Para comprender la importancia de la reunión de la Reserva Federal (Fed) del miércoles hay que echar la vista atrás. Todo está preparado para que la entidad anuncie una subida de 25 puntos básicos de los tipos de interés, esto es, del precio al que le presta el dinero a los bancos. Será la primera subida de tipos desde 2006, y el primer inicio de un ciclo alcista de los tipos de interés en más de una década (desde 2004).
Esto supone que el interés que pagan los bancos por financiarse en la Fed pasará de entre el 0 y el 0,25% a una horquilla entre el 0,25 y el 0,50%, como estima casi la totalidad de los expertos. De este modo, como los bancos tienen más caro el dinero, trasladan este coste al resto del mercado, lo que supone que a las empresas y los hogares también tienen que pagar un interés mayor por su deuda. Así es como el banco central consigue frenar el crecimiento del crédito. ¿Cuál es el impacto de esta decisión sobre la economía real de España?
1. Tipo de cambio
Este es un impacto es directo sobre la economía española, que está cada vez más orientada hacia el sector exterior, ya sean las exportaciones de bienes como la entrada de turistas. Cuando una región aprueba políticas monetarias restrictivas, lo que está haciendo es retirar dinero de circulación, lo que provoca que la oferta de esa moneda caiga y, por tanto, suba su precio. En definitiva, lo normal es que el dólar se aprecie una vez que la Fed suba los tipos de interés.
Un euro barato permite a los países de la región elevar su competitividad internacional. Muchos de los contratos internacionales se firman en dólares, especialmente los que se realizan en Latinoamérica y los países asiáticos, por lo que el tipo de cambio con el dólar afecta también en operaciones comerciales con terceros países.
El tipo de cambio en el entorno de 1,10 dólares por euro no es preocupante para la Fed. En otras ocasiones este año ya estuvo mucho más caro, cerca de los 1,05 dólares por euro. Por este motivo, la cotización del billete verde no es una preocupación para la entidad en estos momentos, aunque lo será si se aproxima hacia la paridad.
2. Inflación
El tipo de cambio tiene una segunda consecuencia inmediata: la inflación. Además, se produce justo en un momento en el que los precios son uno de los mayores quebraderos de cabeza para el mundo desarrollado. El IPC en España ha estado en negativo en 15 de los últimos 17 meses, una situación que, si bien no es preocupante, sí que podría romper las expectativas de inflación que tienen los ciudadanos. Esto es, si los consumidores empiezan a pensar que los precios van a seguir cayendo, podrían llegar a retrasar sus compras para conseguir los productos más baratos en el futuro. La consecuencia de esta situación es que cae la demanda y se frena la economía.
Los bancos centrales están intentando combatir esta situación, pero no es fácil con el precio del petróleo desplomándose hasta su nivel más bajo desde 2004. Una forma de conseguir inflación es importarla. Aunque este concepto pueda parecer algo extraño, no tiene mucho misterio: se trata de que los productos que se compran en el exterior sean cada día más caros. ¿Cómo se consigue esto? Muy fácil: si la divisa se deprecia, comprar en el exterior se encarece de forma automática.
De esta forma, la moneda que se debilita importa inflación en detrimento de la divisa más fuerte, que importa deflación. De este modo, la caída del euro ayudará a estabilizar los precios en la eurozona.
3. Evitar otro ‘Lehman Brothers’
El estallido de la crisis financiera que todavía se siente en Europa se produjo en Estados Unidos. Fue la famosa crisis subprime que provocó el colapso de la banca estadounidense y extendió los problemas al resto del mundo. Evitar una situación como la de la quiebra de Lehman Brothers es clave para todas las personas del mundo.
Esto es, los consumidores españoles, o de cualquier país, deberán estar preocupados cuando Estados Unidos tenga desequilibrios internos y la subida de tipos de la Fed está precisamente dirigida a minimizar los riesgos. Ahora que la economía del país está cerca del pleno empleo de la población activa (aunque el porcentaje de desanimados sea alto), es el momento de empezar a retirar todos los estímulos de emergencia que se aprobaron en los últimos años. Es el momento de que la economía de Estados Unidos empiece a funcionar sin las muletas de la Fed.
4. Un freno a la recuperación
Sin embargo, todo no son bondades; las subidas de los tipos de interés también tienen consecuencias negativas. En primer lugar, que frenan la actividad económica, ya que encarecen el coste del crédito y frenan muchas decisiones de inversión de las empresas. Por otro lado, afectan a las familias que tienen hipotecas con un tipo de interés variable, ya que suben en mayor medida que los tipos de interés oficiales.
Es de sobra conocido que los problemas de la economía de EEUU afectan a todo el mundo. Por este motivo, todos los expertos desean que la Fed acierte subiendo los tipos ahora y no corte en seco la recuperación de la economía. La entidad será muy prudente a la hora de realizar su ciclo alcista de los tipos con el objetivo de no lastrar el crecimiento.
En este sentido, la Fed ha conseguido controlar la evolución de los mercados de deuda con su discurso prudente. Por ejemplo, el tipo de interés de las hipotecas a 30 años, que es un indicador muy sensible a la evolución del precio del dinero, apenas se ha movido en los últimos meses. Tampoco ha cambiado el tipo de interés de los bonos soberanos. En definitiva, la entidad ha conseguido su objetivo de llegar a la primera subida de los tipos con el mercado del país muy calmado.
5. La temida volatilidad
Además, hay otra consecuencia negativa que puede tener un impacto directo en Europa: la volatilidad que pueda generar la subida de tipos de la Fed en los mercados. Muchos de los episodios de volatilidad que se han visto en los últimos años estuvieron provocados por el temor al fin de los estímulos de la entidad y su impacto en todo el mundo fue indudable. La corrección de las bolsas (incluida la española) de los últimos días está provocada por la expectativa de que la Fed empiece su ciclo alcista de los tipos, lo que está pasando factura a todos los ahorradores.
Los países más vulnerables son los emergentes, ya que tienen unos mercados financieros poco consolidados que dependen mucho más del dinero extranjero. En los últimos meses se han generado importantes picos de volatilidad, especialmente en China, pero de momento sólo han sido amagos.
Por el momento, la volatilidad está controlada. Mientras sea así, su impacto se quedará en los mercados financieros, pero si la situación se complica, podría extenderse a los bancos y, desde ellos, hasta la economía real. De esta forma empieza el experimento de retirar una cantidad nunca antes vista de estímulos monetarios.