El egregio pensador Pablo Iglesias (me refiero a nuestro coetáneo) en sus años más brillantes recuerdo que calificó de violencia la corrupción política. También dijo que disfrutaba con que los manifestantes agredieran a las fuerzas del orden público. Pero sinceramente creo que llevaba bastante razón en su crítica (lástima que sea un político que solo sirva para la crítica y no para hacer cosas nuevas y buenas). Partimos de la base, siguiendo el pensamiento pablista, de que la violencia no es solo física porque el corrupto, por lo general, no la ejerce y en muchos casos resulta un personaje amable, embaucador y dicharachero hasta que lo pillan.
Sí, también para mí, querido Pablo, la corrupción política y económica es una forma de violencia que tiene sus víctimas en pobres, parados, o gente sin posibilidad de acceder a cosas porque otros las acaparan a través de trapicheos, amiguismos, o directamente sobornos y pagos. Con ese mensaje intentabas justificar la violencia física contra la policía. Personalmente, no la justificaría pero comparto tu punto de vista que la corrupción es violencia. Eso sí, todas las corrupciones en todos los lugares.
Ante la posibilidad de excarcelar a los consejeros independentistas, los argumentos en su defensa hablan de la ausencia de violencia en sus actuaciones o de la incitación a la misma. No es verdad absolutamente porque en el lado independentista sí hemos conocido episodios de violencia física con guardias civiles huyendo de los pueblos a pedradas, otros derribados, destrozos de sus vehículos o fuerte intimidación que les obligaba a encerrarse durante horas en la Consejería de Hacienda. Hay otros episodios violentos como rodear hoteles, hacer caceroladas continuamente, insultar, despreciar, humillar¿ Y los ha habido antes con quema de banderas, insultos a niños por llevar una bandera española o golpear a unas jóvenes que tenían un tenderete en pleno mundial futbolero.
El diccionario de la Real Academia España da algunas vueltas al explicar la palabra violencia. Ímpetu, dejarse llevar por la ira, embarazoso, falso, fuera de lo natural, fuerza e intensidad extraordinarias. Pero creo que la que más se ajusta para este caso que tratamos es la aplicación de una fuerza física o moral con el objetivo de doblegar al contrario.
Y con este concepto físico y moral, creo que el independentismo catalán y sus mayores representantes públicos llevan muchos años ejerciendo la violencia, tal vez de una forma tan consentida y natural que ni siquiera sean ellos capaces de reconocerla. Sí lo hacen los que la padecen a diario.
El desprecio e insulto a otras regiones de España de la que forman parte durante siglos, el uso de la atalaya para aborrecer el sur y decirse más cercano a los vecinos del norte, por ejemplo. El abuso continuado de mentiras sobre agravios económicos, la falsificación descarada de la historia, el arrinconamiento del castellano en las escuelas y cualquier organismo público, las multas por escribir carteles comerciales en la lengua oficial de España, el adoctrinamiento en contra de España, la rebelión frente a las leyes de todos y hasta su propio Estatuto, el abucheo futbolístico a la bandera y a los representantes de su país, la marginación a la oposición parlamentaria¿ ¿Todo esto es o no violencia?