-CNP Partners acaba de estrenar sede en el centro de Madrid, ¿se consolida España como un mercado fuerte en el grupo? España es un país de bancaseguros, nuestro core de distribución es bancaseguros, así que estamos muy cómodos porque casi todo el mundo se hace un seguro o plan de pensiones en su oficina bancaria de referencia. Además, el modelo abierto sin acuerdos de distribución en exclusividad y las alianzas con socios de referencia del sector, nos obligan a tener mejor servicio y producto y costes más ajustados. En medio de este escenario, nuestra estructura a través de canal de mediación, canal financiero y de grandes distribuidores tiene un gran potencial de crecimiento porque los españoles seguimos sin información ni concienciación en materia de pensiones. Desde la llegada a España en 2004 y la posterior adquisición de Skandia Vida en 2006, la apuesta del grupo por este mercado no ha hecho más que crecer. -¿Supone el cliente español una diferencia con respecto a otros mercados? La diferencia no es el cliente, con indiferencia del patrimonio que pueda aportar. El perfil de riesgo siempre es moderado, porque no buscan grandes rentabilidades, sino conservar el patrimonio. En una compañía de seguros, el ahorrador busca protección, por lo tanto, la diferencia en el negocio la da más el marco legal de cada mercado que el tipo de cliente. -Y, en materia de pensiones, ¿cómo está el mercado español? En pensiones falta información por todas partes. La gente no es consciente de que el sistema público actual solo es sostenible vía retribuciones más pequeñas o subida de impuestos. La generación del baby-boom se está empezando a jubilar ahora y, además, con pensiones elevadas porque tenían sueldos más altos. Eso hay que financiarlo y mientras tanto seguimos viviendo a corto plazo sin pensar en que nuestra calidad de vida a futuro puede verse muy mermada. Por lo que respecta a los planes de pensiones privados, existe un gran desconocimiento incluso del vehículo en sí: qué es, qué riesgos tiene¿ Y, sin embargo, están muy regulados, se marca qué tipo de inversiones pueden llevarse a cabo, cómo diversificar, en qué parámetros, los controles y auditorías que han de llevar. Sin embargo, la focalización en el corto plazo es lo que hace que en muchas ocasiones se desestimen estos productos. -Pero con la volatilidad que hay en los mercados, ¿no es normal cierta cautela? Los planes de pensiones han aguantado bien la crisis, no ha habido batacazos en las rentabilidades de la industria de forma general. Se debe comparar y ver qué opciones encajan bien con un perfil de riesgo determinado, además de atender a la diversificación, comisiones bajas y un buen track record. Nadie que compra una casa mira todos los meses cuál es el valor de tasación de la misma; así debería hacer con su plan de pensiones: no mirar todos los meses cómo ha ido, sino planificar a largo plazo las aportaciones y en función del nivel de vida que se tenga y se quiera tener con el perfil que se esté cómodo. -Con los tipos a cero y una inflación al alza, ¿diversificar es aún más necesario? No estoy tan de acuerdo en lo de la inflación, pues la subyacente no sube con fuerza al descontar las fluctuaciones del petróleo. La clave es el entorno de tipos de interés bajos, donde resulta más difícil hacer un producto atractivo, lo que nos impulsa a buscar más allá del core de la cartera de renta fija gestionada activamente para garantizar capital. Todo muy bien medido, dados los criterios de consumo de capital que ha introducido la normativa Solvencia II. Junto con la Bolsa, activos reales como inmuebles, infraestructuras, préstamos y capital riesgo nos dan la pizca de rentabilidad necesaria. En renta fija, intentamos jugar con las duraciones, asumimos más riesgo de crédito en el muy corto plazo. Ahora, estamos cortos de duración frente a nuestros pasivos porque es obvio que está por venir un mayor movimiento en tipos y, por eso, estamos más excedidos de liquidez y cortos de duraciones, protegiéndonos de lo que está por venir. Además, introducimos renta variable con el objetivo de tener flujos de caja vía dividendos, no con el objetivo de hacer trading porque no es nuestro negocio, sino una generación de caja estable. -¿Han generado una burbuja los estímulos que los bancos centrales ahora comienzan a recortar? A pesar de que hay muchos agoreros, no consideramos que los bonos estén en burbuja. Con el repliegue de los bancos centrales, se corrige la liquidez y los bonos serán tratados de forma más coherente después de la sobrecompra que hemos vivido. Estamos llegando al momento de inflexión en estas políticas. Por lo que se refiere a Bolsas, en renta variable europea hay todavía buena valoración y aunque EEUU está más caro, se apoya en las cifras macro y en los resultados empresariales, con lo que en ambos casos hay una base fundamental, no es que las valoraciones se apoyen en la nada. -Con respecto a la apuesta en rentabilidad por dividendo en renta variable, ¿qué papel juega la Bolsa española, líder habitual en este concepto? Tanto en el balance de la compañía como en los fondos, sí tenemos un sesgo español, una posición marcada en Ibex 35 frente a otras Bolsas europeas. Insisto en que creemos que no están tan caras. Más específicamente, a pesar del caso de Banco Popular -que llevaba tiempo pereciendo-, tenemos buenas perspectivas para el sector financiero y creemos que se van a mantener los dividendos. -Y en renta fija, ¿qué valor aportan los bonos españoles? Actualmente, no todos los bonos soberanos están en la misma coyuntura. No estamos tomando posiciones a largo plazo ni en soberanos ni en corporativos, vemos algo más de valor en duraciones cortas y también en aquellos papeles donde los spreads son más abultados porque creemos que la posibilidad de quiebra en el seno de la Unión Europea y la Eurozona es mínima o cerca de cero. Así, preferimos bonos como los italianos, que por una situación puntual de una macro más débil, el rescate de los bancos vénetos y la espera de las elecciones están aportando una rentabilidad más atractiva. Nos da más reparo entrar a tipos negativos como en Alemania, porque vemos más riesgos que oportunidades. Además, es momento de diversificar hacia países emergentes y, un paso más allá, con mercados frontier, siempre a través de fondos especializados para ganar en conocimiento y minimizar en riesgo. Un discurso que, hablando siempre del negocio asegurador, puede aplicarse también a los bonos high-yield. -Ha nombrado también el inmobiliario como fuente de rentabilidad, ¿sigue al alza el sector en España? La compra de nuestra nueva sede es prueba de nuestro convencimiento al ser la primera apuesta inmobiliaria directa de CNP Partners. Hace dos o tres años entró mucho flujo inversor, con fondos americanos, era el mejor momento. Ahora, con lo recorrido ya es más difícil encontrar buenas oportunidades en zonas prime, pero sigue siendo muy interesante tener posición, sobre todo si se compara con los bonos soberanos de los que hablábamos. Nosotros estamos en socimis, con representación en el consejo en algunos casos como en Trajano Iberia, porque ayudan a diversificar cartera y suponen un consumo de capital medio debido a su carácter más ilíquido. Ahora mismo, en Barcelona hay un boom residencial, pero no una burbuja porque habían bajado mucho de precio y ahora han rebotado con el impulso de factores como la escasez de vivienda nueva y menos abundancia de financiación. Además, son proyectos mucho más cabales que en el pasado. Ya no se están haciendo macrociudades en medio de la Península Ibérica en mitad de la nada. Está siendo un crecimiento fuerte pero sano que nace en las zonas prime de las grandes ciudades y se va expandiendo. -Quizá los principales riesgos en ausencia de burbujas sean entonces los de carácter político. Con el Brexit se crean dos nuevos bloques diferenciados: la Unión Europea y Reino Unido. Sin embargo, creo que, aunque nadie sabe muy bien dónde va a desembocar esto, no será una desconexión dura, porque hay muchos intereses conjuntos. Más allá del juego de divisas y la volatilidad inicial, no prevemos grandes sobresaltos. Además, en el grupo no hay posición abierta en Reino Unido, por lo que estamos fuera de posibles impactos directos. Por lo que respecta a Cataluña, no prevemos que haya ningún tipo de ruptura. El marco constitucional no deja margen a hacerlo, e incluso aunque hubiese determinación por todas las partes, habría mucha complicación en cómo repartir deuda, seguridad social, pensiones, ejército¿ Los mercados no lo contemplan, como se refleja en el spread de España, porque si se le diera atención estaría muy alto. Está sobre la mesa una subida de rating, lo que indica más bien todo lo contrario por parte de las agencias de calificación. -Con todo este escenario, ¿qué productos recomendarías hoy por hoy de cara a la jubilación? Personalmente, me gustan más los que diversifican cartera: renta fija mixta, renta variable mixta e incluso renta variable. Es el momento de hacer aportaciones a un plan con cierto nivel de riesgo o de hacer un traspaso desde productos muy conservadores. El componente de renta variable habría de situarse en un 15%-20%, incluso al 30% en un perfil más arriesgado y sin una jubilación efectiva inminente. Nuestros productos baten el benchmark de su categoría de Inverco en un 92% de los casos hasta junio, lo que también ha sido posible gracias a la exposición que comentaba al Ibex 35, que ha tenido un buen comportamiento en estos meses.