La aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña por parte del Gobierno, la convocatoria de elecciones autonómicas, el cese del Ejecutivo catalán y posterior encarcelamiento de algunos de sus miembros y la huida a Bruselas del expresidente Carles Puigdemont fueron algunos de los muchos factores que tensaron la situación.
En noviembre, la tensión se redujo algo, a la espera del comienzo de la campaña electoral, al tiempo que continuaba la fuga de empresas catalanas, que en estos momentos supera las 3.000, y esto se reflejó en el recorte de las peticiones a corto, que fueron unas 28 veces inferiores a las de noviembre y recuperaron registros más parecidos a los de los meses anteriores.
Según los datos publicados hoy por el Banco de España, en cuanto a las peticiones de financiación a largo plazo, la situación fue muy distinta, ya que se congelaron en 170.751 millones de euros, exactamente los mismos niveles que el mes anterior.
En comparación interanual, sin embargo, las solicitudes de fondos a largo plazo se elevaron de forma considerable, ya que en noviembre de 2016 se situaban en 135.225 millones, al contrario que la financiación a corto, que entonces sumó 762 millones de euros.
En el conjunto de países de la zona del euro, las peticiones de financiación a largo se estancaron en noviembre en 763.713 millones, frente a los 764.010 millones del mes anterior, aunque en comparación interanual crecieron casi un 50 %, desde los 512.214 millones de noviembre de 2016.
En cuanto a la liquidez a corto solicitada en el conjunto de la zona euro, los 3.072 millones de noviembre representaron un recorte de casi el 62 % frente a los 8.047 millones pedidos el mes anterior.
Asimismo, las entidades españolas volvieron a elevar en noviembre sus compras de deuda pública y bonos de bancos, que forman parte del programa de estímulo de la economía europea mediante la compra de activos impulsada por el BCE y que este mes creció hasta los 295.448 millones de euros, frente a los 289.217 millones de octubre.
Estas compras, que incluyen cédulas hipotecarias y otras titulizaciones, han crecido todos los meses de 2017 y desde noviembre de 2016 se han elevado en más de 87.000 millones de euros, ya que entonces sumaban 208.301 millones.
En total, los bancos centrales de la zona del euro habían destinado a cierre de noviembre 2,31 billones de euros a comprar esos activos, frente a los 2,25 billones del mes anterior, y muy por encima de los 1,56 billones del mismo mes de 2016.
El programa de estímulos del BCE data de marzo de 2015 y consiste en que la entidad, a través de los distintos bancos centrales del área del euro, compra cada mes 60.000 millones de euros en deuda pública y de entidades financieras de la eurozona, así como bonos de empresas que no tengan la calificación de "bono basura".