El EGM conocido esta semana ha sido un jarro de agua fría para Cadena Cope y, en especial, para su estrella Carlos Herrera. Públicamente, la emisora se ha esmerado en transmitir a sus oyentes que han sido los ganadores y los que más oyentes han ganado en un año. Sin embargo, la realidad es muy distinta de puertas para adentro y está lejos de la felicidad demostrada en redes sociales.
Cope llegó a los 3.240.000 oyentes en la tercera y última oleada del año, lo que supuso un crecimiento de 20.000 seguidores desde abril. Una mejora, pero que todavía les mantiene a más de un millón de oyentes de los 4.353.000 de Cadena Ser, que mejoró en 240.000 seguidores.
Algo similar pasó con Carlos Herrera. El comunicador andaluz se quedó con 2.432.000 oyentes, una caída de 11.000 fieles en comparación con abril de este año. Por el contrario, Àngels Barceló y Hoy por Hoy ganaron 148.000, hasta los 2.980.000. En el cómputo interanual, Herrera ganó 203.00 fieles y Barceló 166.000.
Cifras que demuestran que , las distancias vuelven a ampliarse, al contrario de lo que decían los informes internos de la cadena de los obispos. La sensación que había en Alfonso XI hace un mes era que el EGM les daría por fin un dato lo suficientemente importante como para recortar las distancias al mínimo, en especial en el caso de Herrera.
El análisis de Cope decía que a favor del comunicador andaluz jugaba su excelente posicionamiento en la guerra política, que se acentuó tras la llegada de la pandemia. Herrera cogió el espectro de centro derecha y se ha situado como el principal altavoz mediático de quienes critican el Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos. Razones más que suficientes para dar un verdadero subidón después de ocho meses sin datos de EGM.
Pero nada de esto aconteció. El propio Herrera anticipó la debacle días antes de la publicación del EGM. "En abril te ascienden a los cielos y en diciembre te dicen que eres mortal", dijo ante su audiencia. Una reflexión que volvió a repetir días después advirtiendo que los datos no serían los esperados por su equipo.
De hecho, esta misma semana el comunicador conoció los primeros sondeos preEGM que ya anticiparon que no tendrían un buen dato. Fue en ese momento cuando Herrera constató que nunca sería líder y que superar a Cadena Ser y a Hoy por Hoy es poco menos que una quimera.
Herrera renovó su contrato a comienzos de esta temporada con el convencimiento de que la crispación política y la polarización de los oyentes eran garantías suficientes para acercarle al liderato de las mañanas. En su planificación estaba comenzar a recortar oyentes de manera acelerada a partir de esta oleada de diciembre y lograr el primer lugar ya en 2021.
En esta línea, la decepción de los últimos datos es doble. Por un lado, se constata que el liderazgo está más lejano y por otro, se asume que a largo plazo es casi imposible lograrlo. Con Herrera en su mejor momento, aglutinando a los oyentes más conservadores y con el Gobierno de coalición cuestionado por los cuatro costados, ha perdido oyentes, y lo que es peor, Hoy por Hoy se ha disparado.
Si analizamos las cifras en la perspectiva del tiempo -y esto es lo que realmente preocupa a la emisora de los obispos- siempre que el andaluz está cerca de la Ser vuelve a tener un bajón u Hoy por Hoy registra un gran crecimiento.
Después de cinco años en Cope, Herrera ha pasado de rozar los dos millones de oyentes en diciembre de 2015 a los 2.432.000 de finales de diciembre, su tercer dato más alto. No obstante, insuficiente para hacer mella a un Hoy por Hoy que apenas ha bajado en 50.000 oyentes desde que se estrenara hace cinco años Herrera en Cope.
De hecho, la menor diferencia entre los dos programas se registró en la primera ola de 2019 con 148.000 oyentes. Fue el momento más bajo de Pepa Bueno, que tres meses después sería sustituida por Àngels Barceló. No obstante, a partir de ahí las distancias volvieron a crecer hasta la primera ola de 2020 cuando se recortaron a 389.000 oyentes. El problema es que ocho meses después han vuelto a crecer hasta los 548.000 fieles.
"En abril te ascienden a los cielos y en diciembre te dicen que eres mortal". La frase de Herrera cobra más sentido a la luz de los datos y es la génesis de la decepción del comunicador y su equipo al conocer los números del EGM. "Nunca seremos líderes, hay que asumirlo", se escuchó en algún despacho de la cadena. Y así se ha aceptado con cierta resignación.
Interiorizada la situación, ahora toca remar a contracorriente para intentar seguir ganando oyentes y en este punto el análisis se vuelca hacia los potenciales competidores de Cope por su espectro ideológico.
La polarización de la audiencia se ha agrupado en dos grandes bloques: la izquierda con Cadena Ser como punta de lanza y la derecha con Cope como buque insignia. Ahora, la clave es que estos dos polos puedan atraer al mayor número de fieles y ahí empiezan a jugar los 'partidos pequeños'.
En este último EGM ha quedado meridianamente claro. Cadena Ser subió 240.000 oyentes, en buena parte porque se llevó muchos de los 189.000 fieles que perdió Radio Nacional de España. La cadena pública ha intentado copiar el formato de la Ser más escorado a la izquierda, pero los oyentes han preferido el original.
En el caso de Cope, se apreció una merma de su potencial de crecimiento por el crecimiento de esRadio que llegó hasta los 628.000 oyentes, una mejora de 63.000 y un 11,2% más. Fue el mejor dato histórico de la emisora de Federico Jiménez Losantos.
esRadio ha logrado captar buena parte de los oyentes más conservadores y cercanos a Vox, muchos de ellos quizás desencantados con Carlos Herrera o con la línea editorial de Cope. El objetivo es entonces reencantar ese público, unos 50.000 oyentes que le permitirían a Herrera tener un extra importante de oyentes de cara a los resultados de 2021.