El encuentro se celebra en la sede de la Comisión en Bruselas a última hora de la mañana y en él también participará el ministro japonés de Comercio, Hiroshige Seiko, cuyo país se ve asimismo afectado por las tarifas.
El presidente de Estados Unidos firmó este jueves aranceles del 25 % a las importaciones de acero y del 10 % a las de aluminio, una medida que justifica por considerar que estas industrias son "vitales" para la seguridad nacional del país.
Las medidas no se aplicarán hasta dentro de dos semanas y la Administración estadounidense ha abierto la puerta a introducir exenciones para otros países además de Canadá y México, únicos excluidos de las tarifas por el momento, y Trump ha anunciado que Australia podría también beneficiarse a cambio de un "pacto de seguridad".
La Comisión Europea -el brazo ejecutivo de la UE y responsable de las negociaciones comerciales del bloque- afirmó este viernes que quieren tener más claridad sobre las condiciones para obtener una exención y que intentarán que la UE se beneficie de ella, según dijo su vicepresidente, Jyrki Katainen.
"Pensamos que como la UE y nuestras empresas no son fuente de comercio injusto o una amenaza para la seguridad nacional, deberíamos obtener una exención de estos aranceles", dijo el comisario, quien señaló que no espera que la reunión de hoy zanje la cuestión y que serán necesarias más negociaciones.
En todo caso, los Veintiocho han anunciado que si es necesario están listos para responder en un máximo de 90 días con medidas que pasan por recurrir ante la Organización Mundial del Comercio, introducir salvaguardas ante posibles aumentos repentinos de las importaciones hacia Europa y sus propios aranceles a productos estadounidenses.
En esta lista figuran, entre otros, el whisky de tipo "bourbon", la mantequilla de cacahuete, los arándanos y el zumo de naranja.
La Comisión insistió además en que la Unión es un único bloque comercial y no pueden hacerse diferencias entre sus estados miembros a la hora de aceptar exenciones, después de que el secretario de Comercio británico, Liam Fox, haya dicho que el país -que actualmente negocia su salida de la Unión- intentará conseguir una exención para sus importaciones.
Bruselas incide en que el problema del comercio de acero es el exceso de capacidad de producción debido a las ayudas públicas que dan algunos países a su industria, en concreto China, y defiende que debe buscarse una solución global.
"Tenemos que escoger si queremos un comercio basado en reglas o si queremos la regla del más fuerte, que es lo que estamos viendo ahora", resumió Katainen. EFECOM
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