Cuando el 7 de junio de 2019 Mediaset anunció la fusión de sus negocios en Italia y España para formar una nueva operadora, Mediaforeurope, nunca imaginó que un año después seguirían inmersos en una maraña de líos judiciales, juntas impugnadas y un proyecto totalmente en dique seco.
Del mismo modo, Silvio Berlusconi, patrón de Mediaset, nunca imaginó que su sueño de liderar la producción audiovisual y el broadcasting a nivel europeo se iba a quedar en una batalla judicial que parece no tener solución y que el martes volvió a tener un nuevo revés. Nunca esperó que Vivenvi les declararía la guerra frontal y utilizase todo su arsenal legal para frenar la operación.
Al comunicar la fusión, Mediaset habló de posibilidades de desarrollo de negocio "difíciles de conseguir por separado" y de "aumentar las inversiones en Italia y en España". Además, "todas las sinergias ya previstas podrían crecer de manera exponencial con la adhesión de un tercer o un cuarto país al proyecto".
Mediaset y Berlusconi dibujaron un proyecto transeuropeo con intereses también en Alemania a través de ProSiebenSat1, la principal cadena privada de televisión en abierto de este país y de la que ya controlan el 20%. La sociedad tendría base fiscal en Italia, pero estaría constituida en Holanda, aunque seguiría cotizando en Italia y en España.
Pero nada de ello ha sido posible. Un año después siguen sin poder aprobar ni la primera etapa de la fusión: la de la junta de accionistas. Vivendi, accionista de Mediaset Italia y España, se ha convertido en su peor enemigo y ha bloqueado de todas las maneras posibles la operación que a estas alturas no tiene visos de concretarse si es que no se llega a una solución extrajudicial.
Las opciones de Vivendi en España
El gigante francés, dirigido por el magnate de los medios de comunicación Vincent Bolloré, se opone a la fusión diciendo que refuerza el control del principal accionista de Mediaset, la familia del ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi.
Por su parte, desde Mediaset se indica que Vivendi es un potencial competidor en el nuevo escenario de Media For Europe (MFE) por lo que no desea la creación de un rival directo.
Fininvest, de la familia Berlusconi, tiene el 50% de las acciones de Mediaset Italia mientras que Vivendi tiene el 28,8%, pero solo el 9,9% de los derechos de voto. El resto corresponden a un fideicomiso del grupo francés que no pudo votar en la aprobación de la fusión en la junta italiana. En el caso de España, Mediaset tiene el 52% y Vivendi el 1% comprado poco a finales del año pasado.
La estrategia de Vivendi pasa por el bloqueo total, según algunas fuentes de mercado, ya que quiere boicotear una operación que podría poner en riesgo su futuro crecimiento en Europa. Por ello que ha impugnado sucesivamente todos los acuerdos de las Juntas de Accionistas de Mediaset, tanto en España como en Italia.
En el caso español, Mediaset puso en marcha una nueva Junta de Accionistas para modificar determinados aspectos que podían justificar el veto de Vivendi, pero la operadora francesa ha vuelto -por segunda vez- a impugnar los acuerdos.
Península y Mediobanca
Ocho meses en los que las negociaciones además se han sucedido en privado, pero sin llegar a ningún tipo de acuerdo entre las partes. Esto lleva a una única solución según la fuentes de mercado consultadas: que Mediaset o algún grupo cercano compre el 29% de Vivendi para quitarles de la ecuación antes de poner en marcha la fusión.
Según el proyecto original, cada accionista de Mediaset recibirá una acción de la nueva sociedad por cada acción de las actuales compañías y los accionistas que no son Mediaset 2,33 acciones de la nueva sociedad. El martes las acciones de Mediaset Italia cerraron a 1,74 euros y las de España en 3,64 euros, la mitad de lo que cotizaban hace un año.
La actual capitalización de Mediaset supera ligeramente los 2.000 millones de euros, por lo que una compra -a los actuales precios de mercado- debería estar cercana a los 700 millones de euros. Es evidente que cualquier acuerdo extrajudicial con Vivendi debería pasar por retirar todas las impugnaciones y recursos en los tribunales, pero además incluir una importante prima por este importe.
En septiembre del año pasado, Península, el fondo liderado por Borja Prado y antiguos banqueros de Mediobanca, acordó dotar un fondo de reserva de 1.000 millones de euros para facilitar la fusión y comprar la participación de quien no estuviese de acuerdo con la operación. No obstante, la operación tenía un límite del 5% del capital total de Mediaset.
En este sentido, fuentes consultadas por Invertia indican que desde Mediaset se sigue buscando un socio que pueda comprar el paquete de Vivendi que les fuerce a firmar la paz. No obstante, el coronavirus y el confinamiento paralizó cualquier movimiento. Es por ello que no se descartan movimientos de aquí a fin de año, en aras de desbloquear la operación y ya sin las limitaciones del estado de alarma.