Según los informes de Publicidad y Comunicación Institucional elaborados por la Secretaría de Estado de Comunicación (SEC), Sánchez ha gastado 309 millones de euros en campañas institucionales entre los años 2019 y 2023. Rajoy, por su parte, gastó 163 millones entre 2012 y 2017.

Para este cálculo no se están teniendo en cuenta los millones gastados en 2011 y 2018, años en los que se cambió de presidente y en los que el Gobierno de turno tuvo que actuar con el dinero presupuestado por el Ejecutivo anterior.

Por lo tanto, se puede concluir que Sánchez ha gastado en cinco años de mandato el doble de lo que Rajoy gastó en seis. De media, Rajoy gastó 27,2 millones al año. Sánchez, por su parte, gasta 61,9 millones anuales de media, más de 34 millones más al año que su antecesor.

El Gobierno dio este martes a conocer las líneas maestras del llamado plan de regeneración democrática que Sánchez ideó tras volver de su periodo de reflexión de cinco días. A pesar de este gasto y esta tendencia, el Ejecutivo tiene intención de recabar los apoyos necesarios en el Congreso para reformar la legislación sobre publicidad institucional.

Según el texto difundido por Moncloa, "se hace necesario fijar límites a la financiación que las administraciones públicas pueden dedicar a los medios de comunicación, para que no haya medios esencialmente impulsados por o dependientes de administraciones públicas".

Esta medida está pensada para atar en corto a algunas comunidades autónomas, principalmente del PP, pero el Gobierno también tendrá que aplicarse algunas medidas a sí mismo, como la de la transparencia. Moncloa no hace públicos de manera sistemática los receptores de toda esta publicidad institucional y, de salir adelante la reforma, tendría que pasar a hacerlo.

EL ESPAÑOL ha tratado en numerosas ocasiones conocer cuál fue la distribución de la publicidad institucional del Gobierno en 2023. Lo ha hecho con preguntas al Portal de Transparencia en las que los distintos departamentos se han remitido de forma constante a los informes elaborados por la SEC. 

Dichos documentos contienen líneas generales de distribución, pero no responden a la mayoría de las preguntas formuladas por este diario. Así, no explican ni los criterios de distribución de las campañas ni los medios en los que se insertaron. Tampoco las cantidades destinadas a los distintos medios. 

Sánchez crea un registro de medios, endurece la ley del honor, limita el secreto profesional y la libertad de empresa informativa

El año pasado, el Gobierno de Sánchez llegó a realizar un total de 126 campañas por un valor de 90,3 millones de euros. Según el Informe de Publicidad y Comunicación Institucional, el ministerio más beneficiado fue el de Asuntos Económicos, que ejecutó el 16,12% de lo ejecutado, más de 14,6 millones de euros.

A pesar del foco político puesto sobre la publicidad institucional, Sánchez no sólo ha gastado más que Rajoy, sino que sigue planeando en hacerlo. Para este 2024, el Gobierno tiene presupuestado gastar en publicidad institucional 138 millones de euros, su cifra más alta. Este dato, sin embargo, no es definitivo y hasta 2025 no se sabrá cuál ha sido la cantidad finalmente ejecutada.

Sin ejecutar

De hecho, es muy probable que la cifra sea muy pequeña ya que hasta el 30 de junio la ejecución de la publicidad institucional del Gobierno es prácticamente nula. De hecho, a preguntas de este medio al Portal de Transparencia, numerosos ministerios han reconocido que a esa fecha no habían puesto en marcha ninguna campaña de publicidad institucional.  

En perspectiva, podría parecer que a pesar de su gasto, Sánchez invierte menos de lo que invirtió en su momento José Luis Rodríguez Zapatero. Desde que entró en vigor la actual ley que obliga a hacer los informes en 2006, el anterior presidente socialista gastó 857 millones de euros en publicidad institucional.

Sin embargo, la realidad no es así. En la etapa de Zapatero, las campañas comerciales se incluían dentro del cómputo de la publicidad institucional, algo que ahora no sucede y se presenta desglosado. Por eso pareciera que las cifras son mucho más elevadas, más aún teniendo en cuenta que el dinero dedicado a publicidad comercial siempre es más elevado que el dedicado a la publicidad institucional.