La Reserva Federal (Fed) ha aprobado una nueva regla financiera para mejorar la estabilidad del sector al exigir que los grandes bancos sistémicos (GSIB, por sus siglas en inglés) y en cualquier operación que se realice desde EEUU hacia un GSIB extranjero modifiquen sus contratos financieros para evitar la cancelación inmediata en el caso de que la entidad entre en un proceso de resolución o quiebra.
La decisión, aprobada por unanimidad por los miembros del Consejo de la Fed, forma parte de los esfuerzos a nivel global de los bancos centrales tras la crisis financiera por reducir los 'shocks' que pueden producirse tras la caída de entidades, especialmente los grandes y complejos, ya que pueden poner en peligro al sistema financiero completo.
De este modo, la nueva regla requiere que los grandes bancos sistémicos modifiquen el lenguaje de sus contratos financieros comunes, mediante la imposición de mayor protección legal para que sus contratos no puedan ser cancelados inmediatamente, como ocurrió en el caso de Lehman Brothers en 2008.
"La crisis financiera demostró que cuando una gran institución financiera tiene problemas, su fracaso puede desestabilizar a otras entidades y hasta al sistema financiero en su conjunto", señaló la presidenta de la Fed, Janet Yellen, y añadió que "esta regla ayudará a gestionar los riesgos en el caso de que un GSIB falle".
Se aplicará a una amplia gama de productos financieros, desde derivados, operaciones de préstamos o contratos de financiamiento a corto plazo, tales como acuerdos de recompra, siempre que se negocien de forma privada en lugar de a través de una cámara de contrapartida central.
Así, esta nueva regla, propuesta por primera vez en mayo de 2016 y finalmente aprobada este viernes, se aplicará a ocho grandes bancos sistémicos estadounidenses, entre los que se incluyen JP Morgan Chase, Goldman Sachs o Citigroup. La obligación del cumplimiento de la regla se iniciará a partir del 1 de enero de 2019.