Un montaje de Adolfo Utor, Varela Entrecanales y Diego Prieto con el edificio de Prisa.

Un montaje de Adolfo Utor, Varela Entrecanales y Diego Prieto con el edificio de Prisa.

Medios

Varela Entrecanales, Utor y Prieto: el tridente empresarial del PSOE, a la conquista de Prisa

El dueño de Baleària y el 'rey de las ambulancias' de Andalucía han subido posiciones en el accionariado del grupo de medios de comunicación. 

24 junio, 2024 01:28

El núcleo duro del accionariado de Prisa, que controla con el 29,9% Joseph Oughourlian, vive estos días una auténtica revolución. Sin hacer ruido, y tras la última emisión de bonos obligatoriamente convertibles, se han colado dos nombres que hasta ahora estaban en la sombra de la editora de El País: el empresario valenciano Adolfo Utor y el conocido como ‘rey de las ambulancias de Andalucía’, Diego Prieto.

Ambos han superado el umbral del 3% obligatorio (en el caso de empresas cotizadas) para desvelar sus posiciones. El primero, que es propietario de Baleària, cuenta ya con un 5%. Prieto, por su parte, ostenta el 3% y ya ha anunciado que llegará hasta el 5% en las próximas semanas. Cuenta con patrimonio, máxime después de haber vendido el año pasado el 75% de su empresa SSG al fondo Asterion por un importe que no se hizo público.

Utor y Prieto habían permanecido en la sombra hasta ahora. Forman parte del núcleo duro de empresarios afines al Partido Socialista que se está conformando en torno a Prisa, que controlan desde Global Alconaba los simpatizantes liderados por Andrés Varela Entrecanales. El propietario de Baleària, Adolfo Utor, es, de hecho, uno de los afines a los socialistas valencianos, mientras que Prieto lo es al PSOE andaluz.

Un proceso de ‘psoemización’ del accionariado que comenzó hace dos años cuando Telefónica vendió el 7% que tenía en la editora a Global Alconaba. Una sociedad en la que aglutinaron sus participaciones un grupo de empresarios ligados al PSOE.

Al frente pusieron a Varela Entrecanales, ahora consejero en Prisa, por su destacado conocimiento del sector audiovisual. Fundó Globomedia junto a Emilio Aragón y Daniel Écija. Allí estaba también José Miguel Contreras, que los acercó a la MediaPro de Jaume Roures e impulsó junto a ellos La Sexta TV.

Varela Entrecanales es productor audiovisual. Participa también en The Pool Management, productora del programa de Silvia Intxaurrondo en La 1 y de la serie sobre Pedro Sánchez que aún no ha logrado ver la luz. Es, además, el verso suelto de la estirpe de los Entrecanales. Sobrino de José Manuel Entrecanales Azcárate, fundador de Acciona. Primo del ahora Presidente de la energética, José Manuel Entrecanales Domecq.

Junto a él también participan en Global Alconaba Daniel Romero-Abreu, fundador de Thinking Heads y Alberto Knapp, fundador de la consultora de tecnología digital, The Cocktail. Son las cabezas visibles, pero en esa sociedad hay participaciones de más accionistas que no han salido a la luz.

Global Alconaba ha ampliado capital, según el Boletín Oficial del Registro Mercantil (BORME), en las últimas semanas en casi 600.000 euros. Las fuentes consultadas por este diario declinan hacer comentarios. Sin embargo, no puede descartarse que el dinero pueda ir destinado a comprar nuevos títulos de Prisa o a apoyar futuras emisiones del grupo de medios.

El 7% de Global Alconaba, el 5% de Utor y el 3% de Prieto, suman un 15% del accionariado de Prisa. Todo ello sin contar aquellos que están presentes a título individual con participaciones inferiores al 3%. Es decir, los cercanos al PSOE son ‘de facto’ el segundo accionista de Prisa por detrás de Amber Capital y Joseph Oughourlian, el presidente del grupo.

Se sitúan por delante de la francesa Vivendi, que intentó lanzar una opa por el conglomerado mediático español y tuvo que retirarse por la falta de apoyo de Moncloa. Aquello fue en 2022 y puso en guardia a los accionistas más ideológicos, que vieron cómo un grupo que apoya a la ultraderecha en Francia trató de hacerse con la joya de la corona de los medios cercanos al PSOE.

Con los movimientos de los últimos meses la resistencia ahora sería mucho mayor. Porque la operación de ‘psoemización’ no busca la oposición a Oughourlian, que controla con mano de hierro el consejo de administración. De forma directa e indirecta cuenta con el respaldo de más del 50% de las acciones. El objetivo de estos empresarios es a largo plazo y con la mirada puesta en el ejercicio 2025.

Santillana a bolsa

Según los planes de Prisa, antes de que termine ese año se tiene que dilucidar si Santillana sale a cotizar en bolsa o si se vende. Un proceso que contempla ya el plan de retribuciones de la editora de El País. Si se logra un valor de 1.400 millones de euros, el presidente de Santillana, Francisco Cuadrado y Pilar Gil, vicepresidenta y directora financiera, cobrarán un bonus por la operación.

La venta o salida a bolsa de Santillana busca poner en orden las finanzas del grupo. La deuda, a cierre del primer trimestre, asciende a 832 millones de euros. Una cantidad que se reducirá tras la última emisión de bonos convertibles por valor de 100 millones suscrita por accionistas de Prisa.

La cifra puede parecer asumible para un grupo que tiene un ebitda de 181 millones en el trimestre. Sin embargo, el 12% de interés al que está sometido el tramo junior trae maltraer al equipo directivo que mira con esperanza una rebaja de los tipos por parte del Banco Central Europeo para dar algo de aire a Prisa.

Saneadas las cuentas allá por 2025 habrá que ver cómo se configura la nueva Prisa. Bien sin Santillana o bien como accionista de una editorial de la que percibirá dividendos. Esto abre una nueva oportunidad para devolver al grupo de medios a su negocio tradicional: ser editora de distintas cabeceras con El País y la Cadena SER como buques insignia.

Las dudas

Es entonces cuando se prevén movimientos de calado en el accionariado de Prisa. Está por ver qué ocurrirá con Vivendi, el mexicano Carlos Slim o la propia familia Polanco, ya muy alejada de la compañía. Ahí es donde los afines al socialismo ven una oportunidad de conformar un núcleo fuerte de accionistas que evite la entrada de fondos o empresarios que desvirtúen el espíritu del grupo.

En 2025 y con el cambio societario, habrá que ver también cuáles son las intenciones de Joseph Oughourlian. Presente en Prisa desde 2014, ha superado ampliamente el ciclo de inversión de su fondo, Amber Capital. Ha invertido más de 300 millones de euros que todavía no ha recuperado. De momento su intención es mantenerse como máximo accionista y presidente, pero no se descarta que pueda optar por recuperar el dinero.

Este miércoles Prisa celebra su Junta de Accionistas. No se prevén grandes sobresaltos. Se dará luz verde al nombramiento como consejera a Sylvia Bigio, que ya fue elegida por cooptación. Sustituye al fallecido Miguel Barroso, que además de estar en el máximo órgano del grupo era el ideólogo de la línea editorial y mantenía una línea de comunicación con Moncloa permanente.

Esa línea no se ha roto tras su fallecimiento. Al revés, el contacto y la cercanía de las tesis ideológicas de El País y la SER son cada vez mayores. Hasta el punto de que Moncloa se prepara para asumir una de las grandes exigencias de Prisa: la reforma del reparto de la publicidad institucional del Gobierno, primando criterios subjetividad como puede ser el número de suscriptores.

Un criterio que primaría frente a otros más objetivos como la audiencia, máxime cuando viene auditada por el medidor recomendado por el sector, GfK DAM. La cosa no acaba aquí. La Oficina para la Justificación de la Difusión (OJD) ha elaborado ya un ranking de suscriptores. ¿Quién se ha dado de alta? El País, La Vanguardia y eldiario.es, todos ellos en la órbita socialista.

Mientras, en el aire estará la posibilidad de que el grupo de medios se lance a la producción de un canal de televisión con carácter eminentemente informativo. Una especie de La Sexta con la fuerza informativa de El País y el apoyo de LaCoProductora que fundó José Miguel Contreras y vendió al grupo Prisa.

Oughourlian no lo ve claro. Sobre todo por el coste que tiene el alquiler de una licencia en TDT. Sin embargo, las presiones van creciendo. Tanto internas como externas. También se baraja la opción de lanzarse a través de un canal FAST, de consumo esporádico a través de plataformas o televisiones online, donde ya están haciendo algunas pruebas.

Esa será la siguiente batalla de una revolución que acaba de comenzar y a la que todavía le quedan muchas otras luchas.