Latinoamérica no atraviesa un momento fino. Sus principales economías se encuentran estancadas o en recesión. Más allá de las causas perdidas de Venezuela o Argentina, el buque insignia de la región se encuentra a la cabeza del estancamiento y la recesión. La economía brasileña menguó un 3% en 2015, según los analistas y el Banco Mundial, en su informe para 2016, pronostica para 2016 un nuevo año de recesión económica.
Para las grandes empresas españolas llueve sobre mojado y sigue como pesadilla durante el último ejercicio, como informó EL ESPAÑOL en octubre. Algunas como Indra ya dieron el portazo a la región y han provisionado la mayor parte de su negocio. La compañía perdió 561 millones de euros en los nueve primeros meses de 2015 en provisiones relacionadas, sobre todo, con su actividad brasileña en los últimos años.
Para Santander, por ejemplo, Brasil supone el 20% de sus beneficios, mientra que en Telefónica representa el 25% de su cifra de negocio, según datos de Bloomberg al cierre del tercer trimestre de 2015. Otras están menos expuestas como BBVA, con poca presencia en el país, o Iberdrola, en cuyas cuentas Brasil supone apenas un 5% del grupo.
El cóctel económico que se está agitando en la mayor economía latinoamericana no hace presagiar nada bueno. La subidas de tipos de interés por parte de su banco central han llevado el precio del dinero al 14,5% desde el pasado verano, una de las tasas más altas del planeta, sobre todo, si se compara con la zona de tipos casi cero en Europa, Japón o EEUU. Pese a las restricciones monetarias, la caída de su divisa no ha hecho sino acelerarse. El cambio del real frente al euro se ha desplomado un 27% en el último año y cerca del 50% desde que la economía comenzó a tener problemas.
La fiebre del petróleo
“La inversión en Brasil ha ido cayendo desde 2013 debido a la pérdida de confianza de los inversores, que se ha exarcebado en 2015 por la ampliación de las investigaciones en el escándalo Petrobras. El endurecimiento monetario y fiscal, la aceleración de la inflación, así como las preocupaciones sobre los crecientes déficits fiscales también han pesado en el clima de inversión”, dijo el Banco Mundial. Este mismo jueves se conoció que la producción industrial del país volvió a retroceder en noviembre. Suma medio año seguido de caída y eleva al 8,1% el desplome de la actividad en los once primeros meses de 2015.
El petróleo es la respuesta común a los problemas de Brasil. El país encontró yacimientos gigantescos en 2007 de crudo a grandes profundidades, que exige también costosas inversiones para poder extraerlo y un precio alto del barril para venderlo con rentabilidad. Se estima en cerca de 80 dólares el nivel para el crudo brasileño. La petrolera española Repsol participó de esos grandes descubrimientos junto a Petrobras.
Ese escenario se dibujó en 2007 y mitad de 2008, pero lanzó un serio aviso tras el crash financiero de aquel año -los precios bajaron de 140 a poco más de 50 dólares-. A partir de 2009 se recuperaron y volvió el escenario de los 100 dólares para los principales barriles de crudo. Sin embargo, la guerra de producción desatada por Arabia Saudí y la OPEP en 2014 ha hecho estallar por los aires el sueño de Brasil de convertirse en una potencia petrolera y financiar sus políticas económicas como hizo en los años de la crisis.
Impacto en el Ibex 35
Más allá de la incertidumbre electoral en España, que lleva nueve meses colgada de las urnas (24M, 27S y 20D), los inversores han dado buena cuenta de la exposición que la Bolsa española tiene con Brasil y Latinoamérica. El Ibex 35, la referencia bursátil doméstica, cerró el 2015 con un desplome del 7,15%, mientras que el resto de su pares europeos se asomaron a los dos dígitos (más del 10%) de rentabilidad.
Ocurrió lo mismo si se compara al Ibex 35 con uno de sus hermanos pequeños, el Ibex Small Cap, cuyos componentes atesoran un tamaño de entre 500 y 1.000 millones -como CAF, Axiare o Talgo-, pero apenas tienen exposición a Brasil. El índice se revalorizó un 5% en 2015 frente a la caída del Ibex 35, que incluye a Santander y Telefónica. Precisamente, estas dos compañía han perdido entre un 30% y 38% desde que ha mediados del pasado verano la crisis brasileña comenzó a acentuarse por la caída de los precios del petróleo.
Para el mercado español, sólo entre las dos multinacionales suman un golpe de más de 40.000 millones de euros en pérdida de capitalización bursátil. Ni siquiera el ascenso de Inditex en 2015, que pasó de 75.000 a 100.000 millones, logró neutralizar el golpe del efecto Brasil, que junto a la crisis global que representa China ha terminado de dar la puntilla al Ibex 35 y sus pesos pesados, en niveles no vistos desde septiembre de 2013.
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