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Mercados

Los ahorradores tiran la toalla con los depósitos y prefieren dejarlo en la cuenta corriente

El ahorrador español es rocoso. Los bancos ya no dan rentabilidad en los depósitos y en vez de meterse en la aventura de los mercados siguen con su dinero en la entidad financiera y lo llevan a cuenta corriente. 50.000 millones de euros han viajado en 2017 desde el plazo fijo a la libreta.

16 enero, 2018 11:39

Tener el dinero en un banco es prácticamente lo mismo que meterlo debajo del colchón. El ahorrador recibe por cuentas corrientes o depósitos nada o casi nada. Poco merece la pena mantenerlos con el compromiso temporal del depósito y al final lo dejan a la vista, para poder disponer de él cuando se les antoje. Eso sí, les cuesta sacar el dinero de los bancos: una fidelidad retribuida al 0%.

Los datos del Banco de España conocidos ayer son relevadores. Las familias españolas tenían a cierre de 2016 nada menos 790.000 millones de euros en sus bancos (512.000 en cuentas corrientes y 278.000 millones en depósitos a plazo). Nueve meses después mantienen la misma cantidad, o sea, no se han marchado, pero el reparto es distinto 560.000 millones en cuentas corrientes y 229.000 millones en depósitos bancarios.

Así, 50.000 millones de euros se han trasladado de los depósitos a las cuentas corrientes porque ya no les merece la pena comprometer su dinero a ningún plazo ante la nula rentabilidad de ambas opciones de ahorro.

Las cuentas financieras de la economía española referidas a la familia y que comprenden hasta septiembre de 2017 muestran la fidelidad del ahorrador a la banca, aunque no logre ningún interés y pese a que ahora ya tener el dinero sin rentabilidad supone perder por cuento la inflación subió el pasado año al 1,1%, reduciendo el poder adquisitivo de este dinero en el futuro.

Pero erre que erre, las familias españolas no están dispuestas del todo a dar el paso a comprometer su dinero en los mercados financieros, principalmente la Bolsa. Los fondos de inversión entre el cierre de 2016 y septiembre de 2017 han crecido en 27.000 millones de euros su patrimonio, pero se debe a la buena evolución de la Bolsa y también a la entrada de nuevo capital. El último dato del Banco de España habla de 305.805 millones en fondos de inversión, muy lejos de los 790.000 millones cautivos voluntariamente y sin rentabilidad de las entidades financieras.

NO SIEMPRE FUE ASÍ

Esta dilatada época de tipos de interés cero del Banco Central Europeo (BCE) y de los principales bancos centrales del mundo ha tenido sus efectos positivos en el abaratamiento de la financiación y el consiguiente impulso para las economías. Pero está claro que los grandes perdedores han sido los ahorradores que no gustan del riesgo, acostumbrados a cobrar sus rentas en el banco.

Históricamente, los depósitos bancarios han sido más abultados que el saldo de las cuentas corrientes. Tiene su razón de ser en que los ahorradores preferían inmovilizar el dinero durante un plazo para cobrar mayor interés que tenerlo en la cuenta que ¿salvo campañas muy concretas como las supercuentas de los noventa- daban muy poca o ninguna rentabilidad.

El cambio de tendencia histórico se produjo a lo largo de 2015 cuando los depósitos acumulaban 339.968 millones de euros, frente a los 435.267 millones de las cuentas corrientes. Nunca antes se había producido esta inversión en los términos. Pero luego la tendencia marchó a toda velocidad en gran parte por el desinterés de los bancos en abrir depósitos bancarios, seguros de su liquidez con los manguerazos continuos del Banco Central Europeo.

Ya al cierre de 2016 las cuentas corrientes sumaban más de 512.000 millones de euros frente a los 279.000 millones de depósitos bancarios.