La Gran Vía de Madrid sigue con su particular transformación de los últimos años. La icónica calle madrileña verá nacer un nuevo hotel en el número 60, en un edificio abandonado pero famoso por tener la estatua del ‘Romano’ en su azotea y por haber albergado la Casa Social del Banco Hispano de Edificación. El Ayuntamiento de Madrid ha aprobado inicialmente el plan especial, promovido por Gran Vía 60 SL, que prevé cambiar su uso residencial por uno hotelero.
El plan pretende conseguir la puesta en valor del edificio que, en estos momentos, se encuentra en estado de abandono (la parte residencial) desde hace cinco años a excepción de los locales comerciales de la planta baja y primera. La idea es la construcción de un establecimiento hotelero, en edificio exclusivo, dejando como compatibles los locales comerciales de planta baja.
Tal y como se justifica en la memoria de este plan especial, el uso terciario clase hospedaje que se propone permite la restauración y recuperación de los elementos arquitectónicos que motivaron la catalogación del edificio como nivel 1 Grado Integral.
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Este nivel establece la conservación integral y, por tanto, se entiende que el edificio dispone del máximo nivel de protección en el planeamiento municipal aplicable, según los parámetros urbanísticos del Ayuntamiento de Madrid.
La demanda potencial de la zona hace prever una facturación anual en torno a los 3,4 millones de euros lo que, según se desprende de la memoria económica, asegura que queda garantizada la solvencia y viabilidad del plan especial teniendo en cuenta una inversión de 5,9 millones de euros.
Se estima que el aforo del hotel podría ser de 472 personas y que las obras podrían llevar tres años, contando a partir de su aprobación definitiva.
La parcela en la que se ubica el inmueble tiene una superficie aproximada de 478,45 m2. Linda al Norte con el número 15 de la calle San Bernardo, al este con el número 58 de la Gran Vía, al sur con la Gran Vía y al oeste con el número 62 de la Gran Vía.
El edificio dispone de una planta sótano y doce plantas sobre rasante, siendo diez de ellas de superficies similares. La planta décima dispone de dos terrazas simétricas ubicadas al frente de la Calle Gran Vía, y la planta undécima o ático, ocupa solamente el frontal interior de la totalidad de la planta. También cuenta con dos patios interiores y dos posteriores.
El uso actual del inmueble es el residencial, aunque se encuentra totalmente desocupado en las plantas correspondientes con este uso. Está ocupado por locales de uso terciario oficina en planta baja y planta primera. La planta sótano se encuentra destinada a vivienda del portero del edificio, así como zonas de almacenamiento actualmente sin uso y cuartos de instalaciones del edificio.
La memoria del plan especial no descarta la transformación del edificio para su uso residencial. Sin embargo, un análisis y estudio previo desvela que el estado actual de la edificación en la mayoría de sus plantas no se corresponde con el previsto para un programa de uso residencial.
Y, que en caso de querer proyectar viviendas, “el desarrollo de estas unidades residenciales tendría mayor impacto sobre la traza del edificio protegido que el uso hospedaje que se pretende implantar”, justifica.
Edificio emblemático
El edificio de Gran Vía 60 fue construido en 1930 como edificio de oficinas y viviendas y se encuentra dentro de la Zona de Protección Arqueológica (ZPA) del Recinto Histórico.
La evolución histórica del edificio fue de una mezcla de uso residencial y oficinas (Casa Social del Banco Hispano de Edificación) a una implantación total del uso terciario, por razón de que el formato, superficies y condiciones de las viviendas originales le apartaron del mercado de uso residencial.
Como ocurre con casi cualquier edificio de la Gran Vía estamos ante una construcción que guarda un trocito de la historia de esta calle. De estilo art déco, el proyecto original es de Emilio Ortiz de Villajos pero, tras la Guerra Civil, en 1944 el arquitecto Casto Fernández-Shaw realiza el rediseño de la fachada, incluyendo el imponente arco central que la caracteriza.
Pero lo más destacado de este edificio se encuentra en su azotea: hablamos de la estatua del ‘Romano’. De 7,6 metros de altura, representa una figura masculina musculosa, vestida con una capa y que sostiene sobre su cabeza una pequeña casa.
Se dice que el artista palentino quiso homenajear con esta figura las virtudes del ahorro y el trabajo. Una lógica seguida en aquella época porque el edificio estaba ocupado por la Casa Social del Banco Hispano de Edificación.