Sesión de infarto. El Ibex 35, que arrancó el día con descensos próximos al 3%, se recuperó con el paso de las horas y cerró con una caída del 0,19%, hasta 8.779 puntos, al son del ritmo marcado por el Deutsche Bank, que puso al mercado europeo contra las cuerdas durante buena parte del día. El banco alemán llegó a caer más del 10% por los temores a un colapso de la entidad, pero terminó disparándose un 14%.
También cambió su incierto destino el Ibex 35. Pese a terminar el día en negativo y acumular un saldo semanal del -0,49%, el índice de referencia de la Bolsa española terminó el mes con un alza acumulada del 0,72% y un 7,5% trimestral. Precisamente, de julio a septiembre se ha producido un cambio de tendencia en el mercado español.
De esta manera, el Ibex 35 registra su primera subida en un trimestre desde el arranque de 2015, es decir, después de cinco trimestres consecutivos cayendo, algo que sólo se vivió entre 2008 y 2009 (crash de las subprime), así como en 1994 (crisis de los bonos). La Bolsa española corría el riesgo de entrar en terreno desconocido porque nunca ha caído seis trimestres consecutivos y este viernes estuvo a punto de hacerlo. Todavía tiene un cuarto trimestre por delante para levantar la caída acumulada del 8% que lleva a sus espaldas en este 2016.
Pendientes de la banca alemana
La Bolsa española llega exhausta al cierre trimestral todavía impactada por las pérdidas históricas de Abengoa -perdió 3.689 millones de enero a junio- y la cancelación de la OPV de Telxius, filial de Telefónica, que provocó un desplome del 4% en la operadora. El fracaso se debe a la falta de apetito inversor y la presión para rebajar la valoración de la compañía por parte de los grandes inversores. Las renovadas dudas sobre la sostenibilidad del dividendo de la compañía -que suma 3.800 millones de euros- y el compromiso de reducir su deuda de más de 50.000 millones llevaron a Telefónica a liderar los descensos.
Compensó el descenso de la operadora el avance de valores como Cellnex, rival de Telxius, que vio como sus acciones se elevaron un 2,5%, premiadas por los inversores por última operación de 400 millones de euros en Reino Unido con la compra de Shere Group. También subió con fuerza Bankia, más del 2%, después de plantear sus planes de fusión con Mare Nostrum y cerrar la venta de la Torre Cepsa por 490 millones.
Banco Santander terminó empatando la sesión pese a arrancar con caídas de más del 4% en su Día del Inversor en Londres. La entidad reafirmó su objetivos de resultados y de dividendo pese al deterioro del entorno económico por el 'brexit' y el escenario de tipos negativos que está golpeando a la banca al reducir sus márgenes al mínimo.
Sin embargo, el verdadero protagonista de la sesión bursátil española fue el omnipresente gigante alemán Deutsche Bank, principal foco de preocupación de las autoridades políticas y económicas por el riesgo sistémico que representa. La exposicón de la entidad al mercado de derivados financieros (41 billones de euros frente a un activo de 1,6 billones). Su cotización comenzó el viernes en estado de pánico, con caídas superiores al 10%, pero terminó subiendo un 15% completando su camino de ida y vuelta.