Carlos Herrera confirmó el pasado miércoles su renovación por Cope, con un contrato que le mantendrá ligado a la emisora de los obispos durante las próximas tres temporadas. Un documento cuya letra pequeña incluye un fijo de dos años más un tercer curso opcional, una mecánica con la que el comunicador confirma que quiere emprender una retirada escalonada de las ondas.
Esta cláusula, mediante la cual podría marcharse de Cope en dos años, es una muestra inequívoca de que Herrera está más cerca de la jubilación de lo que muchos creen. De hecho, la semana pasada el propio presentador bromeó en antena con sus contertulios respecto de su salida escalonada de la primera línea.
Como ya informó EL ESPAÑOL hace una semana, Herrera se lo tomará con calma en esta nueva etapa, con menos horas en antena, libertad de acción y compartiendo la presentación de la última parte del programa con su equipo.
Búsqueda de un recambio
La inminente retirada de Herrera, que podría producirse en dos temporadas, obliga a la cadena de los obispos a buscar un recambio para el comunicador andaluz. Una tarea titánica si consideramos el enorme peso de Herrera en la emisora, tanto en términos de imagen como de audiencia. Y ello sin contar con su innegable tirón económico.
Nadie duda que Cope es altamente dependiente de Herrera. Herrera en Cope batió en diciembre su propio récord al superar los 2,1 millones de oyentes, lo que indirectamente ha llevado al programa a ser responsable de que la emisora volviese a los beneficios en 2016.
En 2014 -el último año sin Herrera- la facturación de la cadena fue de 84 millones de euros, mientras que un año después se elevó a los 93 millones de euros. En 2016, el primer año con Herrera al completo, la facturación se disparó hasta los 106 millones. Durante 2017, las estimaciones preliminares hablan de un crecimiento anual por sobre el 8%.
¿Sustituto de Herrera?
Con estas cifras en la mano, Cope ya busca un recambio para Carlos Herrera. No nos referimos a un sustituto inmediato, pero sí a la activación de un proyecto que comience a abonar el terreno para cuando el comunicador ya no esté en antena. Esto permitirá que, con tiempo por delante, se realice una búsqueda a conciencia, que permita dar el paso definitivo cuando Herrera considere que ya no quiere seguir más en las ondas.
Se trata de encontrar a alguien que trabaje estrechamente con el comunicador y que juntos realicen el cambio de mando de manera gradual, siempre y cuando Herrera lo estime conveniente. La prioridad del equipo directivo durante los últimos meses fue conseguir la renovación de su estrella, pero con este objetivo cumplido ahora toca pensar en el futuro a mediano plazo.
Con el contrato firmado, paradójicamente ahora la tarea es buscarle sustituto, un proceso que se afrontará sin prisa pero sin pausa y siempre buscando el mejor acomodo en la evolución que vaya tendiendo el actual contrato de Carlos Herrera. De momento, no se trabaja en nombres, pero la idea es avanzar de manera decidida en este proyecto en los próximos meses.
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