"Moncloa lanzó el eslogan Salimos más fuertes, pero ese optimismo chocó bruscamente contra la realidad de este verano en el que ha vuelto a aumentar la incidencia del virus... De hecho, no hemos salido todavía". Mordaz, irónico, acertado. Vicente Vallés en estado puro, volviendo de sus vacaciones y poniendo las cosas en su sitio. El periodista que probablemente ha sido más duro con el Gobierno de Pedro Sánchez en los últimos meses lo ha vuelto a hacer esta semana.
Lo ha hecho además en un momento en el que el presidente de Gobierno ha lanzado la que es quizás su mayor campaña de comunicación política de su mandato para convencer a los políticos de que deben aprobar sus Presupuestos, a los empresarios de que hay que remar juntos hacia la reconstrucción económica y a la sociedad de que podemos superar la pandemia.
Una campaña en la que los medios de comunicación son claves y en la que la televisión es un pilar fundamental. El equipo del presidente liderado por Iván Redondo considera que los mensajes que se emiten en este soporte son quizás los más importantes.
De ahí la obsesión por realizar comparecencias en horarios de máxima audiencia y de repetir un discurso semanal durante todo el confinamiento, los fines de semana y con toda la familia reunida por obligación frente al televisor.
Sin televisión no hay Gobierno. La máxima de Sánchez es clara y en ella no encaja el crítico Vicente Vallés. El presentador lleva toda la pandemia criticando duramente al Gobierno, a Sánchez, a sus ministros y a Podemos. Nadie se ha salvado de su editoriales en los que ha desnudado las inconsistencias y las contradicciones de la estrategia gubernamental.
Desde hace meses cada intervención de Vicente Vallés en los informativos de la cadena privada son un torpedo a la línea de flotación del actual ejecutivo de coalición de PSOE y Podemos.
Unas intervenciones que han desquiciado hasta el propio líder de Unidas Podemos, Pablo Echenique: "En realidad lo que le pasa a Vicente Vallés es simple y es lo mismo que le ocurre a toda la derecha y la ultraderecha: le produce sarpullido que las cloacas no consiguieran su objetivo y Unidas Podemos esté en el gobierno. Está en su derecho, pero que no lo llamen 'informativos'".
Y nada parece indicar que vaya a cambiar en el comienzo de este curso. Una situación que preocupa -y mucho- en la planta noble de la Presidencia de Gobierno. Vallés es incómodo. De hecho, el equipo de Sánchez considera además que es el último bastión de unas cadenas de televisión que prácticamente no critican al presidente.
Con la RTVE de Rosa María Mateo y Enric Hernández totalmente controlada, la Mediaset de Juan Pedro Valentín y Pedro Piqueras que no entra en la guerra política y la Sexta de Antonio García Ferreras que está completamente escorada a la izquierda, el telediario de Vicente Vallés, en el prime time de Antena 3, se ha convertido en el enemigo a batir.
Las fuentes consultadas indican que si fuese por Moncloa no presentaría el telediario y no saldría en antena. El problema es que para más desgracia del presidente, Vallés se ha convertido en uno de los presentadores más seguidos, lo que le convierte en un profesional rentable e insustituible en su cadena.
El pasado jueves, cuando volvió a cargar contra Sánchez, su informativo marcó una media de 2.183.000 espectadores, un 18,7% de cuota de pantalla. Fue de largo la primera opción por encima de los 1.793.000 espectadores de Telecinco. Una media que se ha repetido durante todo el año.
En julio -el último mes antes de las vacaciones- su informativo llegó a los 1.674.000 espectadores de media diaria, un 16% de share. En lo que va de 2020 su informativo tiene una media de 2,3 millones de espectadores y -sin contar el verano- un 14,2% de cuota de pantalla, su dato más alto en los últimos 10 años.
Con estas cifras, la edición de noche del informativo de Vicente Vallés está camino de ser el más visto, lo que significa un arma de doble filo: por un lado, sus críticas tendrán un altavoz cada vez más grande generando más incordio en Moncloa, pero por otra parte con el paso de las semanas será más imposible sacarle de la primera línea.
En el entorno de la cadena de San Sebastián de los Reyes se niega cualquier presión y se reitera la máxima confianza en el presentador. Del mismo modo, con la legión de fans de Vallés en redes sociales sería impensable ejecutar alguna operación para intentar apartarle y nadie está dispuesto a asumir el coste de la avalancha de críticas que podrían venir en el futuro.
¿Pedir que rebaje el tono? No parece que Vallés sea de ese tipo de persona, dicen en Moncloa. Mientras, parece que Pedro Sánchez y Podemos deberán acostumbrarse a sus comentarios y a su toque irónico que han logrado que sus intervenciones sean cada vez más aplaudidas y que por las redes sociales no dejen de circular vídeos con la firma de Vallés dixit, convirtiéndose en Trending Topic cada vez con más frecuencia.
Tras pasar por la Cadena Ser, Televisión Española, Telemadrid y Telecinco, Vallés ha encontrado su máxima expresión al frente del telediario de Antena 3. Y parece que Vallés ha llegado para quedarse. Cuenta con el apoyo del público, de sus compañeros y la profesión -que le defienden sin fisuras cada vez que algún político se revuelve por sus críticas- y sobre todo de su cadena, donde tiene un contrato de larga duración y blindado sucesivamente desde el año 2016.
Por tanto, parece que Sánchez está condenado a seguir escuchando intervenciones lapidarias como la de junio del año pasado, una de las más aplaudidas. “Uno de los datos más curiosos, también podríamos decir que increíbles, del sondeo del CIS, tiene que ver con la percepción de los ciudadanos sobre su situación económica personal”. "En marzo, el 35% pensaba que era buena o muy buena, en abril era el 69% y en mayo, el 70%, por tanto, conforme empeora la economía en España, mejora la economía de los españoles”... “Es una magnífica noticia... Si fuera cierta”.