Un 4,88%. Ésta fue la caída del Ibex el jueves en su día más negro desde agosto, cuando, en pleno desplome del mercado chino, llegó a caer un 5,01%. Al mismo tiempo que las bolsas se hundían, otros activos subían con fuerza, son los llamados activos refugio. Éstas son las inversiones en las que el mercado confía cuando todo está cayendo, ya que ofrecen mucha seguridad a los ahorradores. Al ser activos que todo el mundo quiere tener en sus carteras, cuando llega un momento de pánico, el aumento de la demanda termina por hacer que su precio suba.
Cuando todos los activos refugio se aprecian al mismo tiempo es que suenan las alarmas y en este año están subiendo todos ellos juntos. Muchos inversores están en modo pánico, ya sea porque no saben cuándo van a acabar las caídas o porque creen que el mundo va hacia una nueva recesión, por lo que deciden resguardar su dinero.
Hay una condición indispensable para los activos refugio y es que sean muy líquidos, esto es, que se puedan comprar y vender con facilidad. Sólo así los inversores podrán sentirse cómodos para operar en cualquier momento. Los activos que no son líquidos tienen un riesgo alto de sufrir más volatilidad, ya que si hay pocas órdenes de compra y venta, los precios varían mucho.
El mejor día del oro desde 2009
Es el activo refugio por excelencia. Brillante y dorado, aunque no es lo que compran los inversores. Estos se conforman con una anotación en sus pantallas que les asegura que han firmado un contrato que vale por ciertos gramos de oro. Su precio se disparó el jueves un 5% al cierre de la sesión en Europa, su mayor subida desde el año 2009 y uno de sus mejores días de este siglo.
No hay nada que explique mejor la mezcla de incertidumbre y miedo que sienten los inversores y que les lleva a estar mucho más seguros con su dinero en el oro. Estas declaraciones del multimillonario Mark Cuban son un buen ejemplo: “Creo que la gente está confundida con este mercado, yo mismo lo estoy. (…) Cuando los agentes no saben qué hacer, van a donde está todo el mundo y creo que es el oro”.
El precio de la onza de oro superó el jueves los 1.250 dólares, su nivel más alto en algo más de doce meses. Muchos inversores se han ‘puesto las botas’ este año invirtiendo en oro. Desde el inicio del año, el metal se ha apreciado un 18%, lo que le convierte en una de las mejores inversiones del año y la materia prima más alcista.
El oro suele atraer también a los otros dos metales preciosos más importantes que cotizan: la plata y el platino. Ambos suman importantes ganancias en el año, del 15% en el caso de la libra y del 8% para el platino.
El bunker alemán
Los inversores que buscan un activo que garantice algo de rentabilidad y que sea líquido y solvente, encuentran en el bono alemán su mejor opción. El Bund es garantía de éxito y más desde que la eurozona está en marcha. Cada vez que vuelven las dudas a los mercados, los inversores se lanzan a comprar deuda germana, como paradigma de Estado sólido y solvente.
Cuando los inversores quieren comprar esta deuda sea como sea, están aceptando rentabilidades cada vez menores con tal de conseguir un título. Esto ha provocado que la rentabilidad del bono alemán haya caído hasta el 0,188%, su nivel más bajo desde abril, cuando marcó sus mínimos históricos en el 0,075%.
Este descenso de la rentabilidad del Bund es precisamente el que más está contribuyendo a elevar la prima de riesgo española. La prima de riesgo se obtiene calculando la diferencia de rentabilidad entre el bono alemán y el español, de modo que, si el alemán cae, amplía este spread. El jueves subió hasta los 160 puntos básicos, con lo que se pone a la altura de los máximos de 2015.
El retorno del yen
En los últimos años, muchos inversores y analistas aseguraron que el yen no volvería a ser un refugio nunca más; que los estímulos que había inyectado el Banco de Japón hacían que su divisa dependiese sólo de la autoridad monetaria y no del mercado. Sin embargo, una vez que las dudas han vuelto, el yen se ha convertido en la divisa más fuerte.
No hay una sola moneda que se aprecie contra el yen en lo que va de 2016. Sólo en los últimos nueve días, la divisa japonesa se ha disparado un 8% contra el dólar, una variación que no es común en los mercados de divisas, donde todo se mueve más lentamente. Ni siquiera los estímulos que aprobó el Banco de Japón la hace dos semanas para poner el tipo de interés de los depósitos en negativo ha tenido efecto a la hora de frenar el yen.
Los inversores compran yenes para después adquirir deuda de Japón que, como la alemana, también es una de las más seguras del mundo. Y eso que el país tiene un endeudamiento que supera un 231% su PIB (en España no llega al 100%), sin embargo, el ahorro privado es tan grande que permite pagar toda esa deuda pública, por lo que el país depende menos del exterior para financiarse y, así, sus bonos están entre los más seguros del mundo.
La volatilidad
Una nueva fórmula que han encontrado los inversores profesionales es invertir en la volatilidad. Cuando los precios caen, los mercados oscilan con más violencia y sube la volatilidad. Actualmente se comercializan algunos productos, como fondos y ETF, en los que los inversores expertos han encontrado un gran aliado en los momentos de crisis.
Sin embargo, la volatilidad suele mantenerse alta durante periodos cortos de tiempo, al final, tiende a la normalidad, por lo que este tipo de operaciones no son fáciles de gestionar para los inversores minoritarios. Pero son un buen indicador de la situación de miedo que vive el mercado, por eso se conoce a los indicadores que miden la volatilidad como índices del miedo.