Es el peor inicio de año en la corta historia de la Bolsa china. El pánico se apoderó de los inversores asiáticos esta madrugada y llevó a los reguladores bursátiles a suspender la actividad en sus principales mercados de acciones y futuros. Hoy entraron en vigor los nuevos límites de caída en la Bolsa china, que obligan a suspender la negociación de valores en cuanto se cruzan determinados umbrales de caída. Es en ese momento cuando se activan los ‘circuit breakers’, sistemas automáticos que evitan que se pueda producir una compra o una venta.
Las ventas masivas -con un volumen que duplicó el de las sesiones precedentes- El índice CSI 300, una de las referencias bursátiles más amplias, fue suspendido por primera vez a las 6:28 (hora española) cuando bajaba un 5% y sólo cinco minutos más tarde alcanzó el 7% de caída -hasta 3.468 puntos- que activa la suspensión completa de la negociación para el resto del día. Se trata de la mayor caída desde la crisis de agosto de 2015, cuando los índices se derrumbaron en otra ola de pánico.
El derrumbe del mercado chino tuvo sus efectos inmediatos en el resto de bolsas asiáticas que sí permanecieron abiertas y en las que cotizan empresas con exposición al gigante chino. El Nikkei 225 japonés perdió un 3% al cierre, hasta 18.450 puntos, mientras que el Hang Seng de la Bolsa de Hong Kong cedió un 2,68%, hasta 21.327 unidades.
Temor a la desaceleración china
Previamente a la suspensión se conoció uno de los datos macroeconómicos más importantes del día, que provocó que se acelerasen las caídas bursátiles. Según la estadística que elabora Caixin, la actividad del sector manufacturero de China volvió a deteriorarse en diciembre, sembrando así nuevas dudas sobre la evolución de la economía. El dato oficial del PMI manufacturero se situó en diciembre en el 49,7, en línea con el resultado de 49,6 puntos de noviembre, acumulando así cinco meses por debajo del umbral de 50 puntos, lo que representa contracción de la actividad.
Por su parte, el índice PMI del sector fabril elaborado por Caixin se situó en diciembre en 48,2 puntos, frente a los 48,6 del mes anterior. De este modo, el indicador acumula diez meses consecutivos empeorando. "Esto demuestra que las fuerzas que empujan la economía han encontrado obstáculos y que se enfrentan a un mayor riesgo de debilitamiento", indicó He Fan, economista jefe de Caixin.
"Las lecturas [manufactureras] aún señalan una economía de dos velocidades, con el impulso industria en fase de moderación, sobre todo por el sector clave de la exportación, mientras que la economía de los servicios fortalecida ", dijo a Bloomberg el economista jefe de Asia-Pacífico de IHS Global Insight, Rajiv Biswas.