El mundo de la inversión y de la comercialización de productos financieros se enfrenta a un cambio profundo e inminente, la nueva MiFID II, la normativa que regula los mercados y la forma de asesorar y vender activos a los ahorradores. La nueva regulación entrará en funcionamiento en enero de 2018, pero la directiva todavía no está cerrada, por lo que la industria de la inversión está expectante a cualquier noticia que llegue desde la Unión Europea.
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La intención de las autoridades es elevar la transparencia y la profesionalización de la comercialización de productos financieros, lo que obligará, entre otras cosas, a realizar una asesoría independiente al cliente. Todo el aras de mejorar el funcionamiento de los mercados para que las entidades no coloquen solo los productos que más les interesa y que productos de riesgo acaben en manos de inversores con baja cualificación (como el escándalo de las preferentes en España).
Las principales asociaciones participantes en el mercado aplauden este avance en la regulación, sin embargo, creen que tendrá un impacto sobre los clientes al elevar los costes de la inversión. Así quedó patente en el I Foro de Inversión de EL ESPAÑOL organizado el martes en Madrid con el patrocinio de Andbank, Mirabaud, Natixis y Savills. Javier Méndez Llera, director general de la Fundación de Estudios Financieros (FEF) reconoce que “va a haber un aumento de costes, todos asumimos que lo tiene que haber para mejorar la calidad”. Para Carlos García Ciriza, presidente de la Asociación Española de Empresas de Asesoramiento Financiero (ASEAFI), el riesgo es caer en un exceso de regulación, que “es muy malo” y en el que el perdedor acaba siendo “el cliente porque aumenten los costes”.
Elisa Ricón, directora general de Inverco, explica que la aplicación de la regulación MiFID II tiene que abordarse “desde una posición viable de coste y beneficio”, ya que si disparase los gastos de las entidades, acabaría repercutiendo con fuerza sobre los inversores. En su opinión, “las entidades están haciendo un gran esfuerzo para revisar sus modelos para su negocio”. García Ciriza considera que los grandes bancos renunciarán al asesoramiento y “se dedicarán solo a la comercialización”. Con la nueva regulación, estas dos funciones tienen que estar muy bien diferenciadas para evitar conflictos de interés, por lo que las grandes entidades optarán por la que les permita distribuir sus productos.
Va a haber un aumento de costes, todos asumimos que lo tiene que haber para mejorar la calidad
“Va a producirse un cambio en la relación con el cliente”, señala Méndez, “la experiencia con este tipo de normativa es que reduce el nivel de asesoramiento financiero, así lo hemos visto en Reino Unido”. Si las entidades se limitar ahora a comercializar, los ahorradores tendrán que buscar un asesor independiente que guíe sus inversiones. Para García Ciriza, la regulación de MiFID II “puede acabar en un proceso de consolidación y concentración de EAFIs”. Por su parte, Méndez espera que el nuevo ecosistema de la inversión siga liderado por la gran banca, pero en el que convivirá con asesores y gestores, “muchos de los cuales podrían acabar aliándose con la banca, como son ahora los fondos de autor”.
Dentro de la nueva normativa, la formación de los profesionales del sector es un pilar básico. Los asesores y los comercializadores tienen que tener un amplio dominio de los mercados para realizar su trabajo de la mejor forma posible. “Cuanto más exigentes seamos en la formación y la certificación, menos probabilidad habrá de asesoramiento perverso”, explica Méndez. Para Enrique Borrajeros, presidente del Comité de Comunicación de EFPA España, hay que aunar la formación técnica con la implantación de los códigos éticos y de buena conducta. “Es importante tomar conciencia de que el cliente que tenemos delante es el que da sentido a nuestra existencia”, señala Borrajeros.
Cuanto más exigentes seamos en la formación y la certificación, menos probabilidad habrá de asesoramiento perverso
Por último, las asociaciones de la inversión creen que es imprescindible fomentar la educación financiera de la sociedad. Los ciudadanos tienen que tener nociones básicas de los conceptos de ahorro e inversión para saber gestionar sus rentas y su patrimonio. Para Méndez, “por muy buen trabajo que estén haciendo los asesores, un bajo nivel de cultura financiera difícilmente nos va a permitir evitar pérdidas financieras como las que hemos visto”.
¿La revolución digital?
El mundo de la banca está viviendo uno de los cambios más profundos que ha vivido nunca en su negocio y la relación con el cliente. La irrupción de las fintech alcanza a todas las áreas de negocio de las entidades, pero ¿también al mundo de los mercados? Según los datos de Inverco, el 90% de la venta de productos financieros se comercializan a través de la banca, esto significa que las entidades tradicionales copan el mercado. Los expertos creen que el mundo de la banca privada tiene una ventaja frente a los robots que ya funcionan como asesores de los inversores, son los conocidos como robo-advisors.
“El área de negocio que está más protegido a la digitalización es el de la banca privada, porque está mucho más personalizada”, apunta Carlos Aso, consejero delegado de Andbank España. En su opinión, “los robot no pueden sustituir a un gestor personalizado”, pero reconoce que “la unión de los robot con el asesor da muchas más posibilidades”.
El área de negocio que está más protegido a la digitalización es el de la banca privada, porque está mucho más personalizada
Para Isabel Giménez Zuriaga, directora general de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros (FEBF), “las entidades tienen tiempo para hacer la transformación digital necesaria en el mundo de la banca digital”. En su opinión, los bancos cuentan con una confianza mayor que las fintech por parte de los inversores, por lo que pueden aprovechar esta ventaja. Aso reconoce que “la banca de sucursal tiene un recorrido limitadísimo y el futuro está en el móvil, también para la inversión”.
Jesús Pérez, presidente de la Asociación Española de Fintech & Insurtech, el país cuenta con talento en los profesionales de las finanzas y demanda de los usuarios como para asistir a un gran desarrollo del sector fintech. Sin embargo, lamenta que no haya la inversión suficiente para poner en marcha los proyectos y que no exista una regulación específica para estas compañías que permita su desarrollo. “Este es el punto más crítico”, alerta, “yo creo que los reguladores no entienden lo que es fintech, no me extrañaría ver algún emprendedor de crowdfunding en la cárcel”, ya que mientras en otros países se apoya a los emprendedores, en España se les trata como delincuentes.
El problema de la volatilidad
Al margen de todo este cambio regulatorio y digital, los inversores se enfrentan hoy a uno de los problemas tradicionales del mercado, la volatilidad, sin un recurso tan importante como son unos bonos que ofrezcan un cupón atractivo. Los ahorradores con un perfil conservador tienen muy complicado obtener algún tipo de retorno dada la política monetaria de tipos cero. Es la consecuencia de la represión financiera que vive el mundo desarrollado.
Daniel Lacalle, gestor de fondos y columnista de EL ESPAÑOL señala que “la tolerancia del inversor a la volatilidad es inexistente”, lo que dificulta mucho la labor de los gestores y asesores de mercados. El gran reto para todos ellos es “preservar capital y generar una rentabilidad sostenida de acuerdo al perfil del inversor”, una tarea complicada.
El gestor de fondos tiene dos retos, preservar capital y generar una rentabilidad sostenida de acuerdo al perfil del inversor
Sophie del Campo, directora general para Iberia y Latinoamérica de Natixis, corrobora que “la volatilidad ha crecido en todas las carteras, ya sean conservadoras o arriesgadas, lo que es complicado de asumir por parte de los clientes más conservadores”. La entidad ha realizado un estudio del comportamiento de las diferentes carteras y los diferentes gestores y ha observado que en las fases de corrección del mercado “es cuando más aumenta la dispersión de los resultados”. Esta es, cuando cae la bolsa, la diferencia entre los buenos y los malos gestores es mayor que cuando los mercados suben.
Alejandro Sánchez-Marco, Director de Patrimonios Privados de Savills, reconoce que la labor de la banca privada es importante hasta para el sector inmobiliario “ya que nos ayudan a dar más difusión a nuestros productos y nos permite llegar a los clientes que tengan desconocimiento de este producto, además de que puedan dar financiación”. La inversión inmobiliaria ha dado buenos resultados en los últimos años, pero “recomendamos que siempre que se va a dar el salto a la inversión inmobiliaria, sea con un asesor”.
Para Jaime Medem, director de Inversiones de Mirabaud, es el momento de apostar por las aseguradoras en Europa y los bancos en EEUU. “La menor regulación, los tipos de interés más altos y la subida del consumo y el crédito que esperamos por mejora de empleo y salarios hace que el sector financiero estadounidense sea atractivo en este momento”.