Además de los riesgos geopolíticos asociados a Siria, ejercían también presión vendedora el temor a un triunfo de la extrema derecha en las cercanas elecciones francesas, así como la creciente agresividad de la retórica entre Corea del Norte y EEUU.
El mercado mostraba también síntomas de agotamiento tras tocar a finales de la semana pasada los niveles más altos desde agosto de 2015, en una jornada en la que por otra parte se dejaba notar el bajón de actividad habitual en la Semana Santa.
"Estamos en una semana un tanto peculiar, con muchos operadores de vacaciones, y festivos el viernes y el próximo lunes, que no invitan a observar grandes apuestas y movimientos. Especialmente, en el contexto de aumento de las tensiones geopolíticas en el que estamos", dijo Daniel Pingarrón, estratega de mercados del broker IG.
El Ibex 35 cayó por segunda jornada consecutiva, con un recorte del 0,21 por ciento a los 10.416,3 puntos, mientras que el índice paneuropeo FTSEurofirst se dejó un 0,01 por ciento.
Popular fue el valor más penalizado en el Ibex con una caída del 9,7 por ciento después de que su nuevo presidente reconociera en la junta de accionistas que el banco está abocado a una nueva ampliación de capital para solucionar sus problemas ligados a su fuerte exposición inmobiliaria o a participar en operaciones de concentración.
Entre el resto de la banca, Santander cayó un 0,8 por ciento y BBVA se dejó un 0,3 por ciento por ciento. Bankia perdió un 1,9 por ciento, mientras que Sabadell cedió un 0,97 por ciento.
Entre los valores industriales, Inditex aguantó con un avance del 0,3 por ciento, Iberdrola cayó un 0,34 por ciento y Telefónica se anotó un 0,3 por ciento.
Repsol cayó un 0,6 por ciento tras el cierre del mayor yacimiento petrolífero libio.
Gamesa fue el valor más alcista del Ibex con un repunte del 3,5 por ciento tras una recomendación de "comprar" de HSBC.