El mercado está en modo barrena. Cualquier noticia es buena para activar los motores bajistas. El Ibex 35 ha vivido hoy su peor sesión del año, al caer un 4,88%, el desplome más fuerte desde agosto, en plena crisis de China. Este descenso ha llevado al selectivo hasta los 7.746 puntos, su nivel más bajo del año y su mínimo desde julio de 2013.
Desde el inicio de 2016, el selectivo no había cerrado una sesión por debajo de los 7.900 puntos, y hoy no sólo ha roto este nivel, sino que también el de los 7.800 puntos. Esto hace que, en lo que va de año, el Ibex haya perdido ya un 18% de su capitalización.Desde el inicio del año, el Ibex acumula un descenso del 19%.
La banca tuvo una buena parte de la culpa de este descenso, con un desplome del 7% para Bankia y BBVA y del 6% para Santander y CaixaBank. Esta situación se repite en todos los países europeos, por las dudas que genera Deutsche Bank y por los pobres resultados que ha presentado Société Générale.
El banco francés se ha desplomado un 12% después de tener que hacer provisiones extra de 400 millones para cubrir las multas por litigios, ya que la entidad está siendo investigada por realizar posibles transferencias a países que estaban bajo el embargo de EEUU.
Escalada de la prima de riesgo
El castigo del mercado está siendo más intenso en los países periféricos. Los inversores se resguardan de la tormenta en Alemania, lo que está disparando a la prima de riesgo española (que se mide como el diferencial entre el bono alemán y el español). El riesgo país escala hoy 13 puntos básicos hasta los 162 puntos básicos, con lo que iguala su peor nivel de 2015.
La rentabilidad del bono español se aproxima hoy al 1,8%, mientras que en el caso del título alemán, cae hoy por debajo del 0,2%. Un momento, porque este dato es sorprendente: el bono alemán con vencimiento a 10 años ofrece una rentabilidad anual de sólo el 0,2%
El peligro del euro
Sin embargo, el factor que más está pesando sobre las cotizaciones en el Europa es la depreciación del dólar, que lleva al euro a escalar hasta los 1,135 dólares. En contra de lo que pueda parecer, el euro lleva un año completo de apreciación contra la mayor parte de las grandes divisas, lo que supone un freno a las ganancias de competitividad de la eurozona. Ni siquiera la expectativa de que el Banco Central Europeo (BCE) vaya a aprobar un nuevo paquete de estímulos en marzo está frenando la apreciación de la divisa común.
Esta subida del euro pesa hoy sobre las bolsas europeas, que sufren pérdidas generalizadas. El Ftse Mib italiano se ha desplomado casi un 5%, mientras que el Cac francés ha peridido más de un 3,5% y el Dax alemán, un 2,5%.
Suecia lleva los tipos al -0,5%
Las dudas sobre la economía global siguen pesando sobre la confianza de los inversores. Pero no sólo en la suya, los bancos centrales también se están mostrando nerviosos ante esta situación. Ayer fue Janet Yellen, la presidenta de la Reserva Federal, quien dijo que esta situación de dificultad en los mercados y en los países emergentes puede afectar al crecimiento y la creación de empleo en la primera potencia mundial.
Hoy, el banco central de Suecia, el Riskbank, ha anunciado un nuevo recorte de los tipos de interés oficiales y los ha llevado mucho más a negativo, hasta el -0,5%. Esto significa que, cuando un banco acude a financiarse a la entidad sueca, no sólo no tiene que pagar por ello, sino que el Riskbank le paga una rentabilidad anual del 0,5%.
En contra de lo que pueda parecer, esto no es ninguna buena noticia para los bancos, ya que, con el precio del dinero tan bajo, en el resto de operaciones que realizan, no consiguen prácticamente ninguna rentabilidad. Los tipos negativos son una situación anómala que es el resultado de la situación económica tan negativa y de los estímulos de los bancos centrales para intentar animar el crecimiento y la inflación. En otras palabras, que el Riskbank se haya visto forzado a aprobar esta bajada de los tipos hasta el -0,5% es cualquier cosa menos una buena noticia.