivo necesita tras el desgaste político de la pandemia y la derrota electoral en Madrid.
A las puertas del verano
En términos turísticos y de credibilidad España tiene mucho que recuperar. La Covid ha tenido un efecto devastador en el turismo español. La llegada de turistas internacionales a España se hundió un 77,3% en 2020, con sólo 19 millones de visitantes, una cifra inédita desde 1969. Por su parte, el gasto realizado por los turistas se desplomó el año pasado un 78,5%, con sólo 19.740 millones de euros, según datos del INE.
Del 15 de marzo de 2020 (inicio del primer estado de alarma) a 15 de marzo de 2021 se han perdido 116.402 millones de euros de actividad turística y un total de 841.436 empleos turísticos se han visto afectados por ERTE o en peligro de desaparecer durante la pandemia, según la alianza turística Exceltur.
De esta forma, Fitur pone el foco en la reactivación de un sector estratégico para la economía y, muy especialmente, para nuestro país, uno de los más competitivos del mundo en materia de turismo, según el Foro Económico Mundial, y donde la contribución de esta industria ha llegado a representar en 2019, en términos de empleo y PIB, cerca del 13%. Cifra que ha caído a poco más del 4% en plena pandemia.
5.000 empresas
Si bien es cierto, las cifras de la feria este año están muy lejos de las de anteriores ediciones. Fitur, que cuenta con 44.000 m2 netos de exposición y siete pabellones (menos que en otras ocasiones), reúne en esta especial edición un total de 5.000 participantes, con representación de los cinco continentes y participación directa de 55 países, entre destinos y empresas, de los cuales 37 asisten con representación oficial.
Una representación internacional a la que se suma por primera vez a sus estadísticas la participación hasta la fecha de 79 nacionalidades en la plataforma digital FiturLIVEConnec.
Asimismo, cabe destacar la presencia de las 17 comunidades autónomas, además de Ceuta y Melilla. Las previsiones de asistencia para esta convocatoria se cifran en torno a 50.000 profesionales nacionales e internacionales, de miércoles a viernes, y se esperan otras 50.000 personas, en las jornadas de público del fin de semana.
Cifra que supone una reducción de más de 150.000 asistentes de la última edición de la Feria, celebrada en enero de 2020, cuando se recibieron 255.000 visitantes, participaron 11.040 empresas, 165 países y regiones y tuvo un impacto económico valorado en 333 millones de euros.