Todos están tranquilos, pero la risa nerviosa en la que cae alguno de los 100.000 empleados del mayor banco alemán deja entrever la preocupación que reina en el banco. Hasta el propio consejero delegado del banco, John Cryan, ha tenido que enviar una misiva a sus empleados para tranquilizarles.
“Puede que algunos de sus clientes les pregunten sobre cómo la volatilidad de los mercado está impactando al banco. Pueden decirles que el Deutsche Bank permanece sólido como una roca, debido a nuestra fuerte posición de capital y de riesgo”, dijo el primer ejecutivo del banco en una carta.
No pareció ser suficiente puesto que el ministro de Finanzas, Wolfgang Schauble, tuvo que salir a la palestra para calmar ánimos. “No, no estoy preocupado por Deutsche Bank”, señaló en declaraciones recogidas por Bloomberg. Pero el mercado no ha hecho otra que decir lo contrario desde que comenzó 2016.
La cotización del Deutsche Bank se ha colocado en mínimos históricos tras derrumbarse un 40% en lo que va de 2016 o un 85% desde los máximos previos a la crisis de 2008. Su valor en bolsa apenas supera los 18.000 millones de euros, tres veces menos que el Santander, con quien no hace mucho competía por ser el banco más grande del euro.
Ahora las dudas se extienden sobre su capacidad para afrontar los pagos de sus emisiones de deuda, después de que la entidad presentase unas pérdidas históricas de 6.700 millones de euros en 2015, cifra que impacta en la imagen pública y financiera de la entidad alemana. Esto llevó a la firma Credit Insights a dudar en un informe sobre algo sagrado para un alemán: el impago.
Deutsche Bank tuvo que salir al paso de las dudas del mercado sobre su capacidad para pagar los intereses de una serie de emisiones. En un comunicado, la entidad dijo que dispone de 1.000 millones de euros de manera inmediata para pagos que apenas superan los 350 millones.
¡Qué vienen los CoCos!
Los inversores tiemblan al ver en Deutsche Bank al Lehman Brothers europeo, por lo que su reacción ha sido contundente: unos han huido y otros se están protegiendo de una posible quiebra. En el caso de que la entidad no pueda hacer frente a todos sus vencimientos, lo primero que dejará de pagar son los bonos híbridos, los conocidos como CoCos.
Este tipo de deuda es convertible en capital, esto es, paga esta deuda con acciones nuevas, con lo cual, se quita este pasivo sin necesidad de que salga dinero de la entidad. Como no podía ser de otra manera, los CoCos de la entidad se han desplomado. El precio de esta deuda se ha desplomado un 17% en lo que va de mes de febrero.
Otros inversores están comprando seguros por impago, para cubrirse de un posible default de la entidad. Estos productos financieros son los conocidos como CDS (Credit Default Swap) y en el caso de Deutsche Bank, su precio se ha disparado un 68% en lo que va de febrero. El coste de asegurar un impago de la entidad no estaba tan alto desde el año 2011, en plena crisis sobre la viabilidad del euro y la solvencia de la banca de la región. El mercado está anticipando graves problemas de solvencia en la entidad.
Deutsche contraataca
La reacción de la entidad para intentar calmar los ánimos puede pasar por hacer una recompra masiva de bonos en el mercado. Según ha publicado el Financial Times, la entidad estaría preparando una compra de 50.000 millones de bonos senior, un tipo de deuda que es menos susceptible de sufrir pérdidas que los CoCos, pero que tiene más riesgo que la deuda junior. Según estas mismas fuentes, la entidad no incluiría en la recompra de deuda a los CoCos, como es lógico, ya que esta deuda es convertible en capital y, por tanto, supone un punto fuerte para la entidad, y no débil.
De esta manera, la entidad alemana aprovecharía los precios tan bajos a los que cotizan estos títulos y se evitaría seguir pagando los intereses. Sin embargo, el problema es movilizar todo este dinero, ¿de dónde sacará 50.000 millones de euros con sus problemas para conseguir financiación? La reacción de los inversores fue positiva a estos rumores de reacción del banco. Su acción en Wall Street apenas bajaba un 0,9% después de desplomarse más del 4% durante la sesión.
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