“Los líderes catalanes están intensificando sus llamamientos a la independencia. Pero en las calles de Barcelona, donde sigue luciendo el sol y le acompaña el olor a bacalao salado y embutidos, no hay fiebre por la revolución. Hemos analizado mucho los acontecimientos políticos y económicos en España, y en nuestra opinión las ventas [en mercado] exageran los riesgos reales”, explica el equipo de analistas del banco británico RBS, que encabeza Alberto Gallo.
Según el informe de RBS, titulado 'Viva la revolución' a raíz del pulso soberanista desde Cataluña, los acontecimientos recientes están contextualizados en un proceso de negociación para tener mayor autonomía financiera, “y no, en nuestra opinión, para una separación o Catalexit”. Mientras tanto, señalan, la economía española sigue creciendo y eclipsa la amenaza de un escoramiento político radical en España.
El PIB español creció un 1% trimestral entre abril y junio frente al 0,4% de la eurozona en el mismo periodo. Sin embargo, el país sigue abordando sus niveles de desempleo extremadamente altos -que alcanza el 21% de la población activa- tras crear 45.000 puestos de trabajo mensuales en los últimos doce meses.
Ante las elecciones del 20-D
En relación a las próximas elecciones generales en España del 20 de diciembre, el banco británico enfatiza en la progresiva recuperación del voto de los dos principales partidos y el descenso del partido de “creemos que vamos a ver un descenso del voto protesta, con Podemos alrededor de 10 puntos por debajo [en las encuestas] de sus niveles de enero”.
RBS considera que esta situación coloca a España como "una oportunidad de compra" y la deuda española como su favorita en la periferia y menciona, como su empresa favorita, a Caixabank y la portuguesa Caixageral, afectada por el cambio de gobierno en Portugal.
La sombra del BCE
El banco también subraya la mejora de las finanzas públicas en las comunidades autónomas, cuya deuda ha pasado de representar un tercio del total en España en 2011, a caer hasta el 19,9% en 2014. "Las valoraciones de los bonos regionales y de la Generalitat (Cataluña) tienen mayor atractivo debido al riesgo político generado tras las elecciones catalanas del 27-S", apuntan en el informe.
Uno de los factores que les lleva a tener muy en cuenta a los bonos autonómicos -un mercado de 23.000 millones de euros en España- es la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) use estos bonos para diversificar su programa de compra de activos. En concreto, según Reuters, el BCE está examinando comprar deuda de regiones y ciudades por toda Europa.