Farolillo rojo en Cadena Ser. La emisora cerró un pésimo año 2020 en términos de facturación y prepara su estructura para acelerar el gran movimiento corporativo de su casa matriz -el Grupo Prisa- para separar el grupo Santillana de su negocio de medios, que incluye sus emisoras y sus periódicos.
Esto significa que durante los próximos meses la cadena deberá vivir cambios vertiginosos para adaptar su tamaño a esta escisión. Las emisoras del grupo deberán adelgazar vertiginosamente para adaptarse a la nueva realidad y no lastrar la creación de las nuevas compañías.
Las fuentes consultadas por este diario temen que esta situación se traduzca en un nuevo plan de ajustes que ponga en peligro la estabilidad de la plantilla, un proyecto que incluso pueda afectar las condiciones de sus grandes estrellas como Pepa Bueno, Carles Francino, Manu Carreño o Àngels Barceló.
En definitiva, una dieta que se cocina a fuego lento en los fogones del Grupo Prisa y que coincide con la pandemia de coronavirus, cuyos efectos no están todavía cuantificados del todo, pero que como mínimo ha traído una caída de los ingresos de entre el 20% al 30%.
Un movimiento que además se podría aprovechar para hacer una radio más barata, sin tantos costes salariales, con fuertes recortes de gastos operativos, pero que esté más adaptada a los nuevos tiempos postpandemia donde la facturación por publicidad no volverá a ser la misma y los anunciantes comenzarán a abandonar el soporte radio.
Ofertas por Prisa
Una situación que desde luego preocupa a una plantilla que ha visto cómo la intranquilidad que se ha vivido en el Grupo Prisa durante los dos últimos meses ha afectado de manera muy importante su ánimo. Un grupo de trabajadores tradicionalmente acostumbrados a la calma y aislados de todos los líos accionariales de su casa matriz.
En menos de ocho semanas se ha recibido una oferta y ha estado a punto de presentarse otra por los medios del Grupo Prisa, entre los que se encuentran sus emisoras y sus periódicos. El empresario Blas Herrero y el grupo Vocento se han interesado por el paquete que incluye a la todopoderosa Cadena Ser, una situación inédita en la historia de la emisora.
Por si fuera poco, los dueños de Prisa liderados por Amber Capital, su principal accionista, han indicado que quieren acelerar la separación de Santillana del resto de la compañía. Un movimiento que busca rentabilizar la joya de la corona y aislarla precisamente de Cadena Ser y el diario El País, empresas que ya no son rentables.
Cadena Ser ya no es la máquina de hacer dinero de hace una década y los últimos movimientos corporativos así lo indican. Blas Herrero ofreció 200 millones de euros por todas las radios, incluyendo las latinoamericanas, y por todos los diarios: Cinco Días, El País y AS.
Una oferta que Bankinter ha calificado de "razonable" este viernes y que demuestra que el mercado no cree que estos medios tengan una mayor valoración objetiva, un buen termómetro de su actual situación económica. Los últimos resultados conocidos de Cadena Ser indican que registró unos beneficios totales de 12,7 millones de euros en 2019, lo que supuso un fuerte retroceso respecto de los 28,9 millones del año anterior.
Gastos de plantilla
La caída del 56% en sus beneficios se explicó por la reducción de sus ingresos hasta los 159,6 millones de euros, pero en especial por un menor impacto de sus resultados financieros. Esto sin contar los devastadores efectos de la pandemia.
En toda la radio en general la facturación cayó un 10% en noviembre del pasado 2020, un mes que se suponía iba a salvar el año. Entre enero y septiembre las emisoras perdieron un 30% de su facturación.
Si el año pasado ingresaron 296 millones de euros, según las cifras de InfoAdex, un retroceso de un tercio en estos ingresos les estaría llevando a facturar unos 89 millones de euros menos. Si hacemos caso a la cuota publicitaria de las grandes cadenas al cerrar el año 2019, la más perjudicada está siendo Cadena Ser.
La emisora de Prisa tiene el 40,5% de cuota, por lo que en los primeros nueve meses del año habría dejado de ingresar unos 35 millones de euros. Si consideramos que en todo 2019 facturó 160 millones, el roto es importante.
Es por ello por lo que se hace imperioso ajustar aún más los costes y mejorar los números de la empresa de cara a la separación de Santillana. En este punto, los gastos del personal de Cadena Ser llegaron a los 57 millones de euros en 2019, por encima de los 51,3 millones de 2018.
Grandes estrellas
Buena parte de este montante corresponde a las grandes estrellas. De hecho, si se recortan estos salarios lo más probable es que la masa salarial baje mucho más rápido que si lo hacen los trabajadores de a pie.
En la Cadena Ser se aprobaron en mayo dos ERTE, el primero de suspensión de jornada a 256 empleados de la emisora, mientras que el de reducción de salario del 10% (el segundo ERTE) se aplicó a otros 924 trabajadores de la cadena de radio.
Pero no fue suficiente. Es por ello por lo que el futuro ahora se dibuja con menos plantilla y con estrellas peor pagadas. Incluso muchos se plantean si es que con la situación actual tiene sentido tener en antena figuras como Pepa Bueno, Carles Francino, Manu Carreño o Àngels Barceló, en vez de nuevos comunicadores de la cantera de la casa.
Con todo, parece claro que 2021 será el año de los ajustes en la Ser con el objetivo de buscar una radio con menores costes, con un perímetro adaptado a los nuevos tiempos y lista para afrontar la nueva realidad accionarial de Prisa.