Según un informe publicado por la organización y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) este viernes, "el gasto de muchas familias pobres se ha desviado para la compra de tabaco en vez de usarse para necesidades básicas como comida, educación o atención médica".
Berhard Schwartländer, representante de la OMS en China, afirmó en la presentación de dicho informe que "el rápido incremento de los costes asociados al tabaco en China es insostenible" y que "el coste anual estimado en 2014 ascendió a 350 millones de yuanes (alrededor de 51 millones de dólares, 48 millones de euros)".
La OMS señaló que el Gobierno chino pretende erradicar por completo a las familias pobres -aquellas cuyos ingresos anuales son inferiores a los 2.300 yuanes (unos 330 dólares, 315 euros)- para el año 2020, con el fin de conseguir una "sociedad moderadamente próspera".
El informe reveló que los trabajadores rurales son el grupo más vulnerable al tabaco en China: cuando emigran a las ciudades muchos se convierten en fumadores, pero con apenas acceso a la sanidad pública, lo que provoca que se arruinen al no poder pagar los tratamientos cuando enferman.
Por ejemplo, cuando un cabeza de familia muere por causas relacionadas con el tabaco en entornos de pobreza las familias no se recuperan financieramente hasta pasados diez años, explicó la organización.
Aunque el Gobierno chino ha tomado ya algunas medidas para reducir el consumo de tabaco, como la prohibición de fumar en sitios públicos en ciudades como Pekín o Shanghái, según la OMS el 44 por ciento de los cigarrillos que se fumaron en el mundo en 2014 se consumieron en el gigante asiático.