Dos peldaños de un solo golpe. Esto no es algo muy común en los últimos tiempos, por lo que la decisión que ha adoptado Fitch es más sorprendente. La agencia se ha saltado el calendario de revisión del rating ya que percibe una situación extraordinaria en la comunidad autónoma después del inicio del proceso soberanista que comenzó el lunes día 9. La normativa establece que las agencias tienen que publicar un calendario para las revisiones de las calificaciones de los emisores públicos y sólo pueden modificar sus notas en estas citas, a no ser que existan situaciones extraordinarias que obliguen a un cambio de urgencia, como es este, según Fitch.
El escenario base para la agencia ha cambiado y por este motivo ha decidido actuar de urgencia y de forma tan contundente. La agencia ha recortado la calificación de Cataluña en dos peldaños, hasta BB, por lo que cae así en bono basura. De este modo, la comunidad autónoma queda con la misma nota que Fitch establece a Bolivia, Guatemala, Paraguay y Croacia. Además, pone su nota en “perspectiva negativa”, por lo que no descarta que en el futuro vuelva a deteriorar su nota. “Nuestra perspectiva negativa responde a la previsión de un débil desempeño presupuestario y una deuda creciente”, indica la agencia.
Al mismo tiempo, también recorta la calificación del Instituto Catalán de Finanzas en dos escalones hasta BB e igualmente con perspectiva negativa.
El que avisa…
Fitch ya alertó en septiembre que la nota de Cataluña dependía del apoyo del Estado. Todas las autonomías españolas tienen una nota mínima garantizada de BBB-, esto es, el último peldaño antes de caer en bono basura. La agencia cree ahora que este apoyo está en entredicho después de que el Parlamento catalán firmara el inicio del proceso de independencia, por lo que ha retirado el suelo del respaldo estatal.
Fitch no es la primera agencia en poner a Cataluña en bono basura, ya que Standard & Poor’s ya lo hizo el pasado 9 de octubre.
La agencia señala las dos principales debilidades de Cataluña que ponen en riesgo su perfil crediticio y que hacen que su calificación esté por debajo del grado de inversión. En primer lugar, su déficit público persistente durante los próximos años, que cerrará 2015 en el entorno del 2% del PIB de la región. Fitch estima que en el periodo entre 2015 y 2017 la comunidad tendrá un déficit público de en torno al 20% de sus ingresos fiscales.
En segundo lugar, Cataluña se enfrenta a serios problemas de liquidez. “La liquidez es frágil y hay incertidumbre de si la región seguirá recibiendo el apoyo del Estado y en los mismos términos”, indica la agencia. La autonomía tiene cerrado el acceso a los mercados, por lo que consigue su liquidez del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), sin embargo, en los últimos días se ha especulado con que el Ministerio de Hacienda podría cortar el grifo del dinero a Cataluña.
Por último, la agencia indica que seguirá de cerca la evolución de los acontecimientos en Cataluña y que “si la situación se normaliza, la región volverá a estar soportada por el suelo del rating”, al igual que el resto de comunidades autónomas.