Agustín de Gracia
Después de haberse comportado con gran irregularidad durante la jornada, el Dow Jones de Industriales, el principal indicador del mercado, cerró con un avance del 2,33 %, hasta 24.912,77 puntos. El selectivo S&P 500 subió un 1,74 % y el índice del Nasdaq un 2,13 %.
Fue una sesión marcada por una gran volatilidad, aunque ligeramente menor que en la sesión del lunes. El Dow Jones llegó a perder casi 600 puntos durante la sesión, y en su mejor momento llegó a subir también unos 600 enteros, con un rango cerca de 1.200 puntos.
En las dos sesiones anteriores, el Dow Jones había acumulado un retroceso del 7 % y había caído un 8,5 % respecto al récord que se anotó ese indicador el pasado 26 de enero, el undécimo en lo que va de año.
Con el resultado de hoy, el Dow Jones queda a un 6,4 % de su última marca histórica.
La tendencia de enero anterior, el mejor mes de enero del parqué neoyorquino desde 1987, se arrastraba desde el año pasado. El Dow Jones cerró 2017 con 71 marcas históricas y con un avance acumulado del 25,2 %.
Aunque los analistas venían anticipando que esta tendencia derivaría en una corrección, nadie apostaba sobre cuándo sería, y menos ahora, en medio de una nueva tanda de resultados trimestrales que en su gran mayoría han superado las expectativas.
Según Carl Icahn, un inversor multimillonario cuyos comentarios son muy respetados en Wall Street, lo que ha vivido en los últimos días el parqué neoyorquino no es más que "el comienzo de un estruendo" que puede derivar en los próximos años en "un terremoto".
"El mercado se ha convertido en un lugar mucho más peligroso", dijo Icahn en una entrevista con la cadena CNBC, y destacó especialmente el surgimiento de instrumentos como los fondos de inversión cotizados o ETF y las grandes sumas que están atrayendo.
"Hay demasiado dinero que está yendo a los ETF (...). El mercado es un casino con esteroides", agregó Icahn, que describió las caídas de los últimos días como una "señal" y "advertencia" del mercado ante la necesidad de entrar a una etapa de correcciones.
"Un día de estos todo esto va derivar en una implosión", añadió Icahn, pero no se aventuró a decir cuándo puede ocurrir. "No creo que nadie sepa si se ha tocado fondo o no", insistió.
Entre las figuras que insistieron en que las caídas de los últimos días son un fenómeno pasajero se encontraba hoy el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, quien atribuyó el momento a la volatilidad del mercado.
"Los mercados parece que están funcionando normalmente en términos de liquidez y otras cosas (...). Yo creo que se está viviendo una corrección normal del mercado, aunque grande", agregó el alto funcionario.
Como de costumbre, la caída de Wall Street, y especialmente la del lunes, arrastró a los mercados de todo el mundo, y las primeras que se resintieron fueron las bolsas asiáticas, que abrieron este martes poco después de que acabara la sesión de Wall Street del lunes.
El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio acabó con un descenso del 4,73 %, aunque llegó a perder durante la jornada un 7 %. La de Sanghái retrocedió un 3,35 % y la de Hong Kong se desplomó un 5,12 %, el peor retroceso desde agosto de 2015.
La pelota pasó a Europa, con un retroceso del 2,64 % en el principal indicador del mercado de Londres, del 2,32 % en el de Fráncfort, del 2,35 % en París y del 2,53 % en Madrid.