A estas alturas del año, quedan pocas dudas de que el sector turístico conseguirá batir un récord este año, superando los datos prepandemia. Eso sí, este vaticinio se cumplirá siempre y cuando las amenazas que se ciernen sobre el motor económico de España no se hagan realidad.
¿De qué peligros estamos hablando? De tres en concreto: inflación, devaluación salarial en hostelería y la dependencia en exceso del turismo de ‘sol y playa’ que tan buenos resultados ha dado a la industria de este país.
En el primero de los casos, la escalada de precios en el sector hostelero, que sitúa los índices muy por encima del IPC general desde el cuarto trimestre de 2022, que “puede resultar una amenaza para la demanda de servicios turísticos en la próxima campaña de verano ante la pérdida de poder adquisitivo de los salarios a nivel general”, según revela el informe 'El modelo turístico ante la encrucijada de la recuperación', elaborado por CCOO.
Para el sindicato, esta tendencia de devaluación salarial se ve agravada en el sector de la hostelería, especialmente en la restauración, que “parte ya de una situación de precariedad al situarse en el escalón más bajo en términos retributivos del conjunto de la actividad económica del país”.
Y lo cierto es que en abril, la facturación media diaria de los hoteles por cada habitación ocupada (ADR) fue de 104,9 euros, lo que supone un aumento del 8,8% respecto al mismo mes de 2022 (cuando se pagó de media 96,3 euros). Por su parte, el ingreso medio diario por habitación disponible (RevPAR) registró los 70,1 euros, con una subida del 17,9%, según datos del INE.
Turismo de masas
Por otro lado, José Mª Martínez, secretario general de Servicios CCOO, alerta de que en el primer trimestre se ha recuperado “la actividad sobre las viejas pautas como turismo extensivo y sol y playa”. Y lo cierto es que así lo reflejan los últimos datos de gasto de turistas internacionales del mes de abril publicados por el INE.
Ese mes, llegaron 7,2 millones de turistas internacionales, un 1,2% más que en 2019, que gastaron 8.480 millones de euros, un 20,1% por encima de los datos de ese año. Datos espectaculares que dejan una nota negativa: franceses, italianos y británicos siguen abonados al turismo low cost.
En concreto, en abril el gasto medio por turista se situó en 1.172 euros, con un incremento anual del 3,6%, mientras que el gasto medio diario creció un 11,6%, hasta los 173 euros. Así, los franceses gastaron 739 euros, es decir, 433 euros menos que la media. Los italianos se dejaron 788 euros de media (384 euros menos) y los británicos, 1.001 euros.
Desde CCOO creen que “hay una oportunidad para apostar por un turismo de calidad y que apueste por el empleo de calidad y sostenible medioambiental”.
Buenas previsiones
Estos riesgos son los que pueden poner en peligro las previsiones de récord turístico que vaticina el sector, el Gobierno y los sindicatos. El informe de CCOO prevé que España recibirá aproximadamente 50 millones de turistas este verano, entre junio y septiembre, con una proporción bastante pareja entre visitantes nacionales (51%) y extranjeros (49%), recuperando cifras similares a 2019.
Además, el informe apunta que se alcanzarán 160 millones de pernoctaciones en esta temporada estival, un 1,8% más que en 2019, con una proporción predominante del turismo extranjero (60%) respecto al turismo de los españoles (40%), dado su mayor poder adquisitivo y una estancia media superior en sus viajes en España.
Asimismo, ante la punta de actividad en la época álgida del año para el sector, el personal empleado podría llegar a cifrarse en cerca de 280.000 personas durante el verano.
Estas cifras vienen avaladas por dos aspectos importantes: las ganas de viajar acumuladas tras las restricciones de la crisis sanitaria y el incremento de la capacidad de gasto, que "ha conseguido en el último año la subida del SMI y el incremento de la contratación indefinida tras la puesta en marcha de la reforma laboral".