Cataluña tendrá en 2017 otro año complicado desde el punto de vista financiero. La autonomía afronta vencimientos de deuda de 9.900 millones de euros, esto es, algo más del 13% de todo su pasivo, según ha informado Fitch. La agencia, que ha desvelado así las necesidades inmediatas de la región, advierte que "monitorizará la asistencia del Gobierno central" ya que la autonomía no puede financiar, por sí misma, tal cantidad de vencimientos.
La agencia de calificación ha decidido mantener sin cambios el rating de Cataluña en BB, esto es, dos escalones por debajo del grado de inversión y el más bajo de todas las autonomías, que tienen el suelo del Gobierno central. También ha mantenido su su perspectiva negativa ante el riesgo de que un enfrentamiento mayor con el Estado pueda poner en riesgo la ayuda financiera actual. Una advertencia muy similar a la que lanzó ayer S&P, que advirtió que cualquier problema de coordinación con el Estado podría poner en riesgo los vencimientos de deuda de la Generalitat.
La Generalitat tiene vencimientos de 5.466 millones de euros de deuda de largo plazo, que tendrá que ser asumida por el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), ya que Cataluña seguirá con déficit. Además, tiene que negociar con los bancos la refinanciación de los 4.429 millones de euros de deuda de corto plazo que no asumirá el Gobierno central.
Fitch señala que "la monitorización y cobertura de estos vencimientos con el FLA como último recuros, mitiga el riesgo de liquidez de Cataluña". Según sus estimaciones, Cataluña necesitará "al menos" 7.500 millones más del FLA este año. Si se produce el referéndum este año y la relación con el Estado cambia, la agencia asegura que bajará más la calificación de la autonomía.
Al mismo tiempo, señala como otro factor de riesgo la incapacidad del Govern de sacar adelante los Presupuestos de 2016, que podría también prolongarse a este año. En cualquier caso, las mayores transferencias del Estado y el crecimiento de los ingresos tributarios permitirán a la región rebajar su déficit este año. Sin embargo, Fitch señala que existe el riesgo de que el resultado sea "volátil", como ya lo fue en el pasado.