Superviviente de la crisis ‘subprime’ de 2008 -con la que ganó miles de millones-, el referente para el resto de bancos de inversión vuelve a hundir el dedo en otra llaga: la crisis de la deuda asociada a proyectos de gas y petróleo. Hace algo más de doce meses cifró en 1 billón de dólares este mercado y advirtió de las consecuencias que tendría la espiral bajista de los precios del crudo. Esta vez no ha sido a través de sus analistas, sino enseñando su propio balance.

Goldman Sachs se desnuda en una presentación a la SEC, el supervisor de los mercados de EEUU. En ella detalla que su exposición a compañías energéticas se situó en 10.600 millones de dólares al cierre de 2015, de los que el 40% están ligados a empresas calificadas como ‘bono basura’ (por debajo de BBB-) y con alto riesgo de impago. De hecho, muchos analistas creen que muchas de estas emisiones carecen de valor después de 20 meses de 'crash' petrolero, que ha llevado los precios de 100 a 30 dólares por barril.

Según Bloomberg, la cifra de exposición energética de Goldman es inferior a otros grandes bancos de EEUU como Wells Fargo (17.000 millones) o Citigroup (58.000 millones). El grupo que dirige Lloyd Blankfein revela además posiciones bajistas -que se benefician de la caída en el valor de los activos- de 677 millones de dólares para cubrirse, aunque también para aprovechar el descenso generalizado en los precios de las materias primas y las empresas que operan en estos mercados.

Según el documento relativo al ejercicio 2015, del conjunto de inversión crediticia en el mundo que tiene Goldman Sachs (159.600 millones de dólares), la mitad se encuentra invertida en emisores de baja calidad y con grado especulativo de inversión. En concreto, la mitad (76.049 millones) está sumergido en empresas con grado BB o inferior, de ellos, el 13% son los vinculados a energéticas.

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El reverso tenebroso del petróleo barato

Una vez más, Goldman emerge como inversor clave en el epicentro de otra crisis. Según estimaciones del propio banco a finales de 2014, con un barril de petróleo por debajo de 70 dólares, alrededor de 1 billón de dólares en bonos emitidos petroleras y gasistas corrían el riesgo de entrar en impago. Hoy el barril está muy por debajo de ese nivel -entre 30 y 35 dólares-, con lo que el problema es mucho mayor.

Es uno de los grandes temores de los inversores en este arranque de 2016 y uno de los motores detrás del crash en las cotizaciones de algunos bancos. “El negocio bancario se está rompiendo. Los inversores no sólo temen al escenario de tipos de interés negativos, sino también al efecto que pueda tener el crash del petróleo sobre la deuda corporativa de ‘energéticas’ sobre sus balances”, según explicó un operador a EL ESPAÑOL.

Goldman señala que los mercados de deuda están siendo golpeados por el crecimiento de los diferenciales de deuda y la caída de los precios del crudo durante la segunda mitad del año, que ha contribuido a una baja liquidez, particularmente, en el crédito. Pero no sólo puede malas noticias por el lado de las corporaciones que se dedican al crudo o al gas.

El banco estadounidense también advierte a la SEC sobre su exposición a tres países de gran peso económico y núcleo central de los BRICS: Brasil, Rusia y China. Al cierre de 2015, Goldman tenía una exposición crediticia a la deuda rusa muy reducida (apenas 292 millones de dólares).

La cifra se eleva a los 3.700 millones en el caso de China y se sitúa en los 3.200 millones sobre Brasil, uno de los productos de crudo más perjudicados por la caída de los precios en los mercados internacionales. El banco también detalla que no tiene riesgo en otros productores como Argentina, Nigeria, Venezuela o Irak.

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